La mujer y la ingeniería: el caso de la oficina “referente” en igualdad de Puertollano
Cristina Maroto es ingeniera química, exalumna del campus de Ciudad Real de la Universidad de Castilla-La Mancha. Actualmente dirige como 'site manager' la oficina de Puertollano de CT Ingenieros, que ofrece sus servicios de ingeniería al complejo industrial de Repsol en la ciudad minera. De los 50 trabajadores que pertenecen a la oficina ciudadrealeña, exactamente el 50% son mujeres y para la firma con más de un millar de trabajadores en España, se trata de un espacio que es “referencia” en la incorporación de la mujer en el sector.
Cristina explica que la ingeniería química es una de las áreas que se aleja de la concepción de ser un sector “para hombres”. “Hay mucho más porcentaje de mujeres que en el resto de las ingenierías”, asegura. De hecho, señala, cuando ella empezó a estudiar en 1999 ya había un equilibrio del 50%, asegura. “En otro tipo de ingenierías sí vemos que es un sector masculino, pero nosotros podemos hacerlo perfectamente igual, y de hecho las primeras que tenemos que mentalizarnos de esto somos nosotras, las mujeres”, explica Maroto.
De todos modos, se confiesa como muy optimista: “creo que cada vez se está igualando más, por lo menos en el mundo de la ingeniería, que es el mercado en el que nos movemos”, señala. Cifra la presencia de la mujer en CT Ingenieros en un 30% en todas sus oficinas, entre las que Puertollano es líder en presencia femenina. Esto, asegura, no se ha debido a la búsqueda de cuotas sino a tratar a los aspirantes por su experiencia, currículum y trayectoria. “Yo fui una de las primeras y cuando empezamos a contratar, vimos que simplemente había igualdad”, explica.
“No hemos llegado a estos números a propósito”, afirma. Rechaza, igualmente, que contratar pueda parecer un problema, y que sólo hace falta tener un “plan b” preparado para cuando haya una baja. “Los hombres no se van los cuatro meses, porque no está permitido por la ley. Pero si lo permitiese, también estarían fuera esos meses de baja, explica. Un 34% de las trabajadoras en Puertollano son ingenieras o ingenieras técnicas y el 61% tienen categoría de técnicos o delineantes.
El trabajo que se realiza para Repsol en la ciudad minera es “muy diverso” y también incluye mucho trabajo de oficina, además de en planta. “Pero es que da igual que seas hombre o mujer, te tienes que enfundar el traje de faena e irte a planta a tomar medidas o lo que sea necesario. A nadie se le cae los anillos”, explica Cristina. Reconoce que antes, efectivamente, no había tantas mujeres. “El complejo de Repsol está abierto desde los años 50 y te aseguro que ni en los 60' ni en los 70' entraba ni una sola mujer a planta. Pero ahora la cosa ha cambiado. El 50% de las mujeres de CT Ingenieros en Puertollano son 'millenials', es decir, nacieron a partir de l década de los 80'.
“Es importante que nos abramos paso por demostrar que podemos hacer todos estos trabajos perfectamente igual. Podemos ver que cada vez hay más mujeres en cargos con responsabilidad, y dentro de un mercado que parece tradicionalmente masculino, es importante hacer este esfuerzo”, concluye Maroto.
Finalmente, en relación a la situación de la ciudad minera, Cristina asegura que ya se ha “tocado fondo” y que, por tanto, ahora sólo cabe mirar hacia adelante. “Lo que venga ya será recuperación, tenemos información de nuevos proyectos y empresas que miran hacia Puertollano”, asegura. Advierte, sin embargo, que todavía queda “mucho por hacer” tras el fracaso de la energía renovable en la ciudad. “Tenemos mucho que hacer, porque de aquí a 2020 tenemos que subsistir prácticamente sólo de energías renovables”, concluye.