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“El legado de los abogados de Atocha es un compromiso con la lucha por la libertad”

Enrique Lillo, abogado laboralista

Francisca Bravo Miranda

La trayectoria de Enrique Lillo se ha reconocido por su papel en conflictos especialmente difíciles. Lo han llamado el “David contra Goliat” que ha ganado la batalla a gigantes como Coca-Cola o el Corte Inglés. El abogado laboralista de 62 años y natural de Carrizosa en Ciudad Real, asegura que su trayectoria entera se ha dedicado a la defensa de los trabajadores y se ha mostrado particularmente “satisfecho” por el reconocimiento que le ha entregado Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha. Lillo recibió este jueves el premio ‘Abogados de Atocha’ entregada por la Fundación del mismo nombre en recuerdo del asesinato de cinco abogados laboralistas del sindicato en 1977.

¿Cómo se siente al haber recibido este reconocimiento?

Siempre es una satisfacción, sobre todo por lo que significa el legado de esos abogados laboralistas abogados en Atocha. Ese legado espiritual es un compromiso firme con la lucha por la libertad. Entonces no había libertad ni tampoco democracia en España, ni tampoco igualdad o justicia social. Es el legado que nos ha transmitido a los abogados de Comisiones Obreras y también al sindicato. Me enorgullece, lo reconozco, pero no concibo el premio como compensación por méritos individuales. Hay otros que se lo merecen más que yo, como Luis Collado, abogado histórico de Comisiones Obreras en Albacete, por lo que veo como compensación al esfuerzo de todos los abogados laboralistas.

¿Considera que se mantiene vivo el legado de los Abogados de Atocha?

No. Creo que está insuficientemente reconocido. El asesinato de los abogados de Atocha fue una maniobra política de la extrema derecha y de sectores golpistas que luego articulan y realizan el 23F para paralizar el cambio hacia la democracia. Esa tentativa de involución política y verdadero golpe de estado provocando al Partido Comunista de España y a CCOO se devolvió en contra por y precipitó, de hecho, la legalización de ambas. Finalmente, permitió que no hubiera una involución política y que se profundizara el cambio hacia la democracia.

Actualmente, sin embargo, hay figuras políticas como Manuela Carmena que recuerdan este caso

Efectivamente, no se puede olvidar. Ella fue la líder y jugó un gran papel por la democracia y la igualdad, que es la gran asignatura pendiente de España. La sociedad actualmente es muy desigual, y esto es consecuencia, en parte, de las reformas laborales ilegales del PP que la han aumentado.

Menciona la reforma laboral, ¿Cómo la calificaría?

Como regresiva para trabajadores y sindicatos. Lo que ha hecho es destruir o contribuir a destruir el poder de negociación colectiva de los sindicatos, algo que es una necesidad social. Los sindicatos ahora son muy criticados y son, de hecho, criminalizados, en especial desde la derecha, pero la unidad sindical es un valor en sí mismo. Si se les priva de poder para la negociación colectiva, entonces las jornadas y los sueldos no son los que deben ser.

¿Cómo afecta esto a los trabajadores?

Se produce el efecto de la devaluación salarial. Además, si se priva de poder controlar o intervenir antes de que se decida el despido colectivo, los trabajadores quedan indefensos, sin instrumentos. Finalmente, se ven obligados a jugárselo todo en un pleito, lo que siempre va a favorecer al empresario. La reforma laboral también ha debilitado a los sindicatos, por eso hay que derogarla y producir una nueva norma laboral, ya que se trata de una medida de emergencia social y económica.

¿Cómo plantearía esta nueva normativa?

Lo primero es conseguir un Gobierno amplio y suficientemente representativo. Esto no es difícil, ya en el 77’ se hicieron pactos políticos, incluso con gente del franquismo como Adolfo Suárez o Martín Villa. Esos cambios políticos fueron los que posibilitaron la implantación de la democracia. Hoy también hay dificultades, y es cierto que hay una fuerza de derecha que se opone al cambio, pero es fundamental conseguir un pacto político para que un nuevo Gobierno pueda adoptar nuevas medidas. Esto se puede hacer rápido, incluso a base de decreto leyes, que ya lo ha hecho el PP.

Con más calma se puede hacer un gran pacto político de la reforma constitucional. Lo inmediato es hacer frente a la situación en la cual muchas familias no tienen renta o protección social.

El conflicto contra Coca-Cola fue extenso y difícil, y ampliamente reconocido en el ámbito sindical ¿Qué se lleva de la experiencia?

Al igual que muchos abogados he estado en muchos pleitos. Todos son importantes, no creo que haya alguno más importante que otros. Esto fue una experiencia sindical muy positiva y lo que revela es un propósito de unidad sindical, ninguno de los sindicatos firmó nada que fueses lesivo para los otros. Lo que esto revela es también la importancia de una movilización continuada de los trabajadores.

¿Por qué es tan importante esta movilización mediática y masiva?

En conflictos como este, una estrategia común es imprescindible. Uno de los problemas que tiene la sociedad actual es el silencio de los aparatos mediáticos, dominados por la oligarquía, en gran medida, y así como por los sectores empresariales importantes. Estos hacen invisibles los conflictos sociales, pero estos deben tener muchísima visibilidad, porque la difusión de la problemática es fundamental. Los trabajadores de Coca-Cola, al igual que los de Elcogas en Puertollano, siguieron una pauta para difundir el problema social económico y laboral. Esto es trascendental para cualquier acción o estrategia.

¿Cómo pueden actuar los trabajadores para defenderse? ¿Qué aconseja?

Lo primero es reivindicar y reclamar los derechos. Después, deben transmitir su situación real al comité de empresa, es fundamental que reclamen y que no se conformen. Las cosas que no se intentan son las que nunca se consiguen. Por tanto deben demandar judicialmente sus derechos.

Los sindicatos sin embargo, denuncian de manera constante los abusos de las empresas ¿Qué es lo que pasa?

Muchos trabajadores no se atreven a reclamar y eso juega en el favor de la empresa por el temor a las represalias. Es cierto. Pero se debe denunciar a la Inspección de Trabajo y también a los sindicatos, y luego difundir los problemas que se están teniendo. Muchas empresas incumplen masivamente la legislación laboral usando el miedo a reclamar de los trabajadores, pensando que no le van a renovar el contrato, u otras amenazas. La primera medida para evitar esto recae en la Inspección de Trabajo y en los sindicatos. Pero insisto, se necesitan nuevas políticas con mucha inversión pública y crear medidas favorables para los sindicatos en las empresas.

En Castilla-La Mancha, la Administración pública ha perdido una serie de conflictos por incumplir legislaciones laborales básicas, ¿Qué es lo que está ocurriendo?

Las administraciones públicas en los últimos años han jugado mucho a incumplir la legislación laboral y a ver si el Tribunal le da la razón. Se han introducido elementos confusos, se han tomado decisiones absurdas como la de echar a los trabajadores, en vez de disminuir los altos cargos, simplemente invocando la lucha por cumplir el déficit público. Esto es un fraude gigantesco de ley, una falacia, es intentar cumplir un objetivo a través de un método que no es el adecuado. Si se quieren suprimir empresas públicas porque hay muchos enchufados, hay que distinguir entre los de confianza y los asalariados comunes, pero no se puede despedir a los trabajadores y mantener a los cargos de confianza.

¿Cómo se pueden detener estas prácticas?

Insisto en que debe haber un cambio político en España para conseguir nuevas reglas legales y, mientras se consiguen estas nuevas reglas, no se pueden tomar este tipo de decisiones. Si hay problemas de estabilidad, lo primero que deben salir son los directivos no los trabajadores comunes.

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