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Se nos presenta el 'Plan de acción local: Agenda Urbana de Toledo, 2030' como una carta a los Reyes Magos, un trabajo de reflexión y de propuestas para las próximas legislaturas. En él, la prioridad del patrimonio cultural, creemos, brilla por su ausencia.
No habla para nada sobre la prioridad de la conservación del patrimonio cultural como un bien intrínseco de la ciudad. El patrimonio cultural lo contempla como un recurso turístico más, ahora vinculándolo con, el tan en boga, patrimonio natural. Así, cuando habla de “la Cultura como un motor de cambio fundamental para una ciudad como Toledo” nos explica “la necesidad de vincular la protección del paisaje y su patrimonio con nuevas prácticas culturales que dinamicen otras zonas de la ciudad de alto valor medioambiental”. Contradicción de planteamiento al incluir en el propio documento la consabida argumentación de “coser la ciudad” y mostrarnos La Peraleda con el solar del proyectado cuartel ya construido, destruyendo así uno de los paisajes del Patrimonio Cultural de la Humanidad más emblemáticos.
Es más, el “objetivo 7” bajo el título “Sostenibilidad Turística y Cultural” vincula un concepto con el otro, entendiendo que, para los redactores, la existencia del patrimonio cultural va unida, indisolublemente, a la necesidad del flujo turístico. Eso sí, reconoce en algún momento que se da el “Predominio de la explotación turística en determinados recursos de patrimonio cultural y monumental”, o que la “Gentrificación y turistificación dificulta la diversidad del espacio cultural de la ciudad”. La presencia de Jesús Corroto y de Luis Enrique Espinoza en la presentación, justifica el proyecto del Consorcio y de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de rehabilitar viviendas para residentes, pero en una proporción que, creemos, es insuficiente para el problema planteado.
En ningún caso indica la necesidad de expropiar inmuebles con valor patrimonial en ruinas para, mediando expropiación forzosa, restaurarlos y rehabilitarlos para, por ejemplo, ofrecer dotación residencial o asistencial al Casco Histórico. Y, cuando habla de edificios públicos de titularidad municipal (“Rehabilitación de espacios susceptibles de convertirse en nuevas referencias culturales para la ciudad…”), cita únicamente al edificio de la Alhóndiga, olvidándose de la llamada “Casa de las Cadenas”, que acogió el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo hasta hace unas décadas, mientras, paradójicamente habla de la “rehabilitación” de edificios contemporáneos como los anfiteatros de las Tres Culturas y Polígono o de la Biblioteca del Polígono.
Tampoco la necesidad de fijación de población en el Casco Histórico se asocia con la conservación del patrimonio cultural que acoge. Eso sí, se reconocen los problemas derivados de la turistificación del Casco Histórico (“Aumento del malestar de una parte de la población local por la masificación turística”), de la existencia en el barrio de mil viviendas desocupadas, de la falta de comercio de proximidad o de problemas de accesibilidad así como el falseamiento del vecindario con los falsos empadronados, cuestiones todas que ponen en evidencia el fallo de las políticas municipales que se han realizado sobre este barrio en las últimas legislaturas.
Por lo que sabemos, la redacción del Plan se debe a exigencias de la Unión Europea previas a otorgar fondos europeos, en todo caso el documento bien parece ser una guía electoral, que en todo caso esperemos que las [personas] candidatas a la alcaldía tomen buena nota para ver sus virtudes y, también, las carencias, y obren en consecuencia.
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