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Elcogas ha decidido retirar el expediente de regulación de empleo que se estaba negociando para el despido de todos sus trabajadores. El pasado viernes, la empresa y el Ministerio de Industria acordaron también aplazar tres meses el cierre de la central. Ambas decisiones, tomadas in extremis, son fruto de la movilización incansable de la plantilla y de la implicación activa de los ciudadanos de Puertollano; implicación social que es una consecuencia de una mentalidad colectiva, del convencimiento compartido de la necesidad de defender el empleo y la actividad industrial y económica.
Es desgraciadamente excepcional ver cómo toda una población se vuelca en el apoyo a una empresa en conflicto. Los ciudadanos de Puertollano saben que la industria y el empleo de calidad son un bien social a proteger que genera riqueza y prosperidad. Ver cómo los comercios del centro de la ciudad echan el cierre a la hora de las manifestaciones convocadas es una demostración de responsabilidad social y un ejercicio de ciudadanía a la altura de las circunstancias.
Desde que en junio del año pasado empezara el conflicto con el primer anuncio del cierre de la planta, los trabajadores y sus sindicatos, CCOO y UGT, se pusieron manos a la obra para conseguir que uno de los proyectos “piloto” de generación de energía a través de los procesos de ciclo combinado siguiera siendo una realidad. Proyectos de esta envergadura requieren mucha inversión pero a medio y largo plazo son el futuro del desarrollo energético.
Desde esa fecha, junio de 2014, hemos vivido una moratoria del cierre en diciembre; su posterior autorización por parte del Ministerio -con la consecuente propuesta de desconexión de la planta a la red eléctrica, prevista para el pasado sábado-; y el nuevo aplazamiento, al concederse la empresa y el Ministerio un nuevo margen de tres meses –que en realidad es apenas la mitad, dado el calendario electoral- para acordar un plan de viabilidad.
En estos 18 meses se han multiplicado las movilizaciones, dentro de la fábrica y en las calles de Puertollano, en sedes institucionales y en edificios empresariales. Y en las últimas semanas, al ver cómo se acercaba la fecha de cierre, se han tenido que intensificar las acciones de protesta, encierros en Industria y en la sede de ENDESA, uno de los accionistas, y en la propia planta de Puertollano por parte de los trabajadores y sus familias.
Todos sabíamos que, de haberse producido la desconexión, para una planta de generación de energía hubiera sido el golpe de gracia; la muerte de este proyecto.
También sabíamos que desde que el Ministerio de Industria puso encima de la mesa una propuesta en firme de apoyo a la central, la pelota estaba en el tejado de la empresa. Empresa que, durante demasiado tiempo, estuvo escurriendo el bulto y echándoselo a las administraciones. La propuesta ministerial vino provocada por la presión de los trabajadores y de los ciudadanos. Y aunque este proceso ha sido largo, duro y repleto de sinsabores; ha merecido la pena. Con la decisión de retirar el ERE y de aplazar la desconexión de la red eléctrica, se abre un nuevo plazo para conseguir un plan de viabilidad para Elcogas.
Estamos satisfechos, respiramos aliviados; pero sabemos que hasta que no se materialice ese plan de viabilidad y el proyecto industrial de Elcogas no se asegure, el conflicto no habrá concluido ni podremos desprendernos de la tensión que soportamos desde junio de 2014.
CCOO viene proponiendo y reclamando desde hace años un cambio radical del modelo productivo de nuestra región y sería bueno que el primer hito de este camino fuera preservar proyectos como el de Elcogas. Y fomentar otros. Seguiremos reclamando al nuevo gobierno regional medidas concretas en esa dirección y un plan Industrial regional que inyecte financiación y promueva y atraiga inversiones en sectores estratégicos.