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“Si has criado a tu hijo a tus espaldas durante trece años bien puedes seguir haciéndolo”. “Si tu hija no puede seguir estudiando pues que no estudie, en la vida no se puede tener todo”. Así, con estas “cálidas palabras”, fue recibida por parte de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha Yulissa, madre de un niño de trece años, gran dependiente, con un solo pulmón y el otro seriamente afectado por una escoliosis galopante, parálisis cerebral severa y botón gástrico para alimentación, cuando se desplazó a poner sobre la mesa la dramática situación en la que se encuentra su hijo.
Parece que en el Gobierno de (de) Cospedal se entienden las necesidades de las personas en situación de dependencia como un acto graciable de generosidad, obviando y pasándose por el “forro de sus caprichos” el carácter subjetivo que ampara a todas estas personas, carácter subjetivo que equipara por ley todas estas prestaciones con las de desempleo, pensiones y nóminas de funcionarios, no con la de los cargos políticos que ya se encarga la Señora (de) Cospedal, y todos los de su “Corte”, de blindarlas ante cualquier contingencia que pudiera producirse. Si esta forma de actuar y pensar puede resultar criticable también es cierto que cada Gobierno puede tener una forma de ver y actuar ante lo que se denomina Estado del Bienestar. Considerar a las personas en situación de dependencia ciudadanos de segunda, improductivos, entendiendo que debe dejarse su cuidado de forma exclusiva a sus familiares y a la caridad de los que la utilizan para “lavar conciencias” puede entenderse como una ideología y un ADN intrínseco a un Gobierno. Es evidente que la ciudadanía los juzgará en las urnas.
Lo que no es admisible, lo que linda con lo delictivo, es lanzar el manto de la duda y del fraude sobre un colectivo como es el de las personas dependientes y más concretamente sobre una madre que tiene que sacar adelante ella sola a cuatro hijos con uno de ellos en una situación dramática, poniendo en duda el destino de unas prestaciones económicas que la ley les reconoce. Decir que lo que se pretende obligando a esta madre a adelantar los gastos en el cuidado del niño, y más cuando el Gobierno de la número dos del Partido Popular conoce perfectamente y deprimera mano su situación, que se quiere “asegurar” que la prestación llegue al niño demuestra la catadura, tanto moral como política, de la Sra. (de) Cospedal, del Sr. Echániz, y de todos los trotones de la política que conforman su “equipo político” y que nos están metiendo la mano en nuestros bolsillos mes a mes y lo que es peor pretenden arrebatarnos lo único que en muchas ocasiones nos queda, como es la dignidad personal.
Pero, a pesar de esto podríamos aceptar ese “control tutelar” de Cospedal si las reglas del juego son para todos y todas igual. El Codigo Civil, título VII de las relaciones Paterno-Filiales dice: La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica. Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades:
1. Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.
2. Representarlos y administrar sus bienes.
Pues bien, con el precedente que ha puesto sobre la mesa la Sra. (de) Cospedal, a partir de este momento debería exigírsela a ella las mismas condiciones para el cobro de sus espléndidos ingresos que a Yulissa por lo que debería presentar, mes a mes, las facturas de alimentación, médicos, vestuario... de su hijo, para que el propio Gobierno que ella dirige compruebe que las cantidades que salen de las arcas públicas lleguen al niño y se utilicen para su bienestar. En esas facturas, que por otra parte debería cobrar en la misma forma y tiempo que Yulissa, no haría falta que incluyera los gastos de mantenimiento de su espléndido cigarral, las clases de chino mandarín de su hijo o las facturas mensuales del colegio de élite al que acude, bastaría con que justificara solo lo imprescindible hasta 387 euros, que es lo que ella va a pagar al niño gran dependiente.
Su Gobierno ha abierto la veda de la ignominia con esa vergonzosa justificación y usted, Sra. (de) Cospedal debería ser consecuente con ello. No me gustaría tener que pensar que la vida y el bienestar de su hijo tiene más valor que el de Jusmel que así es como se llama el niño de la familia sobre la que el Ejecutivo que usted preside ha lanzado la sombra de la sospecha y el fraude. A todo esto, clamoroso el silencio cómplice del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha (CERMI-CLM). Claro que con una subvención de más de 3.200.000 euros para la entidad que dirige su Presiente D. Luis Perales es “lógico”. Ahora se entiende mucho mejor ese “noviazgo que ha culminado en matrimonio” entre CERMI-CLM y la Consejería del Sr. Echániz como el mismo se encargó de proclamar a los cuatro vientos. Parece que la vida de Jusmel, y la de miles de “Jusmeles” de Castilla-La Mancha, tienen menos valor que es espléndida subvención. Sr. Perales, quizás no sepa que eso es pecado.
José Luis Gómez-Ocaña Pérez
Presidente Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha.
Portavoz Coordinadora Estatal de Plataformas en Defensa de la Ley de Dependencia del Estado Español.