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Lista la Orden de recogida de setas de Castilla-La Mancha, germen de un “ambicioso” Decreto

Setas

Carmen Bachiller

La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural publicará en unos días, previsiblemente en una o dos semanas, la Orden que regula la recolección de setas silvestres en Castilla-la Mancha. Lo hará una vez terminado el plazo de exposición pública, la incorporación de algunas de las alegaciones que se han presentado por parte, fundamentalmente, de las asociaciones micológicas de la región y la revisión completa del texto, prevista para la próxima semana.

Alfredo Etxeberría, jefe de Servicio del área de Política Forestal y Espacios Naturales en Guadalajara, es una de las personas encargadas de redactar una Orden que no ha terminado de satisfacer las expectativas del colectivo de micólogos. Las alegaciones se centran, sobre todo, en el listado de especies recolectables que, para las asociaciones de micólogos, está incompleto. “Muchos de los que trabajamos en el proyecto quizá no tengamos un conocimiento tan profundo de todas las especies, pero para eso sale a información pública. Se trata de enriquecerlo”, defiende.

Explica que el punto de vista de las asociaciones micológicas es importante pero “su punto de vista es muy parcial”. Recuerda que hay que tener en cuenta otras cuestiones, como “la propiedad de las setas que corresponde al dueño del monte” o el hecho de que la normativa que regula la gestión de los recursos forestales es “la columna vertebral que debe regir el diseño de una norma de estas características. Quizá este colectivo no lo tenga presente”.

Su intención, no obstante, es incorporar “matices” de las alegaciones de los micólogos. “Se trata de consensuar una norma que satisfaga a todos” y avanza que la actividad de recogida (con carácter científico o divulgativo) que practican estos colectivos “tendrá, sin duda, un tratamiento mucho más amplio”. Eso será ya en un desarrollo normativo legal más posterior, en forma decreto.

Etxebarría cree que en el debate sobre la futura regulación de la actividad setera se ha producido cierta confusión en el sector, al haber manejado dos borradores distintos. El primero, “más amplio y ambicioso” -que  no ha salido a exposición pública-  solo se podrá tramitar a través de un decreto que no se concretará, al menos, hasta el próximo otoño. Un segundo borrador, en forma jurídica de Orden, será el que salga a la luz en próximos días, coincidiendo con el arranque de la campaña setera.

“Del primer borrador se extrajeron algunos detalles para trasladarlos a una Orden básica que permita una regulación mínima para la actividad” porque hasta la fecha solo existe legislación “parcial e incompleta” para una práctica muy extendida y “problemática”, especialmente en el norte de la provincia de Guadalajara, en los pinares de Condemios, Galve de Sorbe,  Cantalojas, Tamajón o Cogolludo, además de problemas puntuales en el Alto Tajo. También en la provincia de Ciudad Real se dan casos de recogida masiva de níscalos que  se repiten  tanto en la Serranía de Cuenca como en la sierra albaceteña.

Se trata de una Orden “de mínimos” que permita, después, caminar hacia un marco regulatorio en forma de decreto. “Iremos a por todas para que exista una regulación mucho más detallada”. Por ejemplo, explica,  a la hora de poner en marcha los futuros cotos micológicos o incluso la señalización de las zonas recolección. El decreto establecerá las condiciones en las que se establecerán los cotos. “Cada uno tendrá regulación específica de su sistema de expedición de permisos”.

También se quiere distinguir entre los distintos perfiles de recolectores (es otra de las demandas del colectivo de micólogos) que, además, “contribuya a dar participación al sector del turismo micológico o al gastronómico”.

La Orden servirá como ‘piloto’ para el futuro decreto

La experiencia que salga de la puesta en marcha de la Orden servirá también para elaborar el futuro decreto. “Hay que extraer conclusiones de cómo ha funcionado esta primera norma y cuando tenga recorrido, dar el siguiente paso” pero, sostiene, “el objetivo del decreto es irrenunciable. Ya hay comunidades autónomas que tienen una legislación más avanzada”.

El principal problema en Castilla-La Mancha, detalla Alfredo Etxeberría, es la recogida “masiva y no selectiva” de hongos, sobre todo la que tiene como objetivo la  comercialización. Evitar que se produzcan abusos  será tarea de los agentes medioambientales de la región que “necesitan un marco regulador en el que apoyarse para llevar a cabo el control y vigilancia. Eso no existe”. Y eso, al margen del papel “más transversal” que tienen actualmente los agentes del Seprona de la Guardia Civil.

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