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Sanar las heridas del tiempo

Restauración del órgano histórico de Lezuza (Albacete)

José Iván Suárez

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Escribió Miguel Hernández que “el tiempo es sangre”. Podemos añadir a esta sabia apreciación del poeta eterno que la historia corre por nuestras venas. La prueba que lo verifica es el enorme patrimonio que nos rodea.

Durante siglos, los gobernantes y las sociedades han vivido de espaldas a sus castillos, templos o ruinas de la antigüedad. En muchos pueblos ha sido común que los lugareños utilizaran los sillares de una muralla medieval para construir sus ribazos en las huertas.

Por fortuna, desde el siglo XIX esta mentalidad general de desprecio hacia lo antiguo fue cambiando. Hoy día nadie duda del valor de la historia para el desarrollo turístico y económico de nuestros pueblos y ciudades.

En la provincia de Albacete existen actualmente varios proyectos que tratan de recuperar estas joyas del pasado. En Lezuza, un grupo de vecinos quiere que el órgano de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción vuelva a sonar. Hace cuatro años se constituyó una asociación en la que participan los colectivos de la localidad, la parroquia y las administraciones públicas.

Como explica el profesor e investigador histórico, José Ángel Munera, “la gente está contenta e ilusionada, cada uno aporta lo que puede, unos cinco euros y otros cien, es un proyecto colectivo, no de ningún iluminado”.

De momento, ya ha comenzado la primera fase de una restauración complicada que cuenta con el apoyo financiero de los propios ciudadanos, la Junta de Comunidades de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento y el Obispado.

Los encargados de esta difícil labor restauradora, la empresa Arts Liétor, formada por José Martínez y François Boutin, comentan que “es un mueble de una calidad artística muy buena, con una arquitectura típica de esta época”. El órgano fue construido en 1773. Según José Ángel Munera, tendría 1.452 tubos de los que hoy no queda ninguno. El profesor ha publicado diversos artículos con las averiguaciones que ha realizado sobre este instrumento. Gracias a su trabajo en los archivos ha conseguido dar con los autores del instrumento y con los sacristanes-organeros que durante décadas hicieron sonar su notas “amplias y recias”.

Durante la Guerra Civil dejó de vibrar y el material fue utilizado para fabricar munición. Este es uno de los motivos del deterioro del órgano, un traslado antes de la contienda y la humedad hicieron el resto. Los restauradores afirman que la estructura general está dañada, por eso el trabajo debe ser en colaboración con carpinteros y el maestro organero Carlos Álvarez. Mientras tanto, afianzan la madera estucada y policromada e “intentamos dejarlo cómo estaba en su origen, de eso trata la restauración”, insisten los profesionales albaceteños.

Una vez acabada la rehabilitación del órgano, la intención es que aquí se puedan dar conciertos como ocurre en Liétor, El Bonillo, Férez o Elche de la Sierra. Como detalla Munera, ex alcalde del municipio, “la idea es incluirlo en la Ruta provincial de órganos históricos” y cuando así sea, la localidad de Lezuza contará con otro atractivo que sumar al yacimiento de Libisosa.

El patrimonio de los yacimientos y parques arqueológicos

El yacimiento de Libisosa será muy pronto Parque Arqueológico de Castilla-La Mancha, sus tierras siguen deparando grandes hallazgos desde la primera excavación en 1996, impulsada por el propio Ayuntamiento y la Universidad de Alicante.

Mientras Libisosa se incorpora a la red de parques, el Tolmo de Minateda en Hellín, el único hasta ahora de Albacete, sigue recibiendo visitantes y mejorando sus infraestructuras.

Según nos cuenta Juan Antonio Andújar, concejal de Patrimonio del Consistorio hellinero, “hemos mejorado la accesibilidad a las pinturas rupestres con un proyecto de Expresiones de Interés subvencionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”.

Es más, durante este mes, con ayuda del Ministerio de Cultura, se está llevando a cabo la digitalización de las propias pinturas para un proyecto de realidad aumentada. Aparte se ha intervenido en diversos inmuebles con gran valor patrimonial como el Convento de las Claras y, en colaboración con la Plataforma Ciudadana, se han realizado arreglos en el casco histórico. Además ahora abre sus puertas el Museo de la Semana Santa (MUSS).

Patrimonio en peligro

Recientemente, el colectivo Hispania Nostra incluyó a la Torre de Haches de Bogarra en su Lista Roja de patrimonio en peligro. En la sección de Albacete de este catálogo aparecen también la estación de Chinchilla, la Torre de Castellar de la Sierra, el acueducto de Albatana, el Castillo de la Encomienda de Socovos y la Torre Almohade de Isso.

De esta última, sin embargo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, bajo la dirección de Julio Navarro, ya ha realizado una primera prospección y estudio arqueológico y el Ayuntamiento de Hellín ha incorporado una partida presupuestaria para que durante este año se realice la primera excavación. Se trata de un importante castillo del que dependían 30 pequeñas aldeas de su alrededor.

Sin marchar aún de Hellín, el yacimiento de Los Almadenes es el último donde los descubrimientos han blincado a la prensa nacional. El penúltimo ha sido la evidencia de que hace miles de años ya se extraía el fuego griego.

Albacete ha dado al conocimiento historiográfico grandes piezas arqueológicas que hoy, incluso, ocupan un lugar de privilegio en el Museo Arqueológico Nacional. El sepulcro de Pozo Moro, descubierto en Chinchilla, es un monumento de origen íbero del cual ya se ha hecho una réplica que puede verse en la localidad albaceteña.

En la capital, una copia de la talla de la Dama Oferente se estaba echando a perder entre la humedad de la Plaza del Altozano y el olvido.

Hablamos con Nines Martínez, de la Asociación de Amigos del Instituto de Estudios Albacetenses, un colectivo con 90 socios, cuyo objetivo “es dar a conocer el patrimonio de Albacete, defenderlo y promocionarlo”.

Como detalla Martínez, “uno de los compañeros propuso cambiar de sitio la réplica de la escultura ibérica, para que fuera mejor apreciada por los vecinos, se lo comentamos al Ayuntamiento de Albacete y acogió bien la idea”.

La Asociación fue más allá y organizó un campaña de crowdfunding con el que ha conseguido dinero para su restauración después de más de dos décadas expuesta a las inclemencias meteorológicas. “Ha habido una gran implicación ciudadana y ahora estará en un lugar más visible, con una placa descriptiva, para que los albaceteños conozcan más nuestra historia” y nos avanza Nines que en las próximas semanas la dama tendrá nuevo hogar. Al fin y al cabo, la historia escondida en un cajón no tiene sentido.

La cultura puede cambiarlo todo, por eso, tanto profesionales como colectivos y gestores sensibilizados, están empeñados en acercar el patrimonio a la gente de una manera sencilla.

En este sentido, durante estos meses de pandemia, el Museo Arqueológico Provincial de Albacete ha aprovechado los medios telemáticos para divulgar algunas de sus piezas. El proyecto 'Abriendo ventanas en tiempos de COVID' es una herramienta que ha seguido mostrando el enorme patrimonio de la provincia.

La directora del Museo, Rubí Sanz Gamo, nos detalla que además, “hemos seguido trabajando con los investigadores que nos solicitan ayuda cada día” y la institución prosigue con la digitalización de archivos. Y por desgracia, también deben cooperar con la Guardia Civil para ayudar a esclarecer delitos contra el patrimonio.

De hecho, durante este último año han tenido que participar en tres presuntos actos delictivos. Sanz Gamo narra que esta labor es muy desagradable, “hacer registros domiciliarios es duro, tienes que mirar habitación por habitación y a veces, encuentras piezas arqueológicas en un costurero, pero si se detiene a un expoliador, compensa”.

No es extraño que algunas de esas piezas acaben a la venta en internet si la unidad específica de la Guardia Civil y los profesionales de patrimonio no lo evitan. Hay otro tipo de patrimonio más difícil de expoliar. Es el caso de las pinturas rupestres, no exentas sin embargo, de ataques vandálicos o malas prácticas en su entorno.

En la Sierra del Segura estas representaciones prehistóricas son de una belleza y un valor incalculable. En una de las cunas de este arte, Nerpio, se ha logrado un nuevo hito, la consecución de una ayuda del 1,5 por ciento cultural que otorga el Gobierno de España y con la que se va a mejorar la accesibilidad y adecuación de las pinturas del paraje 'El Torcal de Bojadillas'. Un patrimonio de la Humanidad que nos ata a la tierra y nos devuelve la gigantesca impronta de nuestros antepasados. 

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