'ARQUITECTURA para respirar', alude a la inevitabilidad de la arquitectura, porque como el hecho de respirar es algo que está siempre presente, incluso cuando no somos conscientes. Y, a su vez, nos recuerda la definición de Lao-Tse, según la cual “cuatro paredes y un techo no son arquitectura, sino el aire que queda dentro”. Porque la arquitectura no es una disciplina meramente constructiva, sino que tiene mucho que ver con lo intangible del alma.
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La reconstrucción del paisaje y la identidad tras la catástrofe
“Los municipios afectados por la DANA del 29 de octubre de 2024 no volverán a ser como eran, pero su paisaje urbano debe ser un reflejo dinámico de su historia, su cultura y los deseos de sus habitantes, creando lugares significativos donde las personas se sientan representadas”
Obreros trabajando en la reconstrucción de Letur VÍCTOR FERNÁNDEZ/EUROPA PRESS
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Han pasado cuatro meses desde la DANA que arrasó distintos territorios del sureste del país y, aunque la mayoría de los municipios afectados todavía se encuentran en situación de urgencia, resolviendo las necesidades básicas que permiten normalizar el día a día de sus vecinos, ya se está trabajando en el proceso de reconstrucción urbana y territorial. Esta es la situación de Letur, el municipio afectado en la provincia de Albacete.
Igual que ocurrió en otras zonas del país, en el núcleo urbano de Letur apenas llovió. La catástrofe se gestó aguas arriba, donde se registraron unos 150 litros por metro cuadrado, que llegaron al núcleo urbano de Letur con caudales que superaron los 200 m3 por segundo. Sus efectos, aunque significativos en distintas zonas del municipio y a lo largo de todo el cauce y su entorno natural, resultaron especialmente catastróficos en el punto donde el encauzamiento artificial del Arroyo vuelve a convertirse en curso natural. Es ahí donde se encuentra el acceso al Casco Antiguo de Letur, declarado Conjunto Histórico-Artístico el 22 de noviembre de 1982.
Letur cuenta con un encauzamiento del Arroyo, ejecutado a principios de los años 90, que divide la parte alta del núcleo urbano, hasta alcanzar el Casco Antiguo, momento en el que recupera su cauce natural, bordeando el promontorio de roca calcárea y travertino sobre el que se asienta el Conjunto Histórico-Artístico, lo que ha dado lugar a la creación de profundos valles, cascadas e imponentes paredes de piedra toba.
En este punto singular, conocido como la Cruz Blanca, donde confluye la naturaleza geológica del lugar, la red hidrológica antropizada y el patrimonio histórico-artístico, es donde se produce el daño más significativo de toda la catástrofe. La riada llegó a la Cruz Blanca y continuó su camino en línea recta, hacia la calle Barranco y el Mirador de la Molatica, arrasando con las construcciones e infraestructuras que se encontraban a su paso y dejando un imponente agujero de roca en donde hubo calle, plaza y viviendas.
Plaza de la Cuesta de las Moreras de Letur, en Albacete, tras la riada del 29 de octubre de 2024
Foto: Elena Royo
Ante la devastación, se abre un momento de incertidumbre y reflexión en el que a los técnicos nos surgen una serie de cuestiones a las que debemos dar respuesta: ¿Se puede resolver o mitigar el riesgo solo con intervenciones infraestructurales? ¿Debemos reconsiderar el modelo urbano del municipio? ¿La estructura urbana y tipológica de lo construido es la adecuada? ¿Podemos reconstruir las manzanas afectadas? ¿Hay que reconsiderar el trazado y la funcionalidad de las redes de servicios urbanos dañadas?
Todas estas preguntas resultan fundamentales y prioritarias para reconstruir una versión mejorada de nuestras ciudades, en la que debemos considerar escenarios donde los episodios meteorológicos extremos son más frecuente, si bien, me gustaría añadir un concepto para tener en cuenta en la toma de decisiones: La planificación del Paisaje Urbano como estrategia para prevenir y superar la catástrofe.
Los efectos en la identidad urbana
Desde la Cruz Blanca se inicia la bajada al Conjunto Histórico-Artístico de Letur, a través de la calle Cuesta de las Moreras y hasta alcanzar la Plaza de las Moreras. Estos espacios urbanos, salpicados de pequeñas plazas, siempre acompañadas de fuentes y ornamentadas con roca, bordean y dan acceso a la piscina natural, “El Charco de Las Canales”, uno de los principales reclamos turísticos del municipio. El fondo de escena de la Plaza se compone de edificaciones entre medianeras con fachadas de mortero de colores claros (blancos y ocres) y rematadas con cubiertas de teja, entre las que destaca el “Arco de Las Moreras”, antiguo acueducto natural ejecutado con toba. En este Paisaje Urbano convive la arquitectura tradicional, el patrimonio cultural y los recursos naturales (agua y roca), pero, además, sobre él se configura uno de los principales nodos de actividad del municipio. En la Plaza de las Moreras se instala el mercado semanal, se localiza la entidad bancaria, el cajero, el estanco y la oficina de turismo.
Tras la retirada de la crecida, este paisaje urbano, tremendamente simbólico y representativo para la vida de los letureños y letureñas, se convierte en un enorme agujero de piedra toba. Una fractura que no solo afecta al funcionamiento del sistema urbano -durante cuatro días no era posible acceder al casco antiguo y actualmente continúa limitado el acceso rodado-, si no que rompe con el Paisaje del Recuerdo.
Plaza de las Moreras en Letur (Albacete) antes y después de la riada
Fotos: Elena Royo
Los habitantes de Letur tienen una especial vinculación con la conservación y recuperación de su Patrimonio, el cual entienden, no solo desde un punto de vista histórico y cultural, sino también desde el sentimiento de pertenencia al lugar y desarrollo de su identidad. El daño ocasionado por la DANA pasa aquí de un plano puramente tangible y constructivo a un daño emocional, que acrecienta el ya ocasionado por la pérdida de las seis personas que fallecieron durante la riada.
Si continuamos el recorrido urbano que realizó la riada, llegamos hasta la calle Barranco, viario urbano flanqueada por lienzos de piedra sobre los que se construyen las viviendas. La fuerza del agua ha hecho desaparecer parte de las construcciones anexas a estas viviendas, dejando a la vista lienzos de la antigua muralla del castillo, oculta durante años, y nos permite recuperar un Paisaje Histórico.
Calle Barranco en Letur (Albacete) antes y después de la riada del 29 de octubre de 2024
Fotos: Elena Royo
Terminamos en El Mirador de la Molatica, una gran plaza con vistas al valle de Los Cantalares y el monte del Regalí en la que ha desaparecido parte del espacio público que permitía asomarse al barranco. El imponente Paisaje Natural aparece atravesado por una franja de color tierra vinculada al Arroyo, que nos muestra el increíble aumento del cauce natural que tuvo lugar aquel día. Restos de vegetación, lodos, arenas y enseres en el propio barranco nos aproximan aún más a la magnitud del arrastre y el empuje del agua.
Ante todas estas escenas urbanas, la reconstrucción del lugar no puede abordarse solo desde la mejor recuperación técnica de las construcciones e infraestructuras dañadas, sino que requiere de una propuesta sensible con el Paisaje, que de forma indivisible queda vinculado a la identidad del lugar y al modo en que sus habitantes lo ocupan y lo sienten propio.
La reconstrucción del paisaje
La conexión de la estructura urbana, la recuperación del espacio público de reunión, el Conjunto Histórico-Artístico, la reconstrucción de las infraestructuras básicas (saneamiento, abastecimiento y electricidad), el agua y la roca como recurso (natural y turístico) y la enorme fractura en el recuerdo. ¿Cómo reconstruir esto?
Inevitablemente, el punto de partida pasa por la respuesta infraestructural que permita resolver o mitigar el riesgo de inundación y, tras ella, las mejores soluciones técnicas disponibles permitirán realizar propuestas de reurbanización que maximicen la seguridad y garanticen la funcionalidad, la sostenibilidad, la adaptación al cambio climático y la calidad urbana. Y todos ellos deben abordarse desde una perspectiva común que busque reconstruir la identidad del lugar, manteniendo su carácter.
Pensando en esta perspectiva, como técnicos responsables de esta tarea, no debemos olvidar ahondar en los siguientes aspectos:
· Un análisis profundo del contexto sociocultural e histórico del lugar, el cual incluye el conocimiento de sus tradiciones, eventos históricos, símbolos y elementos que la comunidad valora.
· Aprendizaje de la memoria colectiva, reconociendo los hitos y espacios emblemáticos para los lugareños, pero también sus historias locales, mitos o leyendas.
· Involucrar a la comunidad en el proceso, para determinar qué aspectos de su identidad quieren ver reflejados en el diseño urbano y asegurarse de que responde a sus necesidades y expectativas.
· Utilización de materiales y técnicas locales, integrando en el diseño materiales autóctonos y técnicas tradicionales, que respeten la tradición local y ayuden a preservar el carácter del entorno.
Integrar la identidad del lugar en el proceso de reconstrucción y en la planificación del nuevo paisaje urbano de Letur, no solo hace que el diseño sea más auténtico, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y cohesión social. Los municipios afectados por la DANA del 29 de octubre de 2024 no volverán a ser como eran, pero su paisaje urbano debe ser un reflejo dinámico de su historia, su cultura y los deseos de sus habitantes, creando lugares significativos donde las personas se sientan representadas.
'ARQUITECTURA para respirar', alude a la inevitabilidad de la arquitectura, porque como el hecho de respirar es algo que está siempre presente, incluso cuando no somos conscientes. Y, a su vez, nos recuerda la definición de Lao-Tse, según la cual “cuatro paredes y un techo no son arquitectura, sino el aire que queda dentro”. Porque la arquitectura no es una disciplina meramente constructiva, sino que tiene mucho que ver con lo intangible del alma.
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