Los cribados masivos se 'olvidan' de la ciudad de Valladolid aunque se ignora el origen del 70% de los contagios

La incidencia acumulada en la ciudad de Valladolid ha empezado a bajar en los últimos días. La tendencia de nuevos casos continúa siendo creciente, aunque es cada vez menor. Uno de los grandes inconvenientes de la situación en Valladolid es que muy pocos saben dónde se contagiaron. Los servicios de rastreo vallisoletanos solo detectan el origen de los casos en un 31% de los casos, un índice que está catalogado como riesgo 'alto'. A pesar de esta situación, y con los hospitales al borde del colapso, la capital vallisoletana no está entre las ciudades elegidas para los cribados masivos. La Junta de Castilla y León no ha respondido a este periódico cuando ha pedido una explicación.

En la última semana, solo en Valladolid capital se han confirmado más de dos mil casos de pacientes contagiados de COVID-19 y, según el portal de Transparencia, hay unos 9.000 casos activos de enfermos con coronavirus. El Hospital Clínico tiene 151 pacientes de COVID-19 en planta y 49 en la UCI; el Río Hortega, 202 en planta y 52 en la unidad de críticos. Esta semana ha comenzado a bajar la incidencia acumulada en los últimos siete días, aunque continúan detectándose casos nuevos de contagiados de COVID-19. Si la semana pasada se detectaron 2.270 casos, esta que acaba de terminar se han confirmado 1.648 casos.

La Junta de Castilla y León empezó a apostar por los cribados masivos en noviembre de 2020 por su eficacia al detectar los casos asintomáticos que pueden estar expandiendo el virus sin conocerlo. Ese mes se realizaron cribados masivos en diez zonas básicas de salud o municipios y se detectaron 366 positivos asintomáticos, la mayoría en la capital burgalesa. En diciembre, con la mejora de la situación epidemiológica, se redujeron los cribados hasta seis (47 casos detectados). Los cribados se intensifican cuando empieza la tercera ola, en enero. Este mes se han detectado 2.541 casos positivos asintomáticos en los 73 cribados realizados por toda la comunidad en municipios muy afectados y comunidades universitarias.

En las últimas dos semanas se han realizado cribados masivos en 54 zonas básicas de salud de Castilla y León, entre ellas las capitales de Segovia (incidencia de 2.422 -14 días- y trazabilidad del 73% en el inicio de los cribados) y Palencia (incidencia de 1.325 y trazabilidad del 53%); además de algunas zonas básicas de las ciudades de León, Zamora y Soria. En Burgos, que está teniendo una 'mejor' tercera ola que en otras ciudades, se realizaron cribados en noviembre por su alta incidencia, pero ni Ávila (incidencia de 906 y un 72% de trazabilidad), ni Salamanca (incidencia de 1.374 y un 63% de trazabilidad) ni Valladolid han tenido cribados masivos en su capital.

Lógicamente, cuantas más pruebas se hacen, más casos se detectan en estas zonas con una alta incidencia. En el caso de los pequeños municipios, detectar esos pacientes es más sencillo, puesto que a lo mejor se necesitan solo cien o varios centenares de pruebas. Por ejemplo, el 18 de enero se hicieron 121 test en Sahagún (León), de los cuales dieron positivo una veintena.

La situación es más compleja en las capitales de provincia, donde es necesario movilizar a muchas más personas, que a veces deben esperar durante horas para realizarse un test de antígenos, como en el caso de Palencia. En la ciudad de Palencia sigue sin estabilizarse la curva, aunque los contagios suben con menos fuerza en los últimos días. Esta situación ha provocado que se hagan cribados masivos desde el miércoles hasta el domingo y se hayan detectado 363 positivos de entre 33.917 test realizados.

El objetivo: “romper la cadena de transmisión”

La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, ha defendido esta semana que los cribados “selectivos” se realizan en zonas básicas de salud con una incidencia alta, una tendencia al crecimiento alta y un nivel de trazabilidad bajo. “El objeto de los cribados no es hacer diagnóstico, si no detectar asintomáticos para producir el aislamiento y romper la cadena de transmisión”, ha subrayado en varias ocasiones Verónica Casado, quien destaca el “impacto muy importante” que ha producido el cribado en los sitios donde se han realizado estos test masivos.

El propio presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha defendido en varias ocasiones la importancia de los test masivos por el número de asintomáticos que pueden registrar.

También se están realizando cribados en empresas tras la adhesión de la Junta al plan Sumamos+Economía, impulsado por la patronal (CEOE). Estos test masivos han empezado esta semana y se realizarán periódicamente entre los trabajadores de Castilla y León, aunque no haya una sospecha concreta de un brote laboral, para detectar asintomáticos. Preguntado a este respecto, Mañueco no concretó la cantidad económica que supondrán, aproximadamente, estos miles de test de antígenos que pondrán los servicios sanitarios privados.

En enero, con la vuelta a las aulas y los exámenes, las universidades públicas de Castilla y León también han organizado cribados entre la comunidad universitaria, con muy pocos casos positivos detectados. En el campus de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa) no se detectó ningún positivo, por ejemplo. En el de Palencia, solo dos. Cuatro casos fueron detectados en los campus de Ávila y Zamora de la Universidad de Salamanca (USal); cinco en Burgos; 20 en la Universidad de León; 32 en el campus salmantino de la USAL y 36 en Valladolid. En total, se han hecho más de 15.000 test, de los cuales han dado positivo 103, menos del 1%.

Sanitarios trabajando en su tiempo libre

Las bolsas de empleo de profesionales sanitarios del Sacyl están vacías y la consejera de Sanidad ha tenido que pedir en varias ocasiones voluntarios entre las enfermeras y técnicos auxiliares (TCAEs) que trabajen en horas libres fuera de su jornada laboral, aunque de forma remunerada, como en el caso de Sepúlveda. Los sindicatos de estos trabajadores SATSE, CESM, CCOO y USAE han rechazado esta bolsa de voluntarios porque implica que los trabajadores “renuncien a los descansos generados por los excesos de jornada que han tenido que realizar a lo largo del 2020 a un coste realmente irrisorio”.