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Los jóvenes que refuerzan la sanidad durante el coronavirus COVID-19: “no somos héroes, es nuestra profesión”

María S. en su centro de salud.

Clara Pino Bravo

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Son las nueve de la mañana. Paula Archiles ha terminado su primer turno nocturno en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de Valladolid. Hace menos de un año que ha finalizado sus estudios de enfermería y jamás hubiera pensado en una crisis sanitaria como la provocada por el SARS-CoV-2.

El coronavirus COVID-19 ha causado que jóvenes enfermeras y médicos tengan que comenzar su carrera laboral de una manera “frenética”, comenta Paula. A sus 23 años, es la primera vez que trabaja en la UCI. En su unidad no hay una pauta fija, sino que consiste en una vigilancia intensiva. “Apuntamos cada dos horas constantes y frecuencias de los pacientes”, describe Paula.

En la UCI del Hospital Clínico de Valladolid todavía hay material suficiente. Pijamas de papel desechables, calzas encima de los zuecos y mascarillas con filtro FFP2 son parte del atuendo que Paula ha llevado durante diez horas “largas”, en una unidad crítica, donde el riesgo de contagio es muy alto.

Paula ha estado en “primera línea de batalla”. Esta crisis, que comenzó a principios de marzo, pone a prueba la sanidad pública española. Los aplausos que cada día recuerdan la labor de los sanitarios son un apoyo importante, pero Paula defiende que “no somos héroes, es nuestra profesión”. Como sanitaria, agradece el apoyo de la ciudadanía y espera que todo este esfuerzo se recuerde después de la pandemia. “Nos llaman héroes, pero continúa la precariedad”, zanja Paula.

En el mismo hospital trabaja Noelia Lama. Tiene 24 años y acabó sus estudios en la Universidad de Salamanca hace dos. Hace una semana que comenzó a trabajar por la crisis del coronavirus COVID-19.

Están coordinados en equipos de tres o cuatro personas y todavía hay EPIs para todos los sanitarios, aunque cree que cada vez son más escasos. Su unidad tiene un alto riesgo de contagio y espera que en pocos días se reciba nuevo material.

El pasado martes, Noelia publicó un mensaje en Twitter en el que invitaba a familiares y amigos de personas ingresadas en el área hospitalario donde trabaja a que contactasen con ella para transmitir mensajes a los enfermos, en su mayoría ancianos. Noelia es un nexo de unión entre los pacientes y el exterior, y cree que a partir de iniciativas como esta, el proceso de recuperación será “mucho más llevadero”.

María San Millán no ha parado de trabajar desde que acabó su especialidad en enfermería familiar y comunitaria. Compagina su empleo en un centro de salud de Valladolid con sus estudios de medicina.

Después de los primeros positivos en SARS-Cov-2, desde su centro decidieron actualizar a diario los protocolos de actuación. Para María esta crisis no solo le afecta a nivel profesional, sino también a nivel personal. Al estar expuestos al virus el riesgo de contagiarse es muy alto, afirma María. “Llegas a casa y aunque tomes todas las precauciones posibles temes por tu familia”.

En cuanto los EPIs, María denuncia que son “escasos” e intentan racionalizar el uso. Ante la falta de medios, en su centro de salud han tenido la iniciativa de comprar sacos de basura para confeccionar trajes de protección “artesanales” y han creado pantallas faciales con impresoras 3D.

Además de la atención presencial en las consultas de atención primaria, parte del trabajo de María estos días consiste en atender consultas no presenciales por teléfono. “Hay que seguir prestando atención a otras patologías”, comenta. Algunas llamadas son de pacientes alarmados porque son pluripatológicos y, “además del riesgo añadido de contraer el virus, continúan con sus enfermedades de base, a las cuales hay que atender”.

Sara Varela es residente de primer año de enfermería familiar y comunitaria. Su labor estos días también es atender llamadas. Forma parte del equipo COVID del Hospital Clínico de Valladolid. Atiende llamadas de aquellos que llaman a su centro de salud y marcan el 0 para hacer consultas sobre el coronavirus COVID-19. Según que síntomas presente la persona, “el equipo proporcionará medidas de aislamiento y recomendaciones”.

El equipo COVID del Hospital Clínico también hace seguimiento de los pacientes que han llamado al teléfono de atención del coronavirus que proporciona la Junta (900 222 000) y de quiénes han llamado al 112. El seguimiento de estos pacientes se hace mediante llamadas diarias, donde narran su evolución. En cuanto al volumen de trabajo, Sara afirma que “reciben llamadas sin parar”.

El aplauso que todos los días ocurre a las 20 horas homenajea el trabajo de profesionales, como Paula, Noelia, María y Sara. El equipo humano es fundamental para acabar con esta crisis, pero, lo que más ayuda a frenar el virus, es “que todos nos quedemos en casa”.

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