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Sobre este blog

Adiós a las armas nace con el objetivo de contribuir a la construcción de un mundo más seguro, a través de la cultura de paz y el desarme, desde la investigación y difusión de los efectos perversos del militarismo y el armamentismo, prestando especial atención al comercio de armas, la financiación de las armas, el gasto y presupuestos militares, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y Desarrollo (I+D) de armamento, las operaciones militares en el exterior, con especial atención en el Estado español; también hacemos análisis de conflictos armados, el militarismo y armamentismo mundial y de las doctrinas de seguridad y defensa de España, la UE y la OTAN.

Adiós a las armas es un blog coral en el que escribimos investigadoras y colaboradoras del Centro Delàs de Estudios por la Paz, pero dónde también se pueden encontrar artículos firmados por autoras que hacen una lectura de los conflictos y las relaciones internacionales incorporando un análisis crítico desde la cultura de paz y la no-violencia.

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Violencia de género y presencia de armas: combinación letal.

Disparos en la puerta de la vivienda de la mujer. (EFE/Ángel Medina G.)

Eira Massip

Centre Delàs d’Estudis per la Pau —

La proliferación de armas supone un riesgo para los estados, comunidades, y para todas las personas del mundo. Lejos de garantizar la seguridad nacional o personal, la presencia cada vez mayor de armas aumenta la probabilidad de sufrir la guerra y la violencia. Y aunque esto sea así para todos, el impacto que tiene la presencia de armas es muy diferente en función de si somos mujeres u hombres.

Es cierto que las víctimas más directas de la violencia causada por las armas de fuego son hombres (especialmente jóvenes). Ellos constituyen la mayoría de combatientes, soldados, militares y particulares armados del mundo. Sin embargo, las mujeres, se ven desproporcionadamente afectadas por las armas, no por estar en la línea de fuego, ni por ser sus principales compradoras, propietarias o usuarias, sino por ser mujeres.

Mientras los hombres son más a menudo asesinados por extraños armados, las mujeres tienen más riesgo de sufrir violencia con armas por parte de parejas u otros hombres conocidos. Esto es así hasta tal punto, que “uno de los factores de riesgo más importantes para las mujeres – en relación a su vulnerabilidad a las agresiones– es estar casadas o cohabitar con su pareja”. (OMS 2002)

La violencia contra las mujeres, sea con botas, puños o armas, tiene su raíz en la discriminación dominante que niega a las mujeres la igualdad respeto los hombres. Sin embargo, la presencia de un arma en un hogar, hace que las mujeres estén expuestas a un riesgo especialmente elevado, aumentando drásticamente la probabilidad de que la violencia domestica acabe resultando en muerte. Esto no sucede solamente en sociedades militarizadas o durante un conflicto, aunque en estos contextos los abusos que padecen las mujeres son aún más extremos. En países donde se permite la posesión de armas, como Estados Unidos, el acceso a un arma de fuego en el hogar aumenta cinco veces la probabilidad de que una mujer pueda ser asesinada por su esposo o compañero. El hecho de tener una arma de fuego en el hogar aumenta en un 41% el riesgo de que algún miembro de la familia sea asesinada. Para las mujeres en concreto, esta probabilidad casi se triplica (aumenta un 272%).

No olvidemos la gran violencia simbólica que, junto con los grandes negocios armamentísticos, sigue sosteniendo la cultura de las armas e imposibilitando intervenciones reales de control de las armas. Las actitudes y estereotipos que equiparan masculinidad, poder y protección con posesión, exhibición y uso de armas, son tan solo la misma cara de la moneda. Las armas no protegen a los países, ni a las familias, ni mucho menos a las mujeres “indefensas y vulnerables”. Sea cual sea el contexto, la presencia de armas de fuego tiene siempre el mismo efecto: cuanto mayor sea el número de armas, mayor es el peligro para todos, pero especialmente para las mujeres, la violencia contra las cuales persiste en todos los países, contextos y sectores sociales.

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Adiós a las armas nace con el objetivo de contribuir a la construcción de un mundo más seguro, a través de la cultura de paz y el desarme, desde la investigación y difusión de los efectos perversos del militarismo y el armamentismo, prestando especial atención al comercio de armas, la financiación de las armas, el gasto y presupuestos militares, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y Desarrollo (I+D) de armamento, las operaciones militares en el exterior, con especial atención en el Estado español; también hacemos análisis de conflictos armados, el militarismo y armamentismo mundial y de las doctrinas de seguridad y defensa de España, la UE y la OTAN.

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