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Los Comuns se quedan sin líder en Barcelona a la espera de resolver el futuro de Colau

Ada Colau y Janet Sanz, durante el último pleno de la exalcaldesa de Barcelona

Sandra Vicente

22 de septiembre de 2025 22:39 h

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Hace casi un año que Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, abandonó la política. Lo hizo dejando a los suyos el encargo de “volver a ganar en 2027”. Pero la tarea era, ya entonces, complicada: el partido se había quedado sin su cara más visible y mediática y, después de ocho años ostentando la alcaldía, una formación que solo sabía lo que era gobernar, se estrenaba en la oposición habiendo perdido casi 25.000 votos respecto a los últimos comicios. Y todavía sin tener clara qué relación querían establecer con el PSC.

El encargo cayó entonces en manos de Janet Sanz, pero no será ella quien acabe guiando a los Comuns hasta los comicios. Este lunes ha anunciado que deja su asiento en el Ayuntamiento de Barcelona y el liderazgo del partido. Abandona, en definitiva, la política. El timón de la formación en Barcelona lo tendrá Gemma Tarafa, portavoz del grupo municipal y también al frente de la Ejecutiva del partido.

Ahora, ante los Comuns se vuelve a abrir la incógnita sobre quién dirigirá a la formación. E, inevitablemente, Ada Colau ha vuelto a salir a colación. Si bien la exalcaldesa ha dicho por activa y por pasiva que no piensa volver, hay también voces del círculo de los Comuns que, no sólo no cierran la puerta a que pueda regresar, sino que lo ven como una opción más que posible. Pero todavía no hay nada cerrado y, de hecho, hay otras fuentes que apuntan al nombre de Gerardo Pisarello.

Aunque el aludido guarda silencio, algunas fuentes señalan al argentino como un posible relevo, a pesar de que no tiene un asiento designado en el Ayuntamiento desde la primera legislatura de Colau, entre 2015 y 2019. Entonces trasladó su actividad a Madrid, donde se convirtió en diputado en el Congreso. Sí es cierto que vuelve con frecuencia a la capital catalana, donde se deja ver en actos y mítines, remarcando su influencia como una de las caras más conocidas de la formación.

La de Pisarello es una apuesta nueva en las porras para decidir el futuro de los Comuns. No así la de Colau, sobre quien se ha especulado mucho desde su renuncia, sobre todo por la falta de nombres de la que adolece el partido para poner al frente de la formación. Su despedida de la política, hace ahora un año, puso en jaque a la Ejecutiva, que pasó de estar gobernada por un triunvirato (Colau, Jéssica Albiach y Candela López) a ser un dueto comandado por López, que repite, y Tarafa. La decisión se tomó en una Asamblea Nacional en la que, aprovechando el adiós de la exalcaldesa, se renovó el 43% de los cargos directivos. Todos los nombramientos resultaron del círculo de confianza de Colau.

Su nombre, a pesar de que hace casi un año que no está en ningún puesto de dirección, sigue apareciendo con frecuencia. La misma Janet Sanz la ha citado en diversas ocasiones en su discurso de despedida, refiriéndose a ella como su “madre política”.

Es cierto que la exalcaldesa siempre ha dicho que su marcha era definitiva. Y desde su adiós a la política ha aparecido en diversos podcast -sobre todo de temática cultural y LGTBIQ+- reforzando la idea de que no volverá. “Me supo mal, por tan pocos votos, no poder seguir haciendo viviendas y este tipo de políticas. Políticamente, me supo mal, pero personalmente... La cara que tengo responde a lo que siente mi alma”. Así lo dijo en el programa de la DJ Cora Novoa, con una sonrisa en la cara, respondiendo a la pregunta de si pensaba volver.

Sus declaraciones se han ido alejando de la arena política y estuvo sin apenas opinar sobre la cosa pública durante casi medio año. Pero eso empezó a cambiar a finales de primavera, cuando reapareció para criticar las políticas de vivienda de Collboni en una comparecencia de prensa junto a Sanz y el eurodiputado Jaume Asens.

A partir de ese momento, su presencia en los medios fue escalando gradualmente hasta llegar al punto álgido alcanzado el 31 de agosto, día en que se embarcó en la Global Summud Flotilla rumbo a Gaza.

El crecimiento de la exposición mediática de Colau es inversamente proporcional a la contundencia con la que personas cercanas al partido responden a la pregunta de si se la volverá a ver de candidata. Las mismas fuentes que hace meses eran tajantes y aseguraban que si se había ido era para no volver, hoy responden en condicional y con ambiguos “no lo creo”.

Es sabido que la influencia de Colau es notoria, como también lo es que sus relaciones con el PSC de Jaume Collboni no son nada buenas. Las negociaciones para fraguar un hipotético tripartito (con ERC) tras las elecciones fueron escalando de tono hasta que llegaron a un punto de no retorno cuando los Comuns dejaron caer los primeros presupuestos de Collboni. “Nunca había visto tanta irresponsabilidad política junta”, le espetó en el pleno el alcalde a Colau.

Buena parte de la órbita socialista e, incluso algunas voces de dentro de los Comuns, consideraban que las negociaciones con el PSC se facilitarían cuando Colau decidiera dejar su acta. Pero no fue así. De hecho, para mantenerse fiel a la dirección que estableció la exalcaldesa, la principal decisión que se tomó en el primer congreso del partido fue romper definitivamente cualquier vínculo -y oportunidad de pacto- con los socialistas barceloneses.

Desde entonces, Sanz endureció su discurso hacia el PSC y siguió la estela marcada por Colau de presentarse como una oposición dura. Pero durante su despedida, ha llegado a agradecer, no sólo a sus compañeros de partido, sino a “todas las personas con las que alguna vez he pactado”. Y eso incluye a los socialistas, con quienes los Comuns compartieron gobierno municipal durante seis años.

Barcelona sin candidatos

La decisión de Sanz de abandonar la política ha sido una sorpresa de puertas para afuera del partido. Pero, tal como ella misma ha reconocido, es algo que ya estaba planteándose desde antes de los comicios de 2023. “El resultado de las elecciones no ha influido en nada”, ha sostenido. Hace algo más de un año ya tenía claro que su futuro no estaba en la formación y quiso compartirlo con los suyos pero, justamente, Ada Colau decidió renunciar y Sanz tuvo que dar un paso al frente.

Todo el mundo daba por sentado que ella sería la candidata de los Comuns en 2027, pero este lunes ha cerrado a cal y canto esa puerta. De hecho, asegura, se irá antes de que acabe 2025. Eso impone la necesidad de encontrar un relevo rápido que, de momento, recaerá en Gemma Tarafa. En el partido no son contundentes al respecto, pero hoy nada indica que ella vaya a ser la cabeza de lista en las próximas elecciones.

A día de hoy, todavía ningún partido municipal ha hecho oficial quién será su candidato. El alcalde Collboni sí ha anunciado su intención de ser reelegido y algunos nombres, como el de Elisenda Alamany en ERC o Daniel Sirera en el PP, se dan por hechos. Pero hay dos grandes incógnitas todavía: la de los Comuns y la de Junts.

Esta legislatura se ha caracterizado por las sacudidas. Tres de los seis partidos con representación han llegado al ecuador con líderes diferentes a los que se presentaron a los comicios. El primero en renunciar fue Ernest Maragall, que se fue a los cuatro meses y dando paso al relevo esperado, lógico y afianzado de Alamany.

Luego, al año, fue el turno de Xavier Trias, ganador de las elecciones y que ya dijo que sólo se quedaría si gobernaba. No lo hizo, así que su salida de la política estaba más que anunciada sobre todo después del lacónico “que os zurzan” que profirió durante la investidura de Collboni.

Los de Junts, igual que los Comuns, tienen una brecha abierta para encontrar un líder de cara a 2027. Ya para los anteriores comicios tuvieron que recorrer al exalcalde Trias, que hacía años que había abandonado la política. También apostaron por el revival los de ERC, que escogieron al hermano de Pasqual Maragall, uno de los alcaldes que han generado más consenso de la historia de la ciudad.

Y ya, por último, se despidió Ada Colau y nada hace descartar del todo que ella pueda ser la próxima en apostar por una reválida. De hecho, no sería la primera vez que encabeza una lista que había asegurado que no lideraría. Ya pasó en las elecciones de 2023.

El código ético de los Comuns impide que un candidato repita en más de dos ocasiones, pero entonces el partido auguraba una pérdida de votos significativa y ya adolecía de falta de candidato. Así que Colau tuvo que recurrir a las bases para que avalaran su decisión de volverse a presentar. La situación se repite ahora. Según el barómetro municipal, el partido ha perdido tres puntos en intención de voto y tampoco tiene un representante claro a menos de dos años de las elecciones.

La respuesta se dará en los próximos meses. El partido tiene previsto convocar primarias en noviembre de este año para encontrar a un nuevo presidente de grupo municipal, cargo al que ni Colau ni Pisarello se podrán presentar por no ser concejales en el Ayuntamiento. Ahora bien, sí podrían optar a liderar la candidatura electoral en unas votaciones que la formación pretende celebrar en enero de 2026.

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