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El Parlament da de baja al diputado de la CUP inhabilitado para cumplir con la Junta Electoral

El diputado de la CUP Pau Juvillà, junto a la presidenta de la Cámara, Laura Borràs

Arturo Puente / Oriol Solé Altimira

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Pau Juvillà, el diputado de la CUP inhabilitado en primera instancia, ya no es diputado del Parlament. Su acta ha sido dada de baja con efectos retroactivos desde el 28 de enero, cuando llegó el requerimiento de la Junta Electoral. La secretaria general de la Cámara, la funcionaria de mayor rango, ha informado en una carta a la Mesa de que ha procedido a efectuar los trámites necesarios para retirar el escaño “para evitar que se impute a mi persona o a otros funcionarios”, según ha defendido.

La página web del Parlament ha reflejado la nueva situación de Pau Juvillà, cesado de todos los cargos parlamentarios desde el pasado viernes como puede verse en la imagen. Eso no significa que la Secretaria General activase su suspensión en la fecha del 28 de enero, sino que ha sido dado de baja este jueves pero con aquella fecha, lo que trata de blindar la defensa de la presidenta del Palament, Laura Borràs, ante una eventual imputación por desobediencia.

Unas horas antes de la baja del diputado, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ya había impedido votar a Juvillà. Borràs ha dado así un nuevo paso, decisivo, para acatar la orden de la Junta Electoral Central para cesar al parlamentario condenado de su cargo, si bien ha evitado explicarlo alto y claro. En vez de eso ha alegado que el representante de la CUP no puede votar debido a un “conflicto de intereses”, ya que se el pleno trataba sobre el dictamen de la comisión del estatuto del diputado sobre la inhabilitación de Juvillà.

La nueva escenificación de Borràs para evitar constatar que ha acatado la orden de la Junta Electoral Central ha provocado otra crisis en el independentismo. La CUP, que este miércoles había aprobado en comisión el dictamen sobre Juvillà junto a Junts, ERC y comuns, no ha participado en la votación para mostrar su enfado con Borràs. Juvillà ni siquiera había sido convocado para el pleno.

Con la petición de delegación del voto de Juvillà, la CUP había puesto a Borràs entre la espada y la pared al dejar la decisión en sus manos, después de que la presidenta se hubiera escudado hasta el momento en decisiones de terceros sobre la suspensión de Juvillà. Validar la delegación del voto dependía solo de Borràs, no de los funcionarios de la Cámara, que ya han acatado la orden de la JEC y no consideran diputado a Juvillà.

Antes de iniciar el pleno, Vox ha preguntado directamente a Borràs si Juvillà seguía siendo diputado, intentando así añadir más páginas a la querella por desobediencia que el partido de extrema derecha ha anunciado contra la presidenta del Parlament. La respuesta de Borràs –que la CUP no conocía antes del pleno– ha sido confirmar que ha rechazado la delegación del voto de Juvillà. Lo ha justificado para preservar la “imprescindible nitidez y claridad” del pleno y para que la votación “no quede contaminada por un conflicto de intereses”.

Certificado el cese de Juvillà al no poder votar, el pleno ha seguido, paradójicamente, con la votación de un dictamen que le sigue considerando diputado al menos hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre las medidas cautelares contra la orden de la JEC (y no hasta que la sentencia fuera firme, como decía inicialmente el independentismo). El dictamen validado, además, deja la puerta abierta a que sean los propios funcionarios los que ejecuten la orden de la JEC, una situación análoga a lo que hizo Roger Torrent tras la inhabilitación de Quim Torra en enero de 2020, cuando el president perdió el escaño cuando se lo retiró el entonces secretario general de la Cámara.

El plante de la CUP a la votación no ha impedido que se aprobara el texto por 73 votos a favor –ERC, Junts y comuns– y 53 en contra –PSC, Vox, Ciudadanos y PP. El pleno se ha desarrollado en clima enrarecido. Visiblemente molesta, Borràs ha empleado su derecho a réplica por los dardos que le han mandado varios diputados de la oposición en relación a la suspensión 48 horas de la actividad parlamentaria. “En ningún caso se acordó en la Mesa una suspensión del Parlament, sino que se acordó una modificación de trabajos parlamentarios para elaborar un dictamen y someterlo al pleno”, ha rebatido Borràs.

“Dificultades prácticas” para que Juvillà sea diputado

Solo 24 horas después de votar en comisión un dictamen para “defender” el escaño de Juvillà, el independentismo ha constatado que el diputado de la CUP por Lleida ya no es diputado del Parlament. El presidente de la comisión del estatuto del diputado, Jaume Alonso Cuevillas (Junts), tras repasar abundante doctrina jurídica, ha reconocido que el dictamen que él mismo redactó este miércoles y que sigue considerando, sobre el papel, a Juvillà como parlamentario, tiene “dificultades prácticas de aplicación”.

La oposición ha cargado contra Borràs y el soberanismo. La portavoz del PSC, Alícia Romero, ha reprochado al independentismo el “esperpento político” vivido en la Cámara y les ha instado a decir “la verdad” a la ciudadanía“. El portavoz de Vox, Ignacio Garriga, ha amenazado de nuevo con querellas contra los miembros de la Mesa, mientras Alejandro Fernández (PP) ha definido la actuación de Borràs como ”una birria y una vergüenza“.

Por parte de los comuns, David Cid ha lamentado el “ridículo” del independentismo y ha hecho hincapié en que Borràs ha seguido los pasos de su antecesor, Roger Torrent, pese a las críticas que generó en Junts el cese de diputado de Quim Torra la pasada legislatura. “Ha intentado no seguir la doctrina Torrent y al final ha habido un 'torrente' de realidad”, ha ironizado Cid. “Puro teatro”, han sido los términos empleados por Carlos Carrizosa (Ciudadanos).

La portavoz de la CUP, Eulàlia Reguant, ha argumentado la decisión de su grupo de no participar en la votación del dictamen que sí aprobaron hace 24 horas en el hecho de que Juvillà no ha podido delegar el voto y no ha sido convocado al pleno. “La verdad es que los derechos como diputado de Pau Juvillà están suspendidos, pese a que votamos un dictamen que dice que no hay causas para que pierda su condición de diputado”, ha aseverado.

“Estamos exactamente en el mismo sitio que hace dos años, mal nos pesara entonces y nos pese ahora”, ha lamentado Jordi Orobitg (ERC), en referencia al mismo resultado en que han acabado las órdenes de la JEC para dejar sin escaño a Torra y Juvillà. En un tono muy distinto, el diputado de Junts Francesc de Dalmases ha rehuido la autocrítica: “Ni una lección a Junts per Catalunya”.

Con estos mimbres Borràs deberá responder este viernes a la JEC sobre los pasos que ha dado para ejecutar la orden para cesar a Juvillà de diputado. No permitirle votar es una manera de esquivar una querella por desobediencia, pero ello implica reconocer, aunque no se diga, que Juvillà ya no es diputado. Por si quedaba alguna duda, tras la votación del Parlament la JEC ha insistido en el ultimátum que mandó la semana pasada a Borràs para que cese a Juvillà, bajo advertencia de las “responsabilidades” en que podría incurrir en caso de no hacerlo. En otras palabras: o cumple o termina en la Fiscalía.

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