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ENTREVISTA Secretario de Salud Pública de Catalunya

Josep Maria Argimon: “Los indicadores parecen mostrar que estamos ante una tercera ola”

El secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, teme la llegada de una tercera ola

Pau Rodríguez / Arturo Puente

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Josep Maria Argimon (Barcelona, 1958), secretario de Salud Pública de Catalunya, habla claro: la epidemia se está acelerando a pocos días de la Navidad. Gracias a un cambio metodológico en el análisis de los datos, a partir de ahora con los tests de antígenos, el departamento de Salud puede analizar la evolución del virus en las últimas 24 horas –no con tres días de retraso, como obligaban las PCR–, lo que sitúa la velocidad de contagios, la llamada RT, en 1,4 en vez de la publicada 1,1. Y sube también de forma muy significativa la incidencia semanal de contagios. 

El escenario que se avecina es muy probablemente el de una tercera ola, aunque este médico, epidemiólogo y también director del Instituto Catalán de la Salud pide un poco más de tiempo para acabar de confirmarlo. No quiere avanzar si habrá que tomar de nuevo medidas restrictivas, pero asegura que “todo está sobre la mesa” y que hay que reducir la transmisión del virus antes de la campaña de vacunación. Cara a la Navidad, recomienda directamente evitar comidas de grupo si hay gente muy mayor.

La situación epidemiológica evoluciona desfavorablemente. ¿Estamos ante una tercera ola a las puertas de Navidad?

Necesitaríamos un par de días para confirmarlo, claramente. Pero los indicadores parecen mostrarlo. Hay un cambio de tendencia claro. Y tenemos un indicador, el de enfermos ingresados en las UCI, que durante tres días ha ido subiendo. Es un cambio de tendencia que parece importante y hacen falta un par de días para acabar de confirmar que estamos en una tercera ola real.

Echando la vista atrás, ¿dejar que la gente saliera durante parte del puente la semana pasada fue lo correcto?

No es un tema de que la gente saliese por el puente, sino que durante el puente ha habido mucha interacción. Mucha. Seguramente si no hubiésemos dejado salir podría haber habido esta interacción, porque tenemos espacios de interacción como el comercio, la restauración, la cultura… El tema, cuando hablamos de movilidad, es si nos movemos para hacer algo. Si tengo una casa en un pueblecito y me voy allí, nada. El problema es si voy a ver a familiares y amigos.

Los indicadores de asistencia hospitalaria y la velocidad de contagios –la RT– se sitúan en cifras que, según sus previsiones, obligarían a tirar atrás en la desescalada. ¿Van a aumentar las restricciones en los próximos días?

La RT real no está exactamente en 1,1 [cifra publicada este martes], sino que está alrededor de 1,4. Nos movemos con un nuevo indicador, que explicaremos a la ciudadanía y que publicaremos, que nos permite afinar más los datos y hacerlo con mayor antelación. Hasta ahora, cuando damos datos son con tres días de retraso. Hoy [día 14] dábamos los datos del día 11. Porque las PCR, lo que nos da el número de casos, pueden tardar hasta tres días en ofrecer el resultado. Y el número de casos es la base de todos los indicadores que usamos. 

Desde este punto de vista, cuando empezamos a usar tests de antígenos nos planteamos hasta qué punto sus resultados pueden ser un buen estimador del número total de casos. Hemos estado semanas analizándolo y modelizando y hemos comprobado y validado que es un muy buen estimador. ¿Qué ganamos? Tres días de ventaja, porque con los tests de antígenos tenemos hoy los resultados de las pruebas que se hicieron el día anterior por la noche. Podemos ganar esos tres días. Por lo tanto, hoy sabemos cuántos casos teníamos ayer, hasta el 14. Y no son 8.000 en la última semana, sino que son cerca de 11.000. Y la RT no es de 1,1, sino 1,4.

Entonces, como la foto que tenemos ahora es del día, ¿cuál es la situación en Catalunya? 

Nos dice que hay más casos. No nos dice que seguimos en 8.000 a la semana, sino que vamos a 11.000. Está subiendo realmente. 

¿Habría que retroceder en la desescalada y volver a aplicar restricciones?

Todo está sobre la mesa. Todo. Y es cierto que muchos países no han ni desescalado o están en estos momentos endureciendo medidas. 

¿Usted es partidario de volver atrás?

El indicador que define esto no es ni la RT ni el número de contagios, es el número de casos que ingresan en las UCI, aunque evidentemente todo va conectado. Pero este elemento es la clave: ver cómo evolucionan las UCI. 

Pero con estos indicadores…

Quieren decir que la epidemia está evolucionando realmente rápido.

Un mes después de aprobarse el plan de desescalada, ¿cree que el calendario de apertura era precipitado? 

No somos un país rico. Tampoco pobre, pero no rico. Cuando abrimos o no, lo hacemos pensando que hay mucha gente en una situación muy precaria. Si pudiéramos compensar económicamente a estos sectores que cierran, y sé que se ha hecho un gran esfuerzo –aunque no suficiente–, haríamos como Francia, que reabrirá la restauración a mediados de enero. O como Alemania, que en estos momentos vuelve a cerrar y los compensará. U Holanda. Nosotros tenemos que jugar con el elemento del equilibrio, aunque cuando se desequilibra hay que tomar decisiones. 

Son concesiones que podríamos ahorrarnos si pudiésemos pagarlo. 

Sí, sí. Claramente me refiero a eso. Sé que es difícil de aceptar y de digerir, pero esta es la situación. 

Estamos a diez días de Navidad. Viendo las restricciones en otros países europeos, ¿cree que hay datos en Catalunya que avalen las medidas previstas? 

Las medidas son recomendaciones de máximos, eso es lo que hay que entender. Para muchos la Navidad es muy importante, y visto esto hacemos una recomendación que consiste en decir que intenten no reunirse con más de dos burbujas, que no sean más de diez personas, que extremen precauciones la semana antes… 

Pero si Catalunya es uno de los lugares con restricciones más bajas a la hora de plantear los días de Navidad, ¿es porque los datos acompañan?

Cuando hablamos de la Navidad hablamos del encuentro familiar o con amigos. Lo que es mucho más restrictivo es el entorno, los días previos, el 21, el 22, el 23… No estará todo abierto. La interacción previa está limitada. Se concentra solo en las comidas de Navidad.

Aquí usted ha mencionado alguna vez el beneficio para la salud mental de estos encuentros. Pero también hay gente que dirá que no le compensa si pone en peligro a un familiar.

Exactamente. A ver, en mi familia la mayoría de gente no celebrará la Navidad. Y es normal. 

¿Usted lo recomienda? 

Si es con gente muy mayor, sí. Y eso no quiere decir no verse con esa persona mayor. Puedes verla en el exterior, quedar con ella… Quizás lo que no hay que hacer es sentarse todos alrededor de una mesa y comer sin mascarilla. Nuestras casas son las que son, de tamaño. Pero a las personas mayores sí se las puede acompañar. 

Si los datos van a peor, ¿qué medida sería partidario de adoptar en los días de Navidad?

Esta no es una decisión que pueda tomar una persona sola. Es una decisión que debe tomar el Govern. Nosotros informamos de los datos, de dónde puede haber más interacción, pero decide el Govern.

Pero para usted, ¿entre empezar por replantear el toque de queda nocturno o reducir de diez a seis los grupos máximos…?

Lo que quiere decir el toque de queda ahora mismo es que a las 22 horas nos tenemos que retirar. Y en Navidad, significa que saldrás de casa del familiar y necesitas unas horas para volver a la tuya. A mí el toque de queda en Nochebuena o Nochevieja a la 1:30 no me preocupa nada.

La movilidad, entonces. 

Sí, pero la movilidad de que una persona vaya de una comarca a otra para ver a la familia, no. Lo que me preocupa es que en la semana previa, las interacciones entre personas sean las mínimas posible.

¿Cómo se puede lograr?

Es muy difícil. Por desgracia, esta epidemia va de reducir la interacción social, y esto nos acabará marcando. Una conducta que es saludable, como es socializar con familia y amigos, pedimos que no se haga. Y no durante dos o tres semanas, que es la idea que teníamos en la primera ola, sino durante más de un año. Esto es duro y nos pasará factura. 

Ha hablado antes de los tests de antígenos para la Navidad. Mucha gente lo quiere hacer para cumplir con más seguridad, aunque Salud parece desaconsejarlo. ¿Cuál es el mensaje?

A ver, de entrada comprar por internet no es muy bueno. Ahora mismo nosotros tenemos 40 puntos en toda Catalunya donde se hacen cribados con tests de antígenos. No hay ningún inconveniente en que te lo hagas. El mensaje es que tienes que ir con cuidado a la hora de hacértelo. Si lo haces para reunir a 14 personas de cuatro burbujas y relajar las medidas, es una falsa seguridad. Si lo haces como algo adicional, perfecto. Porque una cosa que nos pasó la semana pasada es que uno de los fabricantes que nos los trae marcaba 98 de sensibilidad y no llegaba a la mitad.

En la localidad de Tremp (Lleida) hay una residencia que hoy mismo ha notificado 2 muertos, ayer fueron 4 y ya acumula más de 50 fallecidos por un brote. ¿Qué ha fallado?

Es una situación dramática, yo creo que se ha fallado en alertarnos demasiado tarde. Cuando el virus entra en una residencia, que lo hace a través de la comunidad, acostumbra a ser devastador, porque cuando entra en una casa o un domicilio acostumbran a caer todos o buena parte de sus habitantes, aunque se tomen medidas muy estrictas. En una residencia pasa eso pero amplificado, porque no viven cuatro o seis personas, viven decenas. Eso hace que el virus se extienda muy rápidamente. Pero realmente ha fallado sobre todo la alerta, demasiado tarde.

Sobre la intervención, Salud tuvo constancia de los primeros contagios 10 días antes de intervenir.

Son dos cosas diferentes. Nosotros intervenimos sanitariamente antes, pero cuando comienzas a ver qué ha pasado allí dentro, y es una cuestión que está bajo investigación y por tanto no puedo decir mucho más, es cuando decides intervenir la residencia. Son cosas diferentes, una cosa es la intervención sanitaria y otra intervenir la gestión de la residencia.

¿Cuándo hacen esta intervención sanitaria? ¿Cuántos días habían pasado desde el primer caso?

Nosotros el seguimiento de casos lo hacemos prácticamente a diario, lo que pasa es que a ti te deben avisar de cosas que hayan podido pasar. Y después también es importante que aquellas medidas que se recomiendan, se cumplan. Es así. Y después viene una intervención que ya no es sanitaria, sino que es una intervención para tomar la gestión directa.

Lo que mucha gente se pregunta es si, por ejemplo, en el caso de la residencia de Tremp eran muertes evitables.

Siempre se puede hacer mejor, y por tanto yo en eso no diré que no. Pero desde este punto de vista tenemos que pensar una cosa: cuando el virus entra, entra. Y se transmite muy fácil. A eso se le suma que es gente muy frágil. Por tanto, claro que pueden ser muertes evitables, pero es muy complicado evitar que el virus entre en una residencia.

¿Puede garantizar que antes de Reyes empezará la campaña de vacunación en Catalunya, como dijo el ministro Illa el lunes?

Espero que sí, todo dependerá de cuándo nos lleguen. Lo que daban el lunes era el día 4 como fecha para que llegue la vacuna, este martes está saliendo algo que más o menos ayer ya se estaba comentado, que es que a lo mejor la Agencia Europea del Medicamento (EMA) avanza algo su reunión. Si eso sucede, posiblemente se avance la fecha de distribución de la vacuna. Porque la vacuna teóricamente está comprada.

El empeoramiento de las cifras de la pandemia, ¿influye en la campaña de la vacunación?

Son muy importantes las cifras, es una variable que deberemos tener muy presente en sus decisiones, en nuestras decisiones, que es que la incidencia de la enfermedad debe ser lo más baja posible. Imaginad algo que no es inverosímil, que es que nosotros comenzamos a vacunar en una residencia. Comenzamos con la primera dosis y después viene la segunda, que en la vacuna de Pfizer es en 21 días. Pues imaginemos que en este espacio de tiempo tengamos un brote en la residencia. Todo el esfuerzo que habremos hecho en esta residencia se irá por el desagüe, porque las personas no tendrán anticuerpos. Por eso es muy importante evitar que la incidencia sea elevada si estamos haciendo este esfuerzo.

¿Eso quiere decir que necesitaríamos bajar la incidencia antes de la vacunación?

Exactamente. Y esta es una variable que yo pondré sobre la mesa en los ámbitos de decisión del Govern. Ya lo he puesto, pero volveré a ponerlo. Primero pones los datos, después algunas consideraciones más, y después las medidas, para que se vaya digiriendo todo poco a poco.

Durante la gestión de la pandemia hemos visto una constante batalla política entre administraciones, comunidades contra el Gobierno central, ayuntamientos… ¿cree que esto se repetirá en la campaña de vacunación?

No. Yo, al menos desde que entré en la secretaria de Salud Pública a mediados del mes de julio, he tenido una relación fluida con el Ministerio. No hemos tenido ningún roce. Es más, nosotros hemos tenido algunos elementos que hemos comentado y compartido y que después el Gobierno central ha recomendado, como el ocio nocturno, en su momento, o reducir las cuarentenas de 14 a nueve días. El ministro sabía que yo iba a revisar eso, y él también estaba en esta onda, así que en pocos días de diferencia se produjo en todos los lados. Hemos tenido una relación fluida.

Los socios de Govern, ERC y JxCat, se han acusado de mutuamente filtrar información de salud pública, de mala gestión en ayudas a afectados… ¿Afecta esto a su día a día?

El entorno siempre influye. Lo dije en su momento: creo que en algunos momentos incluso es entretenido, puedes pasar un buen rato mirándolo. Pero claro que influye.

Una de los debates en Barcelona era sobre la posibilidad de rebajar las restricciones y permitir la movilidad en toda el Área Metropolitana. ¿Lo ve asumible?

¿Si tiene sentido? No. Lo han pedido, pero sentido no tiene. Si es comarcal, es comarcal. Barcelona es muy grande, sí, ya lo sé, y muy densa, ciertamente. Esto quiere decir que nosotros podemos ir a Collserola, pero solo a un trozo pequeño, y por eso hay mucha gente en ese trozo. Cierto. Pero si ponemos como medida el Área Metropolitana, una pregunta: ¿cómo nos encontraremos el centro de Barcelona al día siguiente? Si el lunes del puente esto era un festival, si esto se amplía a 3,5 millones de personas… seguramente la ciudad tendría un beneficio, pero no estamos en eso.

¿Por qué tantos meses después sigue sin coincidir la cifra de fallecidos que da la Generalitat y la que da el Ministerio?

En esto, primero, lo que sí que puedo decir es que no es un tema de transparencia, ni suya ni nuestra, porque al final ambos acabamos dando las cifras públicas, y por tanto… Esto no solo ha pasado con la mortalidad, sino que a veces el Ministerio dice 200 casos, y nosotros estamos reportando 1.000 al día. La mortalidad la acabaremos mirando a través del MoMo. Si es COVID o derivada de COVID es complicado de afirmar. Es cierto que después vendrá la línea y toda la revisión de los certificados de defunción. Pero a mí lo que me gusta mirar es la mortalidad observada respecto de la esperada. Y creo que es la medida en la que nos encontraremos todos, porque también hay diferencias de conteo por países. 

¿Teniendo en cuenta las cifras de mortalidad, les preocupa que la gente tenga la percepción de que Catalunya lo está haciendo mucho peor?

Me preocuparía si fuese verdad, pero yo sinceramente creo que no lo está haciendo mucho peor que el resto, ni mucho menos. Hablamos de Europa y de Occidente. Es cierto que hay países en los que nos debemos de reflejar, como es Japón. También Nueva Zelanda. También hay que decir que Nueva Zelanda son dos islas con 4,5 millones de habitantes y muy baja densidad. Aquí no es igual, París es París, L'Hospitalet es L'Hospitalet, la densidad favorece la transmisión de este virus. 

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