La frase es del que fue presidente de los Estados Unidos, John Kennedy: “No te preguntes lo que puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”. La interpretó correctamente el jugador de los Lakers Magic Johnson cuando pidió más compromiso a sus compañeros de equipo. Y debería recordársele a los políticos catalanes que, a cuatro meses de las elecciones europeas, se plantean los comicios com una ocasión (la enésima) para explicar a Europa y al mundo qué es Cataluña y cómo somos los catalanes.
Las elecciones europeas son vitales. Los males que nos ha infringido han sido espantosos. Millones de personas sin trabajo, sin esperanza, sin casa, sin ilusión, sin dinero, maltratados por una austeridad impuesta con el objetivo de empobrecer a media Europa para que los trabajadores alemanes diesen por bueno su empobrecimiento de los últimos quince años.
No corren tiempos como para ir a llorar a Europa. A decirle que España no nos quiere, nos roba y nos obliga a cuadrar un déficit presupuestario excesivo. España nos puede querer más o menos pero quien no nos ha querido nada estos últimos años ha sido Europa. Ha apretado por el cuello a los países del sur de Europa hasta poner su supervivencia en peligro. Los topes excesivos e innecesarios de déficit nos los han impuesto Angela Merkel, Oli Rehn o Durao Barroso. A esta gente no le tenemos que ir a pedir nada. Nada que no sea responsabilidades por sus acciones y decisiones insolidarias de los últimos años.
La solución de los males de Cataluña, España, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda,... de tantos y tantos países para por una Europa diferente, con un Parlamento diferente, que entienda que queremos una Europa de las personas y no la que nos imponen de los bancos y los mercados.
Desespera ver como tenemos a la gente entretenidas con discusiones secundarias mientras se evaporan los días y las elecciones europeas se acercan sin que prácticamente nadie no hable de ellas en los grandes medios de comunicación.
Eso sí, la noche de las elecciones, las televisiones prepararán grandes despliegues logísticos y grafismos muy bonitos, para explicar cómo ha quedado el Parlamento. Da mucho miedo que los quesitos resultantes de las elecciones que nos muestren dibujen una Europa igual o peor que la que tanto daño ha hecho durante esta crisis. Y sería muy triste que lo único que nos preocupe sea que el nuevo presidente de la Comisión Europea reciba al presidente catalán cuando le pida audiencia para explicarle qué es Cataluña. Aunque ese presidente continúe aplicando y profundizando el austericidio que amenaza de muerte a medio continente. O al continente entero.