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La PAH lleva las protestas ante las sedes del PP y asegura que mantendrá los escraches

La PAH protesta ante la sede del PP en Barcelona. /CARMEN SECANELLA

Jordi Mumbrú

Sólo quien ha perdido el empleo sabe el vacío que se siente. Y sólo quien ha recibido una amenaza de desahucio conoce el terror que eso provoca. ¿Se pueden vivir estas dos experiencias y mantener la esperanza? Sí, se puede. Y ayer lo demostraron miles de personas que están hartas, desesperadas pero que mantienen los ánimos intactos. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) movilizó ayer a miles de personas para criticar que el PP ha rechazado la dación en pago retroactiva y muchas otras de las demandas que se reclamaban en la ILP que se registró en el Congreso con el aval de casi un millón y medio de firmas. Ayer martes el PP defendió ante el resto de formaciones su propuesta, que nada tiene que ver con la de la ILP y que representa “una burla a los intereses de las personas afectadas”, se´gun un comunicado de la PAH.

Hubo protestas ante la puerta de unas 40 sedes del PP en toda España. En Barcelona había cerca de dos mil personas. La decisión de protestar antes distintas sedes y no concentrarse todos ante la misma provocó que no se viera una gran multitud. Pero a nadie le importó. “Es-craaaa-che, es-craaaa-che” gritaban a pleno pulmón. Una joven llamada Carla repartía lazos de color verde en apoyo a la PAH: “En mi familia dejamos de pagar la hipoteca hace un año y medio –explicó- y en cualquier momento llegará la carta de desahucio”. Esta joven está evidentemente preocupada, pero mantiene la esperanza: “Hace un año yo decía que luchar no sirve de nada… y ahora veo que sí que sirve. Sí se puede!”.

Juan Carlos Mora no espera ningún desahucio. “Yo no he perdido el piso, pero veo que hay mucha gente que lo está pasando mal y que está llorando, y por esto estoy aquí. Veo lo que el Gobierno no quiere ver”. Este vecino de Barcelona reconocía que “a lo mejor el escrache no es el mejor sistema”, pero lo defiende ya que “no se puede olvidar el motivo. No lo hacen por capricho. Al menos así escuchan los políticos”.

Conscientes de que han subido el tono de sus protestas y de que algunos medios de comunicación y partidos políticos lo intentan aprovechar para criminalizarles, los organizadores utilizaron el acto para explicarse y defender su cambio de estrategia.

En medio de la calle Urgell de Barcelona, la PAH conectó un altavoz a un generador y con el micro en mano Adrià Alemany recordó que la plataforma lleva “cuatro años interpelando a todo el mundo” y que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en una reciente sentencia, les ha dado la razón y denuncia que la ley española vulnera los derechos fundamentales. Y denunció que, aún así, nada ha cambiado. “Nosotros somos pacíficos, no utilizamos la violencia como hacen los bancos”, añadió Alemany. El público alternaba los gritos de “sí se puede” con los de “es-craaa-che”. El joven recordó que el Partido Popular “no decía en su programa electoral que rescataría los bancos con el dinero de la sanidad y la educación” y recordó que les han acusado de etarras y de nazis. Alemany, que es economista de formación pero que de más joven había tocado en un grupo, aprovechó el micrófono y apuró la voz que le quedaba: “¿Pero como cojones hablan ahora estos de democracia? No pararemos. Continuaremos haciendo escraches”. Los asistentes gritaban animados y esperanzados.

Mañana continúan los desahucios. Y los escraches.

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