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Los formaciones políticas tratan de sacar partido a la Via Catalana

Artur Mas y Joana Ortega, tras recibir a la delegación de la ANC.

Jordi Mumbrú

Barcelona —

Los partidos políticos con representación parlamentaria hicieron ayer lo imposible para mantenerse sobre la gran ola provocada por la Via Catalana e intentar barrer para casa. Para las formaciones independentistas fue muy fácil: bastó con defender que la gran movilización evidencia que la sociedad catalana tiene prisa para ejercer la autodetermnación. El partido del Govern, CiU, también se apresuró en afirmar que la protesta les da la razón y demuestra que están siguiendo el camino adecuado. Los partidos unionistas, como el PP, Ciutadans o el PSC, hicieron piruetas para intentar sacar su rédito de la manifestación.

CiU, que en la última semana había recuperado el sí pero no que tantas veces han utilizado, aprovechó la resaca de la Via Catalana para lanzarse hacia el sí, y tanto. El consejero de Presidencia, Francesc Homs, ya dijo el mismo día 11 de septiembre, mientras participaba en la cadena humana en la plaza Sant Jaume, que el éxito de la movilización demostraba que el gobierno estaba yendo por el buen camino y que hay que continuar por esta línea.

El vicesecretario general de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas, apuntó que para que avance la “transición nacional” hace falta “convicción política y apoyo social” y destacó que el día 11 la “sociedad catalana” respondió “masivamente”. Queda entendido que la “convicción política” ya la ponen ellos. El secretario de organización de CDC, Josep Rull, hizo una comparativa para destacar la magnitud de la proeza: “Ayer 1 millón 600 mil personas salieron a la calle en Catalunya. Es como si los en Estados Unidos hubieran salido 62 millones de americanos, o como si en España lo hubieran hecho 9 millones de personas conectando 9.000 km”.

Por su parte, ICV prefirió poner más el acento en “el derecho a decidir” que en la independencia, ya que es el terreno donde se sienten más cómodos. El coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, defendió que “no se pueden poner límites a la reivindicación de un pueblo”. Herrera animó a Mas a convocar el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir para definir la hoja de ruta y aseguró que “la sociedad quiere ser protagonista” del proceso y “no se quedará al margen”. Los ecosocialistas han criticado con dureza que el Presidente Mas negocie a puerta cerrada -ya sea con Rajoy o con ERC- en lugar de hacerlo con todas las fuerzas que ya se han situado a favor de la consulta.

Algunos independentistas salieron ayer de su casa, un día más, con camisetas amarillas. La escena recordaba los días en que los culés, después de una victoria la noche antes, salen de casa por la mañana con las camisetas azulgranas para continuar disfrutando del triunfo. Ayer no era fútbol, era política. La mayoría de independentistas parecían caminar dos palmos por encima del suelo.

En el Parlament, la escena era similar. Un risueño pero tranquilo David Fernández, de la CUP, aseguraba que los catalanes no tienen que pedir “permiso” a nadie para ejercer su libertad y que la sociedad ya está preparada para ir a votar. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, aplaudió el “fantástica trabajo” de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y también el compromiso de unos ciudadanos “entregados al país”. Intentando poner ERC al mismo nivel que el ANC, Rovira aseguró que su partido se pone “al servicio de los catalanes que quieren votar y quieren decidir vivir en un país libre” y se comprometió a que su formación trabajará duro para tener fecha y pregunta tan pronto como sea posible y para seguir convenciendo a los indecisos.

PSC , PP y Ciudadanos, menos cómodos

Si ayer los independentistas celebraban su particular victoria, los socialistas parecía que no hubieran ni participado en el partido. El lema de la manifestación era “Via Catalana hacia la Independencia”, pero las conclusiones de los socialistas son que “hay un problema político de primer nivel en el encaje entre Cataluña y España” y que “el PSC y el PSOE son los (partidos) que hacen de manera más nítida un ofrecimiento para una salida del problema”, según mantuvo el portavoz del grupo parlamentario, Mauricio Lucena. El político socialista defendió “el derecho a decidir”, el “modelo federal” y que “el status quo actual cambie sustancialmente”.

PP y Ciudadanos buscaban ayer un penalti no señalado y un fuera de juego muy justito. Como suele ocurrir en estos casos, los dos partidos apelaron a “la mayoría silenciosa”, dando por hecho que todo el que no fue a la protesta es unionista, y acusaron a los partidos independentistas de “dividir”. Si alguien esperaba que tal demostración de fuerza podría variar las posiciones del Gobierno de Mariano Rajoy, ayer se fue a dormir decepcionado. La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó que el Gobierno tiene la obligación de escuchar a todos los españoles, “también a los que se quedan en su casa”.

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