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Cientos de personas siguen en la calle la declaración de Cuixart: “Esta pantalla tendría que estar en Madrid”

Cientos de personas siguen la declaración de Cuixart ante el Supremo

Arturo Puente

“Esta pantalla gigante tendría que estar en Madrid, porque si este juicio se estuviera viendo en España como lo estamos viendo aquí, quedarían perplejos”, asegura Montse Colomera, una vecina de Gràcia que, pese a no ser socia de Òmnium Cultural, este martes se ha acercado hasta la sede central de la entidad para seguir la declaración de su presidente, Jordi Cuixart. “Este un líder natural”, afirmaba señalando al activista y tras repasar mentalmente la declaración del resto de acusados.

La calle Diputación con Pau Claris, en pleno barrio del Eixample barcelonés, se ha convertido en el palco desde el que unas 400 personas se han asomado al Tribunal Supremo en la última semana de interrogatorios a los acusados. Antes de comenzar la función, la voz de quien hará el papel protagonista ya atronaba: “Hoy estamos aquí para hacer una cosa bien sencilla pero al mismo tiempo bien legítima: reafirmarnos en nuestro compromiso con la democracia”, pronuncia Cuixart desde el vídeo promocional con el que la entidad anuncia su “acusación al Estado”.

Cuando el juicio comienza, la platea se revuelve. Hay expectación. Carmina Vallverdú, vecina de la plaza España, ha venido desde primera hora para seguir a Cuixart. El jueves pasado, cuando Òmnium también preparó las pantallas gigantes ante la posibilidad de que su líder declarará, Carmina ya pasó por allí y, en aquella ocasión, siguió la comparecencia de Jordi Sànchez. Ahora se confiesa “nerviosa” por cómo contestará Cuixart. “Aunque tanto importa cómo se expliquen, porque no les escuchan”, acaba reflexionando.

“Yo soy un preso político. Después de 500 días de cárcel, mi prioridad ya no es salir de prisión. Mi prioridad es poder denunciar el ataque y la vulneración de derechos y libertades que hay en Catalunya y en el conjunto del Estado español”, declara Romeva. La calle rompe en aplausos en uno de los momentos más celebrados de la mañana. El público sigue lo que pasa en la Sala Segunda del Supremo como si se tratara de la final de un mundial de fútbol. Responden con pitos y abucheos a las preguntas del Fiscal que tratan de vincular a Cuixart con la violencia, aplauden cada palabra contundente del líder social y ríen cuando este contesta con ironía.

“¡Le preguntan los policías heridos en el Ramon Llull, donde aquel chico perdió el ojo!”, se exclama una mujer que prefiere no dar su nombre. “Es que he salido del trabajo para venir a verlo, soy una fugada como los de Bélgica”, bromea. Como Montse, considera que sería necesario que este juicio se viera fuera de Catalunya. “Aquí todo el mundo tiene claro que es una farsa, pero allá no hay interés en que se sepa”, asegura, apuntando a la “paradoja” de que el independentismo ponga pantallas gigantes mientras las cadenas estatales ni siquiera televisan el juicio.

El interrogatorio va avanzando y la platea no deja de recibir público. A media mañana las sillas colocadas por la entidad se han quedado cortas y el público se amontona en las aceras. En las primeras filas se han sentado políticos soberanistas y caras conocidas de la sociedad civil independentista, mientras que en la parte de atrás, voluntarios de la entidad no paran de vender camisetas y repartir pancartas.

Dos de estas voluntarias son Maria Teresa Sabaté y Dolors Gimbert, vecinas del barrio de Sant Martí de Provençals y miembros tanto de Òmnium como de la ANC. “Vinimos a hacer de voluntarias porque consideramos que algo hay que hacer ante lo que estamos viviendo”, asegura Maria Teresa, quien considera que los acusados “están dejando el ridículo a la Fiscalía”. Y, pese a eso, es poco optimista sobre el resultado del juicio, porque a su entender, “la sentencia ya está dictada”.

Dolors no está de acuerdo y salta: “Pues yo creo que no los condenarán, porque no pueden”, asegura. “Se esta viendo que no hay nada de lo que dicen. No podrán condenarlos para no quedar mal ellos mismos, y ya se ve que el juez está intentando dar imagen de que es un juicio normal”, opina Dolors. En lo que las amigas sí coinciden es a la hora de elegir la mejor frase de Cuixart: “Lo de que en Catalunya no gritamos el 'a por ellos' contra nadie”, dice Maria Terersa, “porque es verdad y esa es la gran diferencia”.

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