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Artur Mas pierde el control del calendario del proceso soberanista

El president de la Generalitat en funciones, Artur Mas

Oriol Solé Altimira

El proceso soberanista avanzó hasta su mejor resultado histórico el 27 de septiembre gracias a la movilización en la calle y a la convocatoria de elecciones al Parlament, que sirvieron para calibrar la fuerza y los equilibrios internos del independentismo. El encargado de llamar a los catalanes a las urnas de forma anticipada en 2012 y en septiembre del año pasado fue Artur Mas. Sin embargo, con la convocatoria automática de elecciones el 11 enero, escenario más que probable, Mas perderá el control que ha ejercido durante cuatro años sobre el calendario del proceso soberanista. De esta forma, Mas se queda sin la herramienta que le permitió forzar a ERC a que aceptara integrarse en Junts pel Sí.

Mas amenazó a ERC con no convocar las elecciones del 27-S, tal y como le pedían todos los partidos y entidades soberanistas, si Junqueras no aceptaba una lista conjunta con los convergentes. El temor a un batacazo electoral de CiU se escondía bajo la apelación a la “generosidad” y al planteamiento de poder encabezar o cerrar la lista. Las palabras de Artur Mas en su conferencia de 2014 para analizar el escenario post9N han resonado estos días desde las filas de CUP más reacias a la investidura del president.

No ha servido para que Mas se hiciera a un lado. El president ha sacado este martes toda la contundencia contra la CUP que hasta ahora había distribuido en pequeñas dosis. Ha asegurado que “el proceso se va a pique” si acepta los postulados de los anticapitalistas, antes de avanzar que el lunes firmará el decreto para convocar nuevas elecciones.

La CUP, por su lado, ha vuelto a insistir en la necesidad de un president de consenso y en mejorar el plan de choque social. Durante los tres meses de negociaciones, la CUP no ha exigido que Mas se fuera a casa. De hecho, querían que se ocupara del área de exteriores del Govern, tal y como adelantó el semanario La Directa.

También en 2012 Mas utilizó su prerrogativa exclusiva para adelantar elecciones y llamó a una “mayoría excepcional” comandada por él mismo que materializara la consulta soberanista. Fue un fracaso, y CiU pasó de 62 escaños a 50. Mas no se podía permitir un nuevo descalabro electoral y fraguó la lista de Junts pel Sí, descartando opciones como la de una lista civil sin políticos profesionales, bajo la amenaza de agotar la legislatura si no conseguía una candidatura conjunta.

Pero la llegada del invierno le ha quitado a Artur Mas el control del botón rojo para adelantar elecciones con el que presionó a ERC y a las entidades soberanistas. A primera vista, no parece que Junts pel Sí vaya a repetirse en las elecciones de marzo, pese a que Convergència ya ha puesto sobre la mesa esta posibilidad.

ERC no ha dicho nada todavía. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha evitado pronunciarse en un sentido u otro hasta que el 11 de enero queden convocadas las nuevas elecciones de forma automática. Sin embargo, la opción de repetir una lista conjunta al estilo de Junts pel Sí se descartó para las elecciones generales del 20D.

Además, el escenario de marzo se presenta, a priori, favorable para que ERC repita el 'sorpaso' que logró en las elecciones europeas y en las últimas generales, cuando superó a la marca de Convergència por casi 35.000 votos. La primera vez que Convergència concurría en solitario a unas elecciones tras la rotura de la federación con Unió se saldó con el peor resultado en unas generales en 36 años.

En sus apariciones públicas de esta semana, Junqueras ha querido mostrar a ERC como la formación que aglutina la centralidad del soberanismo, y ha instado a CDC y a la CUP a que se pongan de acuerdo y no dejen de negociar hasta apurar los plazos legales.

El escenario de marzo también abre la puerta a que la plataforma de Ada Colau, Barcelona en Comú, pueda explorar el terreno de unas elecciones al Parlament, tras rechazar concurrir el 27S para centrarse en el Ayuntamiento de Barcelona. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha recordado a Pablo Iglesias que los ritmos de Barcelona en Comú se marcan desde la capital catalana, y que nunca ha “pensado en la alcaldía como un paso instrumental” a la Generalitat. BComú ha asegurado que todavía no ha tomado la decisión de participar en los comicios de marzo, todo lo contrario de lo expresado por Iglesias, que se ha mostrado convencido de que “En Comú Podem ganará las próximas elecciones en Catalunya”.

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