Gabriel Rufián (ERC) interviene en la campaña que denuncia un supuesto fraude electoral
“En Catalunya, tras perseguirnos por poner urnas, recurrirnos cualquier ley y llamarnos nazis por ganar… algo sospechábamos ya de lo de #FraudeEspaña26J”, ha dicho este miércoles en su cuenta de Twitter el cabeza de lista de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián. La etiqueta #FraudeEspaña26J se refiere a la campaña que acusa el Ministerio del Interior de haber manipulado los resultados del 26J. Rufián, sin embargo, ha acalarado en un tuit superior que se refería al “fraude que supone utilizar las instituciones contra la soberanía de un pueblo, no de un fraude electoral”. ERC ha denunció “ataques a los catalanes” durante la campaña, especialmente tras la publicación de las conversaciones entre el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el jefe de la Oficina Antifrau, Daniel de Alfonso, para intentar incriminar a Oriol Junqueras.
La teoría del “pucherazo” electoral se ha extendido por las redes porque los datos de participación en la web de ministerios no cuadraban, pero tiene una explicación. Si se acude a la web del Ministerio del Interior de aquella noche electoral, el Partido Popular obtuvo 7.215.752 votos (28,72%). Si se consulta la web oficial del 26J, 7.236.965 votos y un 28,71%. ¿Por qué hay ese baile de números? Porque los votos de los residentes en el extranjero no se contabilizan en las noches electorales, sino que se hace pasado un tiempo y aparece en las webs de las sucesivas citas electorales pero no en las vigentes. Es decir, los datos del voto extranjero del 20D no aparecen en la web del ministerio del 20D, sino en la del 26J que, a su vez, no tiene recogidos los datos del voto extranjero del 26J. Y así sucesivamente.
De los 36,5 millones de españoles con derecho al voto en las elecciones del 26 de junio, 1.920.256 residen en el extranjero, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y no salen reflejados en la web del ministerio del 26J. En elecciones previas, la participación de ese votante se ha desplomado a causa del voto rogado. Ese voto modifica ligeramente el resultado final de cada candidatura y notablemente el de la participación.
Por otra parte, el proceso de recuento de votos cuenta con una serie de mecanismos para evitar un “pucherazo” en las elecciones. Los representantes de los partidos asisten a todo el proceso de recuento y se llevan copia de las actas para que sus formaciones puedan contrastarlas con los datos que refleja el Ministerio del Interior.
