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Un guardia civil declara que las comunicaciones entre mossos delatan que su prioridad el 1-O era espiarles

Una patrulla de mossos se encara a la Policía el 1-O

Pedro Águeda / Oriol Solé Altimira

El quinto guardia civil que ha declarado este jueves en el juicio por el 1-O ha asegurado que las comunicaciones por radio de los Mossos d'Esquadra el día del referéndum delatan que la orden prioritaria para todos ellos era que espiaran los movimientos de Policía y Guardia Civil. El comandante ha asegurado que “tenían preferencia sobre otra novedad dar los movimientos de nuestros convoyes”, en referencia a Policía y Guardia Civil.

Incluso se habrían usado nombres clave. En las comunicaciones por radio de los Mossos, ha dicho, a los policías se les llamaba “escudos” y a los guardias civiles se aludía como “banderines”. Desde el centro de mando de los Mossos, ha declarado el comandante, se les insistía en que no aparecieran uniformes de Mossos en las imágenes de los medios de comunicación que grabaran a los antidisturbios de Policía y Guardia Civil actuando.

El fiscal Fidel Cadena ha preguntado al agente si supo de la utilización de mayores o niños en los colegios como “escudos”. “Lo decían por las propias emisoras, que estaban hablando con los responsables locales de votación y que ya les habían comentado cuál era su estrategia”, ha respondido.

El agente ha asegurado que los Mossos mantenían contacto con los responsables de los centros de votación y que éstos les adelantaban qué iban a hacer si llegaban las Fuerzas de Seguridad del Estado. Así, ha relatado que a un binomio presente en un colegio de La Jonquera (Girona) comunicó por radio que los responsables del centro de votación les habían explicado que harían un pasillo a los antidisturbios para que cuando llegaran a la urna se la encontraran atornillada.

Los correos de Forn y los Mossos

Este agente también ha analizado los correos incautados al exconseller de Interior Joaquim Forn. Respecto a los que se intercambió con el major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, el guardia civil ha concluido que había “una unidad de acción entre los responsables políticos del cuerpo y en este caso el major de los Mossos d'Esquadra”, teoría que tanto el major como y Forn rechazaron. El agente ha dicho que ambos coincidían en que la prioridad era preservar la convivencia ciudadana “como bien máximo”.

A preguntas de la defensa de Joaquim Forn, que ejerce el penalista Xavier Melero, el agente ha matizado que no hay ningún mensaje de respuesta en que el exconseller formule “indicaciones” o “modificaciones” de los planes de los Mossos. Tampoco consta la “opinión” de Forn en los correos sobre la designación del coronel Diego Pérez de los Cobos como coordinador policial del 1-O ni hay respuesta a la petición de un sindicato para convocar el Consejo de la Policía de Catalunya.

Sin embargo, sí se ha constatado que un correo del 30 de septiembre que envió Trapero a Forn contradice lo que declaró el comisario de información de la policía catalana durante el 1-O, Manel Castellví. Así, en el correo se reporta que Òmnium y ANC impulsaron durante el fin de semana concentraciones en los colegios para “no abandonar los colegios hasta que finalice la consulta”. Sin embargo, Castellví, declaró ante el tribunal que no tenían esa certeza –relacionar la ocupación de los colegios con la intención de garantizar la votación– por lo que no actuaron en los centros antes del 1-O.

El primer agente en declarar este miércoles lideró la incautación en una nave de Bigues y Riells (Barcelona) de casi 10 millones de papeletas y 6.000 sobres electorales del 1-O. El registro, ha explicado, transcurrió “con total normalidad” pese a los momentos de tensión que se produjeron después, cuando un grupo de “200 o 300” concentrados con “actitud hostil” obstaculizaron la salida de los agentes.

El agente ha confirmado que, a raíz de una labor de vigilancia previa al registro, detectaron a principios de septiembre la presencia del actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, en la nave, junto a otros diputados y miembros de la ANC, una información que ya se hizo pública el pasado mes de mayo. Cuando se celebró el referéndum, Quim Torra era asesor del Govern y colaboraba con Òmnium y la ANC.

No ha permitido extraer grandes conclusiones el análisis del correo de la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa. Del millar de correos, el guardia civil solo consideró que 14 tenían interés para la investigación. Un día después de la convocatoria del referéndum, Bassa adjuntó pidió al secretario general de CCOO en Catalunya, Javier Pacheco, “difundir que la clase trabajadora que esté activa el domingo 1 de octubre tiene derecho al tiempo para ir a votar, si es el caso”.

Asimismo, Bassa también envió un correo al secretario general de UGT en Catalunya, Camil Ros, con copia de la nota informativa que la Generalitat dirigió a los funcionarios con motivo de la huelga del 3 de octubre, y una comunicación interna a los secretarios generales del departamento después del 20-S en los que les felicitaba por su reacción ante una “actuación injusta y lamentable de la Fiscalía”. Y del correo de Jordi Cuixart solo se ha constatado que el guardia civil que lo analizó confundió a una tal Marta Rovira Martínez con la secretaria general de ERC, Marta Rovira Vergés.

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