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Lluís Llach desafina el relato pacifista del 20-S y afirma que había manifestantes “demasiado animados” ante Economía

Lluís Llach, en el Supremo

Oriol Solé Altimira

El cantautor y exdiputado de Junts pel Sí Lluís Llach no ha seguido la línea de otros testigos de las defensas y ha introducido un elemento potencialmente violento a la concentración frente a la conselleria de Economía del 20 de septiembre de 2017. En su declaración testifical en el Supremo, Llach ha revelado que a medida que iban llegando personas frente a la conselleria varios diputados acordaron formar “una barrera de cara a la gente que estaba manifestándose” frente a la puerta del departamento para “llamar a la calma”.

Las palabras del exdiputado han causado estupor en no pocas defensas, que han presenciado como Llach resucitaba el fantasma que combaten desde hace más de 30 sesiones de juicio: el componente violento y el supuesto intento de asalto de la concentración frente a Economía, que para las acusaciones es uno de los hechos clave de la rebelión y la sedición.

Y es que el cantautor, si bien ha negado cualquier intento de asalto al edificio, sí ha dado a entender que lo contemplaba como posibilidad y ha admitido que hubo momentos de tensión en la concentración. Todo lo contrario que los testigos de las defensas que lo habían precedido, que habían dibujado la protesta como una manifestación a la que poder acudir en familia.

“La finalidad –de la barrera, ha explicado Llach a preguntas de Vox– era que, viendo que venía tanta gente, dar un mensaje explícito de que no se quería que aquello interrumpiese de mala manera el registro que estaba ocurriendo dentro de la conselleria”. “Estuvimos así durante toda la concentración y cuando nos pedían cosas llamábamos a la calma”, ha apostillado. Además, ha destacado que los Jordis “iban a calmar siempre a los grupos de gente que estaban demasiado animados”. En suma, que no todo fueron conciertos y cánticos.

Las defensas han intentado contrarrestar el errático relato de Llach dejando claro que los Jordis siempre fueron pacíficos y colaboradores con la Guardia Civil. En este sentido, Llach ha explicado que fue él quien recomendó a Sànchez y Cuixart que se subieran a los coches de la Guardia Civil para desconvocar la protesta. “Era el único sitio desde donde se podía hacer efectiva la desconvocatoria”, ha apostillado.

Asimismo, ha explicado que una vez Sànchez y Cuixart desconvocaron la protesta al filo de la medianoche, le recomendaron que se marchara “porque era una persona conocida y para que la gente no se quedara un poco más para ver que pasaba”. Y ha recordado que a él “nunca le habían silbado tanto en un escenario” como cuando el presidente de Òmnium llamó a la gente a marcharse a su casa. “Tengan la constancia absoluta de que no salimos a la calle si no es con la norma asegurada de que si hay un alborotador se le deje en evidencia”, ha cerrado Llach.

Más diputado extranjeros

A Llach le han precedido las declaraciones de dos eurodiputados y dos parlamentarios de Alemania y Québec. Tres de ellos estuvieron el 1-O en Catalunya y han destacado el comportamiento pacífico de los votantes, negando que agredieran a la Policía. “Pese al miedo, las personas estaban determinadas a votar de forma pacífica y eran conscientes que hacían un acto de desobediencia civil”, ha expresado la diputada canadiense Manon Masse, quien a preguntas de la Fiscalía ha dicho que ella misma se costeó el viaje a Catalunya. 'Había mucha determinación y la actitud de los votantes era absolutamente pacífica“, ha valorado el diputado alemán Andrej Hunko.

Por su lado, el eurodiputado esloveno Ivo Vagjl ha destacado que su antiguo colega en el Europarlamento Raül Romeva “nunca se ha declarado a favor de la violencia y siempre ha buscado el dialogo y el pacifismo para resolver el problema” entre Catalunya y España. En el mismo sentido se ha expresado la eurodiputada portuguesa Ana Gomes, quien ha ensalzado a Romeva como “partidario del dialogo”.

El presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha cortado a los dos eurodiputados cuando han hecho referencia al dialogo como vía de encauzar el conflicto catalán o el derecho a la autodeterminación. “El testigo no ha sido llamado para ofrecer soluciones a un problema político. El tribunal no es receptivo a las valoraciones sobre cómo debe resolverse el problema, estamos en esta sala en un problema jurídico”, ha razonado Marchena.

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