El PSC suspende a los tres diputados críticos de todos sus cargos en el partido
El pulso entre la dirección del PSC y los tres diputados críticos que el jueves 16 de enero rompieron la disciplina de voto en el Parlament de Cataluña continúa. La Comisión de Garantías del partido ha suspendido cautelarmente de todos sus cargos orgánicos a Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura a la espera de resolver el conflicto por romper la disciplina de voto y haber apoyado la petición al Congreso de la competencia para celebrar la consulta soberanista del próximo 9 de noviembre. Los tres parlamentarios se han negado reiteradamente a entregar su acta de diputado.
En un comunicado, el PSC precisa que la decisión –de aplicación inmediata- se ha tomado “ante la gravedad de los hechos denunciados, la significación pública de los militantes” y por la condición de miembros de la Comisión Ejecutiva y del Consell Nacional tanto de la exconsejera de Salud Marina Geli como del alcalde de Vilanova i La Geltrú, Joan Ignasi Elena; así como de Núria Ventura, representante de la federación de las Terres de l’Ebre en el Consell Nacional. Los tres parlamentarios socialistas también han sido suspendidos de sus cargos de dirección tanto territoriales como sectoriales.
Según los estatutos del PSC, corresponde a esta comisión interna “preservar el cumplimiento de los Estatutos y del reglamento del partido”, así como asegurar el ejercicio de los derechos y deberes de los afiliados. La dirección que encabeza Pere Navarro acusa a los tres diputados socialistas que apoyan la consulta de romper la disciplina de voto del grupo parlamentario, que se posicionó en contra, y también de vulnerar un acuerdo del Consell Nacional aprobado por mayoría.
Sin embargo, la comisión encargada de dirimir los conflictos políticos del partido también tiene la obligación de “hacer respetar el pluralismo interno y la libertad de opinión, de expresión y debate”, así como de “hacer respetar los derechos de las corrientes internas, los grupos de opinión, clubs, fórums y plataformas de debate”. Precisamente, el voto en conciencia y la discrepancia política sobre la consulta son algunas de las razones que esgrimen los tres diputados para justificar su desobediencia a la línea oficial.
Con la decisión de traspasar el problema a la Comisión de Garantías, Navarro intenta minimizar la crisis política que atraviesa su partido y enmarcarla en un mero conflicto de intereses entre dos partes. Pero lejos de conseguir frenar el desgaste político y de liderato que el debate soberanista está suponiendo para el socialismo catalán y para su dirección, la decisión sigue alimentando la división interna porque no resuelve el grave problema de fondo, que es el enfrentamiento abierto entre el sector catalanista y el sector más afín al PSOE.
La aparición de un manifiesto a favor del referéndum pocas horas después de la votación en la cámara catalana que ya suma más de 1.300 adhesiones, entre ellas las de pesos pesados del PSC como los exconsejeros Joaquim Nadal, Montserrat Tura y Antoni Castells, demuestra que Geli, Elena y Ventura no son casos aislados como quiere dar a entender la actual cúpula socialista, sino que representan a un sector que ha roto su silencio y exige a su ejecutiva nacional un posicionamiento claro a favor del derecho a decidir de Cataluña.
La crisis salpica a las primarias en Barcelona
Tampoco están sirviendo de mucho los intentos de Navarro para que el cisma no enturbie el proceso de primarias para designar al cabeza de cartel del PSC en Barcelona con vistas a recuperar una alcaldía emblemática ahora en manos de CiU. Uno de los seis aspirantes a candidato, el actual presidente del grupo municipal socialista, Jordi Martí, ha anunciado este lunes que renunciará a presentarse a las elecciones primarias si se expulsan a los tres críticos. “En democracia no puedes participar en un combate de ideas y proyectos con la mirada amenazante de la dirección del partido”, ha asegurado en un correo electrónico enviado a sus seguidores.
Martí, que también firma el manifiesto socialista a favor del referéndum, se ha posicionado desde el principio claramente del lado soberanista y hasta tres veces ha roto la disciplina de voto de su grupo en el Ayuntamiento de Barcelona. La última vez fue en el último pleno del pasado mes de diciembre, cuando se ausentó de la votación para aprobar una propuesta de ERC para colaborar con la Generalitat de Cataluña en la organización de la consulta del próximo noviembre.
Al margen de lo que ocurra en la federación del PSC de Barcelona, ahora todas las miradas están puestas en la Comisión de Garantías y en lo que ésta tarde en emitir un veredicto definitivo. Las medidas disciplinarias contempladas pueden ir desde una sanción administrativa hasta la expulsión del grupo parlamentario y del partido. En este último caso, Navarro impondría su autoridad, cosa que serviría de aviso para nuevas sublevaciones. Sin embargo, el PSC lo pagaría caro: se convertiría en la cuarta fuerza en el Parlament por detrás del PP, ya que los tres diputados expulsados pasarían al Grupo Mixto.