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ENTREVISTA Primer secretario del PSC

Salvador Illa: “Estoy dispuesto a que Catalunya no pague los platos rotos de este Govern fallido”

El líder del PSC, Salvador Illa, en uno de los salones  del Parlament de Catalunya

Neus Tomàs / Arturo Puente

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Salvador Illa (La Roca del Vallès, 1956) sigue encabezando todas las encuestas que se publican en Catalunya aunque, como le pasó tras ganar las últimas elecciones, llegar el primero no siempre es sinónimo de conseguir ser el presidente de la Generalitat. El líder del PSC sigue fiel a la estrategia que ha seguido desde el primer día: mano tendida al Govern pero sin “cheques en blanco”. 

Tras la salida de Junts del Ejecutivo, ERC está empezando a sufrir ya en las votaciones en el Parlament y aún no sabe si podrá aprobar los presupuestos. Para ello necesita a los socialistas y, escuchando a Illa, parece que están aún muy lejos.

El primer secretario del PSC subraya que sus diputados no son ni serán una muleta del Govern y advierte de que nadie cuente que esto va de “cambio de cromos” entre las alianzas en el Congreso y las del Parlament. Reivindica sus 33 diputados, los mismos que tiene ERC, y de ahí que defienda que en la Cámara catalana, a diferencia de lo que pasa en Madrid, sea una negociación entre iguales.   

Ha culpado al president Aragonès de que Catalunya no tenga presupuestos el 1 de enero. ¿Qué ha hecho el PSC para conseguir que estuvieran antes?

Desde el 22 de agosto nos hemos ofrecido para una negociación presupuestaria que el Govern y el señor Aragonès han ido dilatando en el tiempo, de forma que el calendario se les ha echado encima. Antes del colapso del Govern todas las declaraciones del president eran ‘con el PSC no’ y, tras el colapso, los dirigentes de ERC dijeron que preferían unos presupuestos prorrogados al apoyo del PSC. Ahora hemos hablado, pero son conversaciones preliminares que no se pueden calificar de negociación. Estamos a la espera de que nos hagan llegar documentación. 

Desde el Govern alternativo de Catalunya nos hemos reunido con 170 entidades del país y todo el mundo coincide en que los presupuestos son necesarios, no para sostener al Govern de Aragonès, que ha colapsado, sino para ayudar a Catalunya. Queremos una política útil y seria, que piense en lo que le hace falta al país y a la ciudadanía. Si nos hacen llegar la documentación que hemos pedido, podremos trasladar nuestras propuestas y abrir una negociación que me gustaría que llegase a buen puerto.

No quiere darle “un cheque en blanco” al Govern para aprobar los presupuestos. ¿De lo que ha visto, qué está dispuesto a aceptar y qué no?

De ver, no he visto nada. Hemos conocido por terceros la ley de acompañamiento, pero no he visto los números concretos. Analizaremos de forma detallada la propuesta del Govern cuando nos la haga llegar. Pero quiero ser claro: la posición del PSC no es complementar una mayoría para sacar adelante los presupuestos, que es lo que ha pasado en el Congreso de los Diputados. El PSC tiene los mismos diputados que ERC. Estoy dispuesto a que Catalunya no pague los platos rotos de este Govern fallido, pero la negociación tiene que ser de tú a tú. La cosa no va de una carretera o una escuela más, sino de hacer una negociación muy seria a la que estoy dispuesto desde el 22 de agosto. 

Queremos construir la alternativa a un Govern fallido y colapsado, lo que no impide llegar a acuerdos

Si el Govern lleva los presupuestos al Parlament sin cerrar un acuerdo con el PSC, ¿presentarán enmienda a la totalidad? 

Evidentemente. Si el Govern lleva los presupuestos al Parlament sin negociarlos, votaremos en contra y los devolveremos al Ejecutivo. ERC no ha cumplido con la mesa catalana de partidos, que fue lo único que acordó con el PSC al inicio de la legislatura del presidente Sánchez. No hay ningún otro acuerdo con ERC, y los acuerdos se tienen que negociar, empezando por los presupuestos. No cambiaremos nuestra forma de actuar: queremos construir la alternativa a un Govern fallido y colapsado, lo que no impide llegar a acuerdos, como los que hemos alcanzado en materia de lenguas oficiales en la enseñanza o para renovar cargos. Hoy el funcionamiento de la Sindicatura de Greuges no tiene nada que ver con antes, como tampoco la orientación de los medios públicos de Catalunya. 

¿Los acuerdos del Gobierno central con ERC lo condicionan para negociar con Aragonès?

No creo en el cambio de cromos Madrid–Catalunya. El PSC sigue su línea de trabajo en Catalunya, aunque evidentemente forma parte de la mayoría que apoya al Gobierno del presidente Sánchez. La política del Gobierno con Catalunya es la adecuada y nos identificamos con ella. 

¿Habría que tocar los impuestos? 

Hay que analizarlo, aunque no creo que sea el momento para tocar la fiscalidad. Me inclino por mantenerla tal y como está.

Si el Govern lleva los presupuestos al Parlament sin negociarlos, votaremos en contra y los devolveremos al Ejecutivo

¿Sigue descartando la moción de censura?

Lo que tiene que hacer el Govern es gobernar. Si no quiere gobernar, el señor Aragonès tiene que decir qué quiere hacer. Veo muy difícil que un Govern tan débil pueda afrontar todos los retos que tiene Catalunya, pero la responsabilidad es del señor Aragonès, no mía. No hay precedentes de un colapso tan rápido de un Govern.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que no es el momento “oportuno” para reformar el delito de sedición y otro socialista, el presidente aragonés, va más allá y defiende que lo que debe hacerse es agravar las penas por ese delito. ¿Ha hablado con ellos?

Sí, y también con otros compañeros del Partido Socialista. Ambos han dicho también que es una decisión que compete al grupo en el Congreso y que ellos dan su opinión pero que respetan el criterio mayoritario. Y ese criterio se expresó esta semana, dando apoyo a la tramitación de esta actualización del Código Penal, que yo creo que es correcta y me siento plenamente identificado. Primero porque obedece a un compromiso de investidura del presidente Sánchez, después porque creo que es correcto actualizar los tipos delictivos que se pusieron en juego en otoño de 2017 y viendo la experiencia de entonces. 

[El de sedición] es un delito redactado hace 200 años y pensado para un contexto diferente. Y es de sentido común mirar lo que pasa en nuestro entorno. Por eso creo que es una reforma sensata. Quiero decir además que las conductas de hace cinco años siguen tipificadas, pasan al delito de desórdenes públicos agravados con una pena muy importante. Y además hay otros instrumentos para evitar actitudes unilateralistas, como es el mecanismo constitucional del 155.

Hay dos opciones: o la derogación de la sedición es un gesto en favor de la desjudicialización o es una reforma que pone más fácil que Europa entregue a Puigdemont en España. ¿Con cuál se queda?

Con ninguna de las dos. Primero, creo que desjudicialización es que la política ocupe el espacio propio de la política, no es que invadir la esfera propia del Poder Judicial. El espacio de la política es el del diálogo, los acuerdos y es el camino que se está siguiendo, excepto en Catalunya, donde hace falta poner ya en marcha la mesa de partidos. Y el espacio propio de la política también es el Congreso de los Diputados, haciendo leyes, que es lo que se está haciendo. La situación que tenga el señor Puigdemont u otras personas… tendrán que tomar las decisiones que correspondan. Yo siempre he dicho, con el máximo respeto, que él debe hacer frente a las consecuencias de las decisiones que tomó y el Estado de Derecho no se puede obviar en ningún caso. 

¿Cuándo reclama que Puigdemont debe hacer frente a las consecuencias de sus acciones lo que significa es que debería pasar por la cárcel como el resto de dirigentes que estuvieron en la organización del 1-O?

Yo en estos temas me he expresado siempre igual y con el máximo respeto, porque cada uno ha de tomar sus decisiones y me hago cargo de que son situaciones complicadas. Pero un dirigente político, cuando toma una decisión, debe asumir sus consecuencias y dar respuesta ante las instancias que le piden cuentas. 

Puigdemont aseguró hace varias semanas que varios emisarios del PSOE se habían reunido con él para generarle “expectativas de un buen trato, vía reforma del código penal, y un indulto. Siempre y cuando aceptara comparecer ante el Supremo”. ¿Qué sabe de esto?

Lo que ha dicho el presidente del Gobierno: que no es cierto. Y me remito a esto, él ha dicho que rotundamente no y a mí no me consta nada diferente.

¿Considera que el delito de malversación también debería revisarse, tal y como pide ERC?

Yo me siento cómodo con la propuesta de actualización del Código Penal que ha registrado mi partido y que este jueves se admitió a trámite. A partir de aquí veremos la tramitación parlamentaria, si hay propuestas de este tipo o de otro. Pero, con la que me siento yo cómodo es con la reforma que presentó el grupo Socialista junto a Unidas Podemos. 

¿Eso quiere decir que le incomodaría tocar la malversación?

No, quiero decir que me siento cómodo con lo que se ha presentado y que tampoco quiero opinar sobre cuestiones que serían pura especulación, porque también ha habido gente que ha hecho propuestas en otros sentidos.

La propuesta que hace ERC sobre la malversación es volver cómo estaba escrito el delito antes de la reforma del 2015. ¿Qué le parecería esta opción?

Yo me siento cómodo con la propuesta de mi grupo. Por eso le digo que si hay cambios se ha de ser muy preciso. Y otra cosa, cualquier cambio ha de tener mayoría en el Congreso. El jueves hubo una mayoría para tramitar esta propuesta y por tanto este es el punto en el que me siento más cómodo.

Si hay cambios en el delito de malversación se ha de ser muy preciso. Y otra cosa, cualquier cambio debe tener mayoría en el Congreso

Hablando de la reforma del Código Penal, ¿usted cree que las conductas que ocurrieron en octubre de 2017 se adecúan a los nuevos delitos tal y como están redactados?

Los expertos dicen que sí, ¿no? Pero a mí me gusta más hablar de futuro que de pasado. Creo que la gran mayoría de la ciudadanía catalana y española quiere pasar página de lo que pasó. Nuestro marco de convivencia, nuestra Constitución, permite que todo el mundo defienda el proyecto que le parezca más conveniente. Aquellos que piensan que lo mejor para Catalunya es la secesión de España lo pueden defender, lo que ha quedado muy claro es que nadie puede imponer unilateralmente su punto de vista. Quiero recordar también una cuestión: esta semana ha habido una resolución muy importante del Tribunal Supremo del Reino Unido, que decía no a un nuevo referéndum de secesión en Escocia. Algunos que daban lecciones desde aquí decían que nos fijáramos en el Reino Unido. Pues fijémonos. 

Pide pasar página, pero paralelamente aquí todavía hay diputados pendientes de juicio, se les pide penas de cárcel y hay muchos ex altos cargos en una situación parecida.

Bueno, por las actuaciones que hicieron. El Estado de Derecho no se puede suprimir, se debe respetar siempre. Son conductas que ellos adoptaron y esto es la separación de poderes. 

Ha pedido la destitución del conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, y él ha tildado su dureza de un poco “impostada” y cree que le quiere hacer pagar que se marchara del PSC. ¿Su partido está pasando cuentas del pasado con este conseller?

En absoluto. A nivel personal tengo la mejor de las opiniones del señor Elena. Es una persona con valores que comparto y que en muchos casos él ejemplifica mejor que yo en la vida personal. Pero en este caso hemos tenido que ser muy claros: el conseller Elena tiene que irse. Y la reprobación de este jueves nos da la razón. Es el conseller de la CUP. Fíjese usted que ayer los dos únicos grupos del Parlament que dieron apoyo al conseller Elena son el suyo y la CUP. Nadie más.

Nunca en la historia del autogobierno de Catalunya un conseller de Interior había sido reprobado. Porque es una responsabilidad que suscita la comprensión de forma muy transversal de los grupos políticos. Ser conseller de Interior es una tarea muy complicada. Él ha logrado lo que nadie había logrado. ¿Por qué? Porque se ha identificado con unas políticas extremistas que nacen del acuerdo de investidura.

ERC le recrimina que su portavoz de seguridad es una persona de Units, un partido de centroderecha y además su propuesta recibió el apoyo de toda la derecha. ¿Considera que el PSC está defendiendo una política de seguridad conservadora?

¿Qué es una política de seguridad conservadora? Las políticas de seguridad son correctas y eficaces o incorrectas e ineficaces. Siempre he defendido que las políticas de seguridad son un valor también para los que somos progresistas. El señor Elena se sale por la tangente. Lo primero que deberían hacer él y el señor Aragonès es dar apoyo a los 18.000 funcionarios y servidores públicos que son los Mossos d’Esquadra y no ponerlos permanentemente en duda. Esto no es de derechas ni de izquierdas, es de sentido común. Hablamos de los Mossos d’Esquadra, pero hemos tenido problemas con los Bomberos, casos feos, el otro día un caso con unos respiradores que no están resueltos, problemas en Trànsit, 12 horas, y no compareció ni dio ninguna explicación. Ya no son solo los Mossos, todo lo que nos llega de este departamento es un follón. 

El conseller de Interior es el conseller de la CUP

¿Qué pensó cuando supo que otro exsocialista, Joaquim Nadal, había aceptado ser conseller en el Govern de ERC?

Le deseo lo mejor y muchos éxitos porque serán éxitos para Catalunya. Y a partir de aquí me dejó indiferente. 

La financiación autonómica está caducada desde hace casi 9 años. La mitad de este tiempo han gobernado ustedes en España. ¿Por qué cree que esto no se ha solucionado en todo este tiempo?

Es cierto lo que dice, y que debe resolverse rápidamente. Pero también es verdad que los Gobiernos de Pedro Sánchez, debido a la pandemia, pusieron una cantidad de recursos extraordinarios a fondo perdido a las Comunidades Autónomas muy importante, sin precedentes. En concreto 30.000 millones de euros. Primero hubo un Gobierno tras la moción de censura que tuvo un recorrido corto y cuando en enero de 2020 se constituye el Gobierno y hay disposición de abrir esta carpeta nos encontramos con una pandemia. Esto no quiere decir que no se deba afrontar esta reforma que es difícil, que es compleja, que traspasa las líneas de los partidos políticos. Pero a mí lo que más me preocupa es la política de silla vacía de la Generalitat de Catalunya del Govern de Aragonès y previamente del Govern de Torra.

Ahora mismo tenemos muchos colectivos de médicos, sobre todo en Madrid, pero también en Catalunya han dado la voz de alarma sobre los déficits presupuestarios y de personal. ¿Hay pocos recursos en la Sanidad?

Llevábamos una década de reducción progresiva de los recursos que se dedican a la sanidad y la pandemia ha sido un recordatorio de la importancia de esta política pública y de la necesidad de corregir esta tendencia. Es una competencia de las comunidades autónomas, cada una debe decidir qué recursos dedica. El Gobierno de España ha hecho una aportación importante de recursos, estos 30.000 millones de los que hablaba, también con los fondos Next Generation se han hecho inversiones importantes en el ámbito de la mejora tecnológica… Pienso que es importante dedicarle más recursos y pienso también que en las autonomías se deberán afrontar reformas organizativas que el propio sector viene poniendo encima de la mesa.

El PSC ha prometido erigirse como garante de una Barcelona “más limpia, aseada y segura” que luche contra el incivismo. Pero si ahora no lo está es también su responsabilidad porque ustedes forman parte del equipo de gobierno.

Pero nosotros no tenemos la alcaldía ni marcamos la línea política. En Barcelona hay que abrir una nueva etapa. Somos un partido con voluntad de gobierno, de estabilidad y de resolver problemas y no de crearlos. Es lo que hemos hecho en Barcelona. Desde el máximo respeto a la voluntad expresada por los barceloneses en las elecciones nos pareció que lo más conveniente para la ciudad era un gobierno como el que hemos hecho. Tal vez no era el más cómodo para nosotros pero era importante que nos implicásemos en él. Hemos conseguido que no se perdiesen algunas iniciativas importantes y hemos generado una cierta estabilidad. Pero la responsabilidad de cómo está la ciudad tiene un nombre y es el de Ada Colau. 

¿Y cómo está la ciudad?

El sentir mayoritario de la ciudadanía es que hay que abrir una nueva etapa. Creemos que nosotros estamos en condiciones de hacerlo y que nuestro candidato, Jaume Collboni, es la persona adecuada para liderarla. 

Ada Colau se ha negado a poner pantallas gigantes para seguir los partidos de España porque el mundial se celebra en “una dictadura” como Qatar. ¿Usted las habría puesto?

A mí me parece que estas políticas de gestualidad vacía no son lo que pide la ciudadanía. Existen muchas dudas sobre la decisión de celebrar un mundial en Qatar y también ha habido muchos deportistas destacados catalanes que han tenido contratos importantes allí. En todo caso, lo que hay que hacer es trabajar para que determinadas cosas no pasen.  

La responsabilidad de cómo está Barcelona tiene un nombre y es el de Ada Colau

Hace una semana hubo una concentración ante la comisaría de Via Laietana reclamando que se convierta en un memorial democrático. El Ayuntamiento de Barcelona incluso tiene un proyecto pero el ministerio del Interior se niega a este traslado, ¿Está de acuerdo en que siga siendo una comisaría teniendo en cuenta que durante décadas fue un centro donde se torturaba?

Estoy de acuerdo en que siga siendo una comisaría y esto es compatible con reconocer que la praxis policial que hubo allí y que haya un recordatorio para evitar que se vuelva a producir. Pero hoy la Policía Nacional es una policía democrática, perfectamente homologada y que afortunadamente desde hace años no practica este tipo de torturas. Los problemas de seguridad no se resuelven cerrando comisarías sino manteniendo las que hay y desplegando más agentes en la ciudad de Barcelona.

En este caso no sería cerrar una comisaría sino trasladarla.

La comisaría está en un punto de la ciudad donde es necesaria su presencia. La Policía Nacional hace bien su trabajo y eso es compatible con que haya un recordatorio de unas prácticas que siempre hemos condenado y que nos avergüenzan.  

La comisaría de Vía Laietana está en un punto de la ciudad donde es necesaria su presencia

A raíz del estreno de un documental en HBO sobre Jordi Pujol se está volviendo a hablar de su larga etapa en la Generalitat, aciertos y claroscuros, y de un legado que le preocupa. ¿Usted cómo cree que Pujol pasará a la historia?

Decir cómo pasará a la historia sería muy pretencioso por mi parte. No he visto el documental. Jordi Pujol fue presidente de Catalunya durante 23 años y hablo en nombre del partido que más lo combatió políticamente. Algunos de los que en su momento tenían que hablar no lo hicieron y ahora que tendrían que callar, hablan. Como siempre, a destiempo. Nosotros hablamos cuando habría que hacerlo y por eso tenemos la legitimidad moral para hablar y no mezclarlo todo.

¿A quién se refiere con los que callaron y ahora hablan?

Me refiero a muchos que ahora se avergüenzan de él, que dicen que ellos no estaban cuando en realidad corrían para situarse a su lado y estaban en su misma formación política. 

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