Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

En el pulmón logístico de los hospitales catalanes: “Los respiradores llegan y salen en menos de tres horas”

El almacén por donde pasa el equipamiento médico que se reparte a los hospitales catalanes

Pau Rodríguez

14

Una veintena de voluminosos paquetes esperan, en medio de la extensa nave, a que los abra el equipo de Caterina Vidal. Se trata de un pedido de neveras de almacenaje de medicamentos. “Todo lo que llega lo comprobamos caja por caja”, explica la responsable de Ingeniería Biomédica del operativo del Servicio de Emergencias Médicas (SEM), que rápidamente señala otra veintena de bultos que se esconden detrás de la primera hilera. Son respiradores. Han llegado alrededor de las 12 y, si no hay ningún contratiempo, estarán en los hospitales más necesitados en cuestión de horas.

Por este almacén pasan a diario camas, ventiladores, monitores de constantes vitales, desfibriladores, equipos de electromedicina… Abierto por el Departamento de Salud el pasado 28 de marzo, se ha convertido en el principal pulmón logístico de los centros sanitarios catalanes, que reclaman constantemente más material para contener una epidemia que se ha cobrado más de 3.000 vidas solo en Catalunya.

No es el único nodo de distribución –de hecho, la mayoría de mascarillas, material de protección e incluso los tests de diagnóstico pasan por otras naves más pequeñas–, pero sí el más importante debido a los equipamientos que se manejan. El relleno de las UCI, les llaman. De ahí que una patrulla de los Mossos d'Esquadra, metralleta en mano, custodie su acceso, y que la Administración no quiera desvelar ni su ubicación, en la periferia de Barcelona, ni la empresa que cede las instalaciones.

A media mañana de un martes, trajín de los operarios en la nave constante pero moderado. Los pedidos están esparcidos por la zona de descarga, tras la cual se levantan media docena de galerías llenas hasta los topes. La imagen, sin embargo, engaña. El Departamento de Salud solo usa el piso de abajo de cada galería, todo lo demás es de la empresa arrendadora. “Es que aquí reservamos muy poco material. Casi todo entra y sale rápido, no trabajamos sobre stock”, explica Joaquim Algarte, director de Infraestructuras y Logística del SEM.

Las ambulancias al frente de la operativa

Desde este centro logístico distribuyen a toda Catalunya todo el material comprado por el Servei Català de la Salut, de la que dependen las distintas regiones sanitarias, y el Institut Català de la Salut (ICS), que gestiona los grandes hospitales públicos y ambulatorios. A este almacén llegan además buena parte de las donaciones de particulares, desde clínicas a industria textil, y algunos de los envíos del Ministerio de Sanidad –que tiene centralizadas las competencias durante el estado de alarma–, básicamente los que no tienen un destinatario decidido.

Hasta la epidemia, eran los hospitales y consorcios sanitarios los que salían a comprar el material, que llegaba directo a sus dependencias. Ahora centraliza una parte la Generalitat, que ha puesto la logística, para sorpresa de muchos, en manos del SEM, referente como servicio de ambulancias. “Pocos como nosotros conocen toda la red sanitaria. Estamos coordinados con todos los hospitales y, cuando vamos a buscar a algún paciente, ya sabemos en qué centro habrá respirador o no. Hacemos logística de personas y ahora de materiales”, razona Algarte. Y bromea: “La única diferencia es que los segundos ni se mueven ni se quejan”.

Algarte está al frente de un equipo de unas 50 personas entre las que hay logistas e ingenieros del SEM y de otras empresas privadas, técnicos de compras de la Generalitat, intensivistas… La gran mayoría de ellos apiñados en un lateral de la nave, donde con sus portátiles gestionan la plataforma de distribución. En un rincón, un grupo de tres ingenieros se dedica a comprobar los respiradores.

Entre ellos está Jesús Pisa, técnico de electromedicina de la empresa Sisemed. “Lo que solemos hacer sobre todo es probar las donaciones”, explica. En los últimos días han rechazado dos cesiones de ventiladores provenientes de un veterinario. Lo que le ocupa ahora es sin embargo un respirador nuevo, cuyos parámetros está modificando para que pueda aumentar la capacidad de administrar oxígeno para el paciente de coronavirus. Pronto estará listo para enviar. “Se mira, se revisa y se va. Un respirador entra y sale en menos de tres horas”, resume el jefe de logística.

Cinco respiradores por si acaso

Solo con donaciones, han recibido 148 respiradores, de los que 117 son operativos. Los primeros días de la epidemia, explican, se los pasaron llamando sobre todo a clínicas privadas pidiéndoles que se los cediesen. Ahora en el almacén conservan solamente cinco, por si se desata algún brote en algún territorio concreto.

Del resto de donaciones y de grandes compras del CatSalut no ofrecen datos, un bien administrado con cuentagotas por la Generalitat durante la pandemia. Tampoco cuántos de ellos son correspondientes a las entregas del Ministerio de Sanidad, que ha enviado cerca de 700 ventiladores –la mayoría no invasivos– a Catalunya, aunque en su caso a menudo van directos a los hospitales, como ocurre también con los que fabrica SEAT y que ya se empiezan a utilizar en las UCI.

Para calibrar el trajín de este almacén, en el día anterior a la visita de eldiario.es se gestionaron 19 líneas de artículos, entre camas –lo que más se almacena, a la espera de que se abran plantas para COVID-19–, carros de parada, portabombas, desfibriladores… Un total de 4.119 unidades de material.

Lo que ocupa este jueves a las 12 horas a la ingeniera biomédica Catalina Vidal son las neveras y respiradores que acaban de llegar. Como casi todos los pedidos, ya tiene un destinatario asignado, de acuerdo con la plataforma compartida en la que registran la demanda de los hospitales. En el caso de los equipos de ventilación, irán para las más de 200 camas de UCI de Vall d'Hebron de Barcelona, aunque antes van a separar su material fungible asociado, como tubos y mascarillas, para enviarlos al Hospital Universitari de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat.

¿Se logra satisfacer las necesidades de los centros? Vidal asegura que sí, aunque reconoce que la lista de espera es “importante”. “Los hospitales nos aprietan, claro...”, concluye.

Etiquetas
stats