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Los sectores de la salud y de la ciencia se dan cita en las jornadas de elDiario.es para potenciar la innovación

De derecha a izquierda, Laia Subirats, Juan Abarca, Raquel Tapia y Raquel Yotti, participantes de la primera mesa de las jornadas 'La nueva salud', moderada por Natalia Chientaroli

Sandra Vicente / Pau Rodríguez

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Salud, ciencia e industria, de la mano para potenciar la innovación en el sistema sanitario y el combate contra las enfermedades más complejas. Esta ha sido la constante que se ha desprendido de todas las mesas de debate de ‘La nueva salud’, las jornadas organizadas por elDiario.es este viernes en Barcelona. Profesionales del sector, empresas, representantes de la administración y académicos han puesto en común sus recetas para avanzar en el desarrollo de nuevas y mejores terapias y medicamentos.

La jornada ha arrancado con las intervenciones de la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, y del conseller de Salud de la Generalitat, Manel Balcells. Ambos han centrado su discurso precisamente en las terapias avanzadas, dando más detalles sobre los respectivos centros que están impulsando para que las ensayos clínicos más punteros de los hospitales puedan compartirse y facilitar su llegada a los pacientes.

Acto seguido, ha sido el turno de debate de la mesa La sanidad como motor de innovación: los grandes ejes. En ella, Raquel Yotti, secretaria general de Investigación, ha reconocido que, tras una década de recortes en el sector público posteriores a la crisis económica, uno de los grandes retos de los últimos años es precisamente la innovación en el ámbito sanitario. Para ello, ha recordado la inversión que han puesto en marcha del PERTE Salud de Vanguardia, de 1.500 millones de euros, que ha asegurado que debe ser “palanca para poder aumentar la inversión privada”.

“No se trata solo de dar préstamos o ayudas parcialmente reembolsables, sino de ser un Estado que invierte, como estado emprendedor”, ha manifestado Yotti, en referencia sin ir más lejos al citado Consorcio de Terapias Avanzadas.

El compromiso de destinar un 3% del PIB ha sido celebrado por todos los ponentes. Raquel Tapia, directora general de la Unidad de Medicina Especializada de Sanofi Iberia, lo ha calificado de “espectacular” si se lograse –“si no apuntas alto, no llegas”, ha insistido–. Además, ha puesto como ejemplo la investigación sobre enfermedades raras, más de 7.000 y con un porcentaje todavía del 5% de tratamiento. Sanofi, ha asegurado, lidera este ámbito con más de 35 fármacos, y ha recordado que no es solo cuestión de dinero, sino de tener un marco regulatorio estable y seguro.

En la mesa han participado también Juan Abarca, presidente de Fundación Idis, y Laia Subirats, investigadora en Eurecat y profesora colaboradora en la UOC. Abarca ha pedido más colaboración entre público y privado no solo en la investigación, sino también en el ámbito asistencial. Y ha lamentado asimismo que la crisis y los recortes supusieron una “auténtica losa” para la “actualización” del sistema público.

En este sentido, ha defendido que se debe potenciar el sistema público y el privado, y no este segundo en detrimento del primero, porque la sanidad pública es la que garantiza la asistencia universal de calidad. “La medicina privada está tremendamente socializada, porque la contratan 12 millones de personas”, ha afirmado. Pero “nosotros”, ha afirmado en referencia al sector privado, “somos un complemento”.

Por su parte, Subirats ha complementado esa idea con la defensa de una colaboración también entre disciplinas. “Es un reto a tener en cuenta la colaboración entre ingenieros, médicos, biólogos, psicólogos…”, ha reclamado.

Impulso a una colaboración públicoprivada “franca”

Siguiendo la estela de la primera mesa, Robert Fabregat, director general del Biocat, ha puesto el foco en la colaboración públicoprivada. “Es imprescindible entender que nos necesitamos y encajar el sistema público y el privado. Tenemos un objetivo común que es el beneficio de los pacientes”, ha expuesto en una mesa sobre 'Vacunas y tratamientos de futuro', moderada por Neus Tomàs, directora adjunta de elDiario.es.

Javier Carpintero, general manager de la empresa Theramex en España, Italia y Portugal, ha ilustrado esta interdependencia con un ejemplo: “La empresa farmacéutica aporta un 20% de la financiación del I+D de España. La financiación de las empresas va en beneficio de todo el sistema sanitario español y, a su vez, atrae más talento”.

La colaboración entre los diversos sectores del sistema sanitario ha traído, según los ponentes de esta mesa, grandes resultados en momentos críticos. Muestra de ello es la producción masiva de vacunas durante la pandemia. “Se debe a los conocimientos previos y a la cooperación de diversos actores. Si queremos equipararnos a otros estados europeos, necesitamos más inversión privada, pero tiene que ser franca y transparente”, ha añadido Fabregat.

En la misma línea se ha expresado Mariano Esteban, virólogo, jefe de gripo de Poxvirus y Vacunas del CNB del CSIC, quien ha hecho referencia también a los “conocimientos previos” que han sido útiles para controlar emergencias sanitarias. En su caso, hablaba de la tecnología RNA necesaria para las vacunas contra la covid, una tecnología que ya se usaba antes, pero “con resultados insatisfactorios”.

Gracias a la experiencia del sector sanitario, se pudo poner esa tecnología al servicio de la lucha contra la pandemia y esos saberes nuevos, pueden, a su vez, tener utilidad para retos actuales como es el cáncer. “Si conseguimos poner el RNA al sevicio de la lucha contra la pandemia, ¿por qué no contra otras enfermedades?”, se pregunta Esteban, quien ha afirmado que “veremos avances espectaculares en la vacuna contra el cáncer en los próximos años”.

Avances tecnológicos

La tercera mesa ha versado sobre la alta tecnología aplicada a la asistencia hospitalaria. Moderado también por Neus Tomàs, el debate ha empezado dando a conocer el ejemplo del centro de Protonterapia de Quirónsalud. Esta consiste en impartir altas dosis de energía focalizadas en el tejido tumoral, mucho más precisa que la quimioterapia. Esta metodología requiere de una maquinaria puntera, que se coloca en una sala de un tamaño equiparable a una pista de baloncesto. “Hemos montado un edificio para albergar una máquina”, ha explicado Juan Castro, jefe del servicio de Protección Radiológica del centro de Protonterapia.

Castro se ha mostrado muy satisfecho con los resultados de esta innovadora tecnología, pero ha asegurado también que ésta “no sirve de nada sin los profesionales sanitarios” y ha añadido la importancia d ella necesidad de invertir no sólo en tecnología, sino en formación. En este punto, ha coincidido con Gloria Villalba, coordinadora del servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar, responsable de un ensayo para aplicar la estimulación cerebral a personas con anorexia.

“Necesitamos formación y estar atentos a las novedades”, ha asegurado Villalba, quien ha explicado que la cirugía para los trastornos mentales no es una técnica nueva, pero antes era “un desastre porque la tecnología no acompañaba. Ahora nos permite avanzar y tratar a pacientes que, de otra manera, estarían muertos”.

Siguiendo con ejemplos de la innovación sanitaria, desde el CatSalut se ha explicado cómo Catalunya albergará el primer acelerador de protones público de España, que también se pondrá al servicio del tratamiento contra el cáncer. A pesar de la importancia de este hito, Àlex Guarga, gerente de Planificación Operativa y Evaluación del CatSalyut, ha advertido que “hay tecnología muy atractiva, pero no nos tiene que cegar. Hablamos de terapias muy costosas y hay que saber estudiar muy bien al paciente y saber qué es lo más adecuado para cada uno. Lo nuevo no siempre es mejor”, ha explicado.

Protección al paciente

Después de dar protagonismo a la innovación en la asistencia sanitaria y la tecnología médica, la última mesa, moderada por Natalia Chientaroli, ha puesto el foco en la digitalización y la telemedicina como posibilidad para mejorar la asistencia directa al paciente. “La estrategia de digitalización viene de los retos de los últimos años y del aprendizaje de la pandemia y permitirá poner en común los avances de todas las comunidades autónomas y ponerlas al servicio de todo el país”, ha asegurado Juan Fernando Muñoz, secretario general de Salud Digital del Ministerio de Sanidad.

“La digitalización nos ayuda a tomar mejores decisiones clínicas. Que los sistemas sanitarios se hablen y puedan compartir datos de calidad, puede ayudar muchísimo a la investigación”, ha apuntado Ignacio Basagoiti, investigador del Instituto ITACA de la Universidad Politécnica de Valencia y médico de familia en el hospital de Manises. Además, poder estudiar en profundidad estos datos podría dar lugar a una mejor incidencia en las políticas públicas, tal como ha apuntado Basagoiti.

Aún así, la telemedicina es una posibilidad que “todavía está en pañales”, ha matizado Carlos Jover Micó, director de Producto Digital y Marketing de Savia, quien se ha mostrado muy esperanzado con sus posibilidades. “Podrá ayudar a dar seguimiento a patologías crónicas de manera más personalizada y a humanizar la sanidad”, ha añadido Micó, quien ha querido dejar claro que eso no significa “acabar con la consulta presencial”.

La digitalización del sistema sanitario es una innovación tecnológica que puede ayudar a los sanitarios, pero también ha levantado algunas dudas respecto a la protección de datos de los pacientes. Para tranquilizar a los usuarios, Ricard Martínez Martínez, director de la Cátedra de Privacidad y Transformación Digital de la Universitat de Valencia, ha querido dejar claro que “no hay un entorno más seguro para los datos que los sistemas de salud públicos”. Aún así, ha alertado que debemos “aprender una nueva ética, que va a ser imprescindible para evitar el sesgo y la falta de control humano ante el avance de la Inteligencia Artificial”.  

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