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Ancianos autogesionados: las cooperativas de vivienda para la tercera edad

Edificio situado en la calle Princesa de Barcelona, donde Sostre cívic promociona una cooperativa en cesión por uso  Foto: TOMEU FERRER

Tomeu Ferrer

Sostre Cívic  (techo cívico) es una cooperativa que promueve mecanismos nuevos de acceso a la vivienda diferentes de la compra o el alquiler. Y lo hace a partir de criterios de justicia y respeto a las personas y al entorno. Además, es una entidad sin ánimo de lucro. Una de las actividades que realiza con más dedicación es la que implica la creación de cooperativas de vivienda de uso compartido. En este modelo la propiedad siempre reside en la cooperativa y no en los socios individuales. Estos participan activamente de la gestión y disfrutan de un uso indefinido de la vivienda a través de una aportación asequible.

Enmarcada en esta filosofía, la entidad, que forma parte de la federació de cooperatives de treball de Catalunya y del grupo Ecos, prepara un nuevo tipo de actuación. Se trata de lo que se ha llamado el cohousing senior. Raül Robert es socio de Sostre Cívic. Justifica la nueva iniciativa a partir de constatar “que hay personas de cierta edad, que quizá están jubiladas o quizás les falta poco para estarlo.

Estas personas pueden tener pisos o edificios que antes ocupaban con la familia y que ahora no usan en su totalidad, o puede que no tengan familia y su vivienda sea lo suficientemente grande para darle utilidad como el uso compartido“. Además, puede ocurrir que personas mayores vivan solas y quieran integrarse en una especie agrupación de interés común, que les permita al mismo tiempo mantener su estatus individual. Todo ello lo pueden lograr con el cohousing senior.

La idea es diferente de la creación de residencias de la tercera edad. “Nosotros apostamos para que la comunidad que se cree actúe al mismo tiempo en una especie de vejez activa, porque se ha demostrado que cuando las personas se involucran en actuaciones sociales tienen una mejor calidad de vida que cuando la gente se siente aparcada”, dice Raül.

El modelo citado ya funciona en otros países donde especialmente en el centro y el norte de Europa donde está muy vinculado al envejecimiento activo. El mecanismo diseñado por Sostre Cívic parte de la realidad aunque tiene muchas variables. Puede ocurrir que la iniciativa parta de la existencia de un edificio ya construido. En este caso la cooperativa se encargaría de poner en marcha un proyecto común de tenencia y gestión de las instalaciones, en las que, por ejemplo, unos socios aportaran el edificio y otros los fondos necesarios para adaptarlo al destino que se le dará.

En este sentido, la iniciativa tendría una cierta similitud con lo que serían las viviendas tuteladas, pero con la diferencia de que los que controlan todo el proceso son los mismos socios. Dicho en otras palabras, todas las personas colaboran en la medida de sus capacidades y en función de sus propias necesidades en la investigación, diseño, gestión y planificación de las viviendas, espacios comunes y servicios que desean compartir. Al mismo tiempo se desarrollan proyectos orientados a favorecer su inserción y la dinamización social del pueblo o barrio donde estén implantados.

La idea que Sostre Cívic quiere aplicar tiene como uno de sus referentes la experiencia de la cooperativa Trabensol (Trabajadores en solidaridad), que funciona desde hace 14 años en la localidad madrileña de Torremocha del Jarama. Allí personas de diversas procedencias han apostado por convivir autogobernándose y estar al mismo tiempo conectadas con el entorno y con la sociedad. En Catalunya un ejemplo de cohousing senior es el de la cooperativa la Muralleta, de Tarragona.

De momento la cooperativa catalana trabaja en un proyecto avanzado destinado a crear una cooperativa en régimen de cohousing senior en Cerdanyola (Barcelona). La entidad coopera con el consorcio de Cerdanyola en diferentes tareas, como en encontrar el solar o realizar el resto de pasos del proceso, cómo la realización el proyecto o hallar la financiación.

Barcelona adjudicará seis solares

El mecanismo que aplica Sostre Cívic tiende a favorecer, tanto en el caso del cohousing senior como en los de proyectos de cesión de uso, la creación de los denominados grupos semilla. En estos equipos iniciales formados por las personas que quieren participar se distribuyen las tareas en función de la preparación.

Así, si hay un arquitecto se podrá hacer cargo de la elaboración de los planos. Si hay un economista, de la parte financiera, etc, explica Raül Robert. La cooperativa asume la coordinación y los aspectos de los que el grupo semilla no se pueda encargar.

En los proyectos, tanto de cooperativas de viviendas régimen de cesión en uso, como las vinculadas a la tercera edad, Sostre Cívic trabaja de acuerdo con las autoridades locales.

En este sentido en Barcelona ha conseguido una adjudicación pública mediante concurso de un edificio en la calle de la Princesa. Y en antes de finalizar el año la cooperativa espera que el ayuntamiento que preside Ada Colau saque a concurso hasta seis solares en los que se podrían poner en marcha cooperativas de vivienda también en cesión de uso.

Sostre Cívic comenzó como una asociación, y se transformó en una cooperativa. La entidad está formada por 414 socios de los cuales 47 ya viven en viviendas vinculadas a cooperativas impulsadas por la entidad. En la cooperativa hay una persona contratada para asumir las tareas de coordinación. Pero su funcionamiento se basa sobre todo en colaboradores que se encargan en cada proyecto e los roles que profesionalmente les son próximos.

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