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El Tsunami Democràtic llama a protestar en la jornada de reflexión como antesala de una nueva semana de movilizaciones

Manifestantes esperan órdenes de Tsunami Democràtic el día de la sentencia

Pau Rodríguez / Pedro Águeda

El independentismo vuelve a las calles. El Tsunami Democràtic, la organización sin líderes identificables que logró colapsar los accesos al aeropuerto de El Prat el día que se publicó la sentencia del procés, llama este sábado a una protesta en decenas de ciudades catalanas en la jornada de reflexión. La concentración, que según ellos no ha de afectar al desarrollo de las elecciones del domingo, sí servirá de antesala para una nueva semana de movilizaciones en Catalunya.

A través de sus canales de difusión, Tsunami Democràtic plantea la protesta de este sábado como un “test” para la acción que considera “más ambiciosa”: la que convoca del lunes al miércoles de la semana siguiente. Quizás por ello la protesta de la jornada de reflexión se prevé, al menos de entrada, como una concentración de carácter más festivo. En Barcelona se celebrarán conciertos y talleres desde las 16h en Gran Vía, en frente del edificio histórico de Universitat. En otras 300 localidades hay convocadas manifestaciones parecidas, siempre según la organización.

No es la primera vez que un colectivo se manifiesta en jornada de reflexión. Ya lo hizo el 15M en 2011 o de forma espontánea los que respondieron en la calle a las manipulaciones del Gobierno sobre el 11M, en 2004. En esta ocasión, el PP ha recurrido la protesta de Tsunami Democràtic a la Junta Electoral Central, pero este ente regulador ha decidido que no es competente para prohibir una movilización de este tipo y se ha limitado a advertir a la Generalitat de que tiene la obligación de garantizar el derecho a voto y “la absoluta neutralidad de los espacios públicos” tanto en la jornada de reflexión como en la de votación. Aunque la convocatoria tiene carácter político –es para que el Estado “reflexione” sobre los presos independentistas y el “derecho a la autodeterminación”–, la ley ampara las movilizaciones en la víspera de unas elecciones siempre que no pidan el voto.

No llama a boicotear el 10N

Pese a los temores iniciales del Gobierno, que por boca de su portavoz, Isabel Celaá, ya dejó claro que “estudia todos los escenarios para estos días”, el Tsunami Democràtic no tiene intención de boicotear las elecciones del domingo. Al menos así lo dejaron claro en un comunicado de hace unos días. “El día 10, el Tsunami defiende el ejercicio del derecho a voto, como el resto de derechos fundamentales. Las urnas nos nos dan miedo, al contrario: es lo que reclama la mayoría de la población catalana”, manifestaron.

En sentido parecido se pronunciaron los jóvenes que llevan ya más de una semana acampados en plaza Universitat, y la buena parte de los cuales decidió poner fin a la protesta el viernes por la noche. Poco antes de que un número importante de ellos asegura votase en asamblea abandonar que las tiendas de campaña, ya dejaban claro que no van a realizar ninguna acción que impida a la gente votar. “No vamos a boicotear el 10N, en la acampada hay gente a favor y en contra de votar, pero el boicot no tiene ningún sentido”, expresaba César Chaparro, uno de los miembros de la acampada.

La Junta Electoral se pronunció sobre la acampada a petición de Ciudadanos, pero solo se limitó a exigirles que mantengan despejada la zona de acceso a la sede central de la Universitat de Barcelona, donde hay un colegio electoral. Los jóvenes no tienen intención de hacer lo contrario: pese a que la Gran Via sigue cortada al tráfico, en la acera de la universidad no ha habido nunca tiendas de campaña. Y con la decisión de parte de los acampados de acabar con la ocupación de la plaza, puede que el domingo ya no haya rastro de la protesta.

Con todo, el problema de las últimas protestas del procés, y el principal motivo de preocupación para los ejecutivos, es que en la mayoría de casos las manifestaciones han derivado en disturbios porque numerosos grupos radicales han desbordado las convocatorias oficiales para entrar directamente al choque con la Policía. Así ocurrió durante la semana de acciones de los CDR contra la sentencia y este es un escenario con el que trabaja la Policía de cara a este sábado.

Amplio despliegue policial para garantizar el voto

Un total de 28.500 efectivos de Mossos d’Esquadra, Policía y Guardia Civil estarán disponibles en Catalunya durante el fin de semana para garantizar el ejercicio del derecho al voto el domingo y reaccionar ante posibles incidentes en la previa. El despliegue más importante será el de la policía autonómica, con 8.000 mossos activados. Le sigue Policía Nacional, con casi 4.000, y Guardia Civil, con 2.500, según han informado a eldiario.es fuentes conocedoras del dispositivo conjunto.

En la cifra total de policías y guardias civiles se incluyen los agentes destinados en Catalunya y los refuerzos enviados con motivo de la cita electoral y la jornada de reflexión. De los casi 4.000 policías, la mitad aproximadamente llegan de fuera de Catalunya. Son principalmente agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de la Unidad de Protección y Reacción (UPR), ambos especialistas en control de masas. La Guardia Civil desplaza 1.800 efectivos desde otros puntos, principalmente miembros de los Grupos de Reacción y Seguridad (GRS), los antidisturbios del instituto armado, y el Grupo de Acción Rápida (GAR), la unidad de élite.

Para valorar la cifra del desplazamiento de agentes a Catalunya hay que valorar que representa más de dos terceras partes del que tuvo lugar con motivo del 1-O. Los Mossos d’Esquadra serán los encargados de vigilar los 2.697 centros de votación repartidos por toda Catalunya, mientras que Policía y Guardia Civil actuarán como refuerzo si hay problemas de orden público. Para este ultimo cometido, la policía autonómica tendrá reservados un millar de agentes.

Tras el 10N vuelven las movilizaciones

La semana en la que se conoció la condena a los líderes del procés se produjeron en Catalunya unas movilizaciones sin precedentes recientes, con el colapso de infraestructuras clave como el aeropuerto del Prat y unos disturbios de una violencia hasta ahora ausente en las manifestaciones independentistas. La segunda semana el foco se centró en las universidades, con el bloqueo de algunas facultades, pero con el paso de los días y la cesión de los rectores a la demanda estudiantil de cambiar las evaluaciones, el impacto de la huelga universitaria quedó prácticamente en nada.

Casi un mes después de la sentencia, Tsunami Democràtic vuelve a la carga con una serie de acciones todavía desconocidas, pero que si siguen su estrategia podrían conllevar bloqueos de carreteras o de infraestructuras importantes. En un comunicado aseguran que irán dando detalles de los preparativos a través de su 'app', a la que sólo se puede acceder con códigos QR que se reparten en las protestas, pero ya adelantan que las acciones serán “continuadas”. Lo definen como “un 11S de tres días”.

A quienes vayan a asistir a las movilizaciones les piden que estén preparados para “desplazarse por el territorio” y, a poder ser, “pasar la noche fuera”. Recomiendan a la gente ir con ropa de abrigo, tiendas de campaña y comida, e incluso que pidan al menos un día de fiesta en el trabajo.

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