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De Castilla-La Mancha a Lisboa: en busca de una alianza progresista por la política social

José García Molina con Pedro Nuno Santos

Alicia Avilés Pozo

Portugal ha sido desde el principio un lugar “marcado” en la agenda de Podemos a la hora de dar contenido a su proyecto para conseguir “lo mejor de Europa en Castilla-La Mancha”. La oportunidad para conocer las medidas aplicadas por el Gobierno progresista luso, formado por la alianza de izquierdas entre el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, ha llegado esta semana con el viaje a Lisboa que el vicepresidente segundo de esta comunidad autónoma y líder regional de Podemos, José García Molina ha realizado junto con su equipo y la diputada de la formación morada María Díaz. Allí han centrado su agenda en conocer de primera mano las políticas sociales de un Ejecutivo que se ha convertido en el ejemplo de las fuerzas progresistas del sur de Europa y en cómo aplicar políticas sociales y presupuestos participativos con los ciudadanos como primer objetivo.

“Hemos podido comprobar que cuando hay voluntad política entre fuerzas progresistas, voluntad de entendimiento, se pueden hacer cosas muy interesantes”, explica García Molina. Así lo comprobó en su encuentro con Pedro Nuno Santos, secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios, y persona de confianza del primer ministro, António Costa. Es el encargado de coordinar las relaciones entre fuerzas progresistas y el que más conocimiento tiene de las medidas concretas ya aplicadas y que han hecho que el país haya mejorado.

Cuenta el vicepresidente a eldiarioclm.es que una medida muy destacable en el país son los grupos de trabajo previos con representación de los tres partidos que se llevan a cabo de forma sectorial antes de enviar las iniciativas a la Asamblea portuguesa. Una metodología de trabajo que en España no se realiza y que “favorece el consenso”.

De las reuniones que ha mantenido, el líder de Podemos ha extraído que ha habido en este país “logros y frenos”, pero que el acierto está en “saber potenciar las propias posibilidades de ingresos y de redistribución de la riqueza dentro del país”. Ahí es donde está, a su juicio, esa alianza de izquierdas que en el caso portugués se ha basado en la subida del salario mínimo, en las pensiones, en la progresividad de los impuestos, en la reducción de las cuotas por suministros energéticos y en la paralización de la privatización de algunos servicios públicos, como el transporte en Lisboa y en Oporto. “Han tenido un efecto multiplicador en la vida cotidiana y la economía de la gente”, argumenta. Algunos de estas cuestiones también las abordaron con los diputados Catarina Martins y Jorge Costa.

Se trata, afirma García Molina, de “un largo etcétera” que ha transformado el país hasta el punto de que mantiene el índice de desigualdad más bajo desde 1994, mientras que en España y Castilla-La Mancha “sigue creciendo”.

Con Francisco Louça, fundador del Bloco de Esquerda y actualmente miembro del Consejo Consultivo del Banco de Portugal, se analizaron los riesgos y virtudes de las políticas económicas que manan de la Unión Europea, y su impacto directo en las regiones. Ambos realizaron un diagnóstico similar: “El crecimiento se debe a los vientos de cola como consecuencia de los bajos tipos de interés, el aumento del turismo por la crisis en Oriente Medio y la subida de las exportaciones. Pero son todos datos coyunturales y artificiales. Cuando todo eso cambie, la situación también puede variar de forma preocupante”. ¿Qué puede suceder? El vicepresidente castellano-manchego teme una subida de los tipos de interés que a su vez bloquee la implementación de las políticas sociales, regresar “a la senda de la austeridad” y volver a destinar dinero público para pagar la deuda y no para acciones en educación, sanidad y bienestar social.

Por eso ambos coincidieron en la necesidad de un cambio en las políticas de la UE que afectan sobre todo al sur de Europa y a regiones como Castilla-La Mancha. En resumen, “alianzas de fuerzas progresistas que puedan cambiar la correlacion de fuerzas en Europa”. “Si no, muchos nos tememos que se vean comprometidas las políticas públicas, sociales y de redistribución de la renta”, avisa.

Al fin y al cabo, Portugal no deja de ser una excepción en Europa y no muy presente en la prensa española. “Ojalá todas estas medidas tuvieran más publicidad y pedagogía”, apunta el líder de Podemos, convencido de que “ese es el camino”. Según recalca, tanto en sus reuniones con los socialistas como con el Bloco, todos coincidían en la idea de que “solos va a ser muy difícil avanzar, hay que ir en alianzas y estamos en el tiempo de una pluralidad política mucho mayor en España y en toda Europa, donde la derecha sigue fuerte y consolidada”. “Si las fuerzas progresistas no somos capaces de ir juntos y nos quedamos enredados en los matices de cada uno, va a ser muy complicado salir de esta lógica de los grandes capitales. Hay una oportunidad y todos estamos en esa clave”.

Vivienda y Plan de Garantías

A nivel local, en el Ayuntamiento de Lisboa, García Molina estuvo con Paula Marques, concejala de Vivienda. Es una de las cuestiones entre las que encontró mayor sintonía, con iniciativas en rehabilitación de vivienda y alquiler social como las que se quieren abordar en la futura Ley regional de Vivienda de Castilla-La Mancha para garantizar el derecho habitacional. Lo mismo sucedió con el edil de Educación y Derechos Sociales, Ricardo Robles, en cuanto a las políticas que se asemejan al Plan Integral de Garantías Ciudadanas.

Sobre este último plan, ¿cómo lo han percibido en estos sucesivos encuentros? Celebra que con mucho interés y que aunque la administración es muy diferente en España y Portugal, allí los políticos han tomado nota de dos aspectos fundamentales: el registro único como elemento para agilizar los trámites y la idea de integrar todas las políticas sociales. “Han visto una forma de eficiencia distinta a la que normalmente pone en marcha la derecha, a base de recortes”. De hecho, algunos de ellos han manifestado su intención de acudir a Castilla-La Mancha para ver su puesta en funcionamiento.

Por último, también ha sido positiva la percepción del pacto entre PSOE y Podemos en esta región, el primero que se realiza en una comunidad en España. Aunque con “las luces y sombras” propias de la negociación entre partidos, “han percibido que tenemos aprovechar esa alianza porque el riesgo de que la derecha vuelva a gobernar es evidente”.

La intención final de Podemos, tanto en su papel de Gobierno como de partido, es seguir viajando por tanto a otros lugares de España y de Europa para seguir conociendo prácticas políticas y de participación. “Queremos lo mejor de España y Europa para Castilla-La Mancha dentro una política de alianzas de progreso en la que no podemos quedarnos rezagados”.

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