Bankia certifica su fusión con BMN y pone el miedo en el cuerpo a los sindicatos
La Junta General Extraordinaria de Accionistas celebrada en València ha aprobado esta mañana la fusión entre Bankia y Banco Mare Nonstrum (BMN), la entidad surgida de la antiguas Caja Murcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra. Del proceso ya se habían anunciando todas la ventajas que supondrá para los accionistas -el 67 % será del Estado- y para la entidad, pero el encuentro de hoy 14 de septiembre ha evidenciado que existe una gran preocupación entre los empleados. Hasta siete de las 15 intervenciones han sido de los sindicatos o de representantes de trabajadores que están aterrados ante un posible Expediente de Regulación de Empleo (ERE), como el que ya produjo en la unión entre Bancaja y Caja Madrid.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha querido calmar a los sindicatos y ha asegurado que el proceso de fusión será “modélico”. El banco destinará 334 millones de euros para los ajustes de empleo, la integración informática de ambas entidades y el cierre de oficinas. “Hoy es un gran día para los empleados de Bankia y BMN, porque nace un banco que tiene un futuro más brillante que antes”, ha explicado Goirigolzarri.
Pilar Valldecabres, representante de UGT en Bankia, ha apelado “a la integridad del Consejo de Administración” porque “las plantillas que ahora se unen han sufrido ya procesos de reestructuración”. Desde CGT han asegurado que prevén un ERE tras la integración y ha criticado que en la fusión se “prime el beneficio cortoplacista a mejorar la situación de los empleados”. “Tenemos constancia de la falta de personal”, ha apuntado.
El presidente de Bankia ha destacado que la fusión con BMN, que se cerrará en el mes de diciembre tras las aprobaciones necesarias, permitirá a la entidad elevar los ingresos básicos del negocio bancario, al tiempo que incrementará un 25 por ciento su base de clientes, hasta los más de ocho millones, y posibilitará “alcanzar posiciones de liderazgo en mercados de fuerte crecimiento” en los que actualmente tienen una presencia“. La entidad salida de esta operación se consolidará como el cuarto banco de España.
Aurora Martínez, de la Plataforma por una Banca Pública, ha reclamado a Goirigolzarri que “no privatice la entidad”. Según Martínez, “la venta de Bankia recuperará poco del dinero que se debe a los contribuyentes” y, en cambio, “un banco público no especulará con el dinero”. “Hay que parar su privatización para frenar el oligopolio bancario que existe en España”, aseguró.
Goirigolzarri explicó que tiene un mandato de los accionistas -el 67 % en manos del Gobierno- que “se basa en generar valor para devolver las ayudas públicas”. En estos momentos la entidad tiene una capitalización de unos 13.000 millones de euros y las ayudas que recibió fueron de más de 22.000. Además, ha añadido el presidente de Bankia con respecto a los bancos públicos: “Utilizar un banco como instrumento político de crédito genera crisis financieras”.
Fuentes de Bankia explicaron que tras el verano, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha puesto en marcha con su intención de vender parte de la entidad para recuperar dinero para el Estado y se han retomado las conversaciones. Según fuentes conocedoras de la operación, “técnicamente, se podría vender entre un 5 y un 12 % de las acciones”. Con estos porcentajes, el Estado continuaría controlando la mayoría del banco. En 2014, el Gobierno vendió el 7,5 % de Bankia por 1.304 millones, de los que 134 fueron a parar a los contribuyentes. Muy lejos del dinero recibido con el rescate.
