El PSPV logra el control de la Diputación de Castellón, feudo histórico del PP, con el apoyo de Compromís
Las elecciones municipales del domingo han puesto fin a los 24 los años que, de forma casi paralela a la alcaldía de la capital de La Plana, el Partido Popular ha ostentado el control absoluto de la Diputación Provincial de Castellón. El PSOE consigue sumar doce representantes y pasa a ser el partido con mayor representación en la institución –con 102.000 votos- , abriendo la puerta a un pacto con Compromís que tienen dos diputados y le permitiría gobernarla frente a 11 escaños del PP y dos de Ciudadanos. El PSPV se afianza así en una provincia que ha sido tradicionalmente una plaza fuerte de los populares.
El secretario general del PSPV-PSOE en la provincia de Castellón, Ernest Blanch, celebraba los resultados obtenidos por su partido, que pasa a controlar uno de las principales instituciones territoriales. La importancia es a la vez simbólica, ya que desde la Diputación se tejieron muchas de las redes clientelares que, a día de hoy, todavía pasan factura electoral al Partido Popular. En ese sentido, Blanch afirmaba que van a “abrir las ventanas para que entre aire nuevo y para que entre el diálogo a una casa que también necesita nuevas ideas y propuestas”.
Los resultados obtenidos por el Partido Popular en los pasados comicios, pese a conservar un 29,4% de los votos, se alejan alrededor de tres puntos del 32,7% obtenido por los populares en 2015. Los socialistas se establecen como partido hegemónico y mejoran notablemente los resultados de las anteriores elecciones, pasando del 28,3% al actual 36,9% de los votos. Especialmente importante ha sido el fuerte apoyo que han recabado en las comarcas del norte, en donde ha pasado a ser la fuerza más votada.
La clave residió en los buenos resultados que los socialistas cosecharon en los partidos judiciales de Nules, Vinaròs –donde el PSPV logró arrebatarle el dominio al PP-, en la obtención del diputado de Llucena y la suma de uno más en Castellón. La fuerte apuesta de los populares por los partidos de Sant Mateu y Segorbe resultó fallida y se traduce en la pérdida por un diputado de la principal plaza de armas popular en la provincia.
La pérdida de apoyo en la provincia sufrida por Compromís –que se deja cerca de 7.000 votos con respecto a los comicios de 2015- no le ha impedido establecerse como tercera fuerza y pieza clave para que el PSPV pueda gobernar.
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