Limitaciones de aforo, sin mamparas ni marcas en la arena y con aplicaciones de móvil: los ayuntamientos tumban los mitos para unas playas seguras
Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluyó a principios del mes de mayo que la supervivencia del coronavirus en el agua de mar y en la arena de las playas sería muy difícil por los efectos de la sal, los rayos ultravioleta y las altas temperaturas. Donde ponía el foco este estudio era en las actividades lúdicas que acompañan un día de playa y sobre todo cuando se comparten objetos. De hecho, en las recomendaciones que desde el Gobierno se lanzan para poder acudir a estos espacios públicos se centran en la distancia de seguridad.
Algunos municipios españoles han aparecido en medios de comunicación promoviendo todo tipo de medidas “novedosas” que garantizarían la seguridad de los visitantes. Divisiones pintadas con las distancias mínimas, socorristas con capacidad sancionadora e incluso mamparas de plástico para evitar el contacto y hasta el aliento de los vecinos de toalla. En la playa. Pero los municipios valencianos con más afluencia de turistas desechan estas “ocurrencias” y optan por medidas menos impactantes y, sobre todo, confían en la responsabilidad de los ciudadanos.
En ese sentido, el Ayuntamiento de Benidorm prepara para esta semana un plan especial para abrir sus playas urbanas, al igual que València. Fuentes del ayuntamiento de la capital del turismo valenciano adelantan que lo que no habrá en sus playas son mamparas y que “se hará un control de accesos”. Además, todas las soluciones que planteemos “tendrán un fuerte componente tecnológico”.
Cullera, con 15 kilómetros de playa y un modelo diferente al de Benidorm, también opta por medidas menos espectaculares y confía en que la ciudadanía sea responsable. Para el alcalde del municipio de la Ribera Baixa, Jordi Mayor, se debe huir de esa “olimpiada” entre municipios por ver quien abre antes. “No aportaremos más ocurrencias. Tenemos un aforo para un millón de personas, por lo que no hay problemas de distanciamiento. Ni en nuestros mejores días de agosto llegamos a esas cifras”, asegura. En ese sentido explica que el virus en las playa no tiene mucha capacidad de contagio, como concluye el estudio del CSIC: “En verano se puede freir un huevo en la playa”.
El Ayuntamiento de Valencia, donde sí que hay playas como la de la Malva-rosa o Les Arenes, el consistorio que presiden Joan Ribó espera a el Centro de Coordinación Operativa Municipal fije las directrices basadas en las recomendaciones de los técnicos del Ministerio de Sanidad.
Justo este lunes, la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, ha recordado que a partir de la fase 2 solo se podrá acceder a las playas de la misma provincia. No obstante, los ayuntamientos podrán establecer limitaciones de acceso, que en todo caso será gratuito, y de aforo para asegurar que se respeta la distancia interpersonal de, al menos, dos metros entre bañistas.
Los visitantes podrán usar duchas, aseos y vestuarios, limitando la ocupación a una persona, salvo que precise de asistencia.
En esta fase, prosigue la delegada del Gobierno, los bañistas “deberán hacer un uso responsable de la playa, tanto desde el punto de vista medioambiental como sanitario”. Así, la ubicación de objetos personales como toallas, tumbonas y elementos similares se llevará a cabo de modo que se garantice un perímetro de seguridad de dos metros con respecto a otros usuarios, salvo en el caso de bañistas convivientes o que no superen las 15 personas.
En la playa estará permitida la práctica de actividades deportivas, profesionales o de recreo, siempre que se puedan desarrollar individualmente y sin contacto físico, permitiendo mantener una distancia mínima de dos metros entre los participantes.
La delegada ha recordado que el Ministerio de Sanidad recomienda “extremar las medidas de distanciamiento social y la higiene en las playas”. Asimismo, ha recomendado limitar el aforo de las zonas de baño marítimas donde se prevé gran afluencia de personas y limpiar y desinfectar diferentes instalaciones como barandillas, pasos de acceso al agua y duchas, así como tumbonas, sombrillas, asientos, papeleras y, en general, mobiliario urbano e instalaciones de recreo.
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