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Así esquivan los megabuques los controles ambientales del Puerto de Valencia

Barcos fondeados a varios kilómetros del Puerto de València.

Laura Martínez

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El desfile de buques comerciales se ha convertido en el paisaje habitual en el horizonte de las playas de El Saler (València). Los vecinos que residen en el paraje natural, que forma parte de la Red Natura 2000 y cuenta con especial protección, denuncian de forma reiterada que en las últimas semanas los megabuques que van a atracar en el Puerto de València permanecen horas fondeados a escasos kilómetros de la playa, donde vierten sus residuos y emisiones sin control.

La distancia a la que los buques permanecen fondeados los sitúa en un limbo en la medición de la contaminación atmosférica. El puerto de Valencia cuenta con dos estaciones de medición de la calidad del aire situadas en los muelles de levante y poniente, cuyos resultados se pueden consultar en la web de la conselleria de Medio Ambiente. Según las series de mediciones, la calidad del aire suele tener niveles aceptables (“razonablemente bueno”, según los parámetros analizados), pero los vecinos insisten en que resulta complejo medir las emisiones que se vierten a varios kilómetros de las estaciones de control.

Los datos registrados por las estaciones estáticas chocan con los de los medidores itinerantes. Un estudio de la Universitat Politécnica de València apunta que un tercio de los ciudadanos de la capital reside en zonas con niveles de contaminación ambiental por encima de los recomendados y sitúa los barrios aledaños al puerto entre los que superan estos límites. Según el director de la investigación, José Vicente Oliver, el factor que perjudica a El Grau y Natzaret en cuanto a la degradación de la calidad del aire tiene que ver con la actividad del Puerto de València, principalmente con la intensidad del tráfico marítimo y terrestre. Oliver extiende también este problema a Pinedo por la afección de la V-30 y el trasiego de camiones que entran y salen del recinto portuario.

La Asociación de Vecinos de la Dehesa de El Saler han ido recopilando imágenes de los buques fondeados cerca de la costa y exigen controles de contaminación eficientes. La asociación de vecinos Casetes de La Punta destaca esta misma situación e indica que la ampliación de la capacidad portuaria traerá consigo más buques y, en consecuencia, más emisiones. Las denuncias de los colectivos vecinales -en este caso, de Natzaret- llevaron a Capitanía Marítima a abrir dos expedientes a dos navíos por contaminación al detectar grandes columnas de humo en dos buques de contenedores.

La Autoridad Portuaria de Valencia ha instalado este año dos cabinas de control y calidad ambiental con el objetivo de “garantizar la calidad del aire en las instalaciones y en las áreas próximas”; una en el muelle de Poniente y otra en el antiguo cauce del Turia, enclaves seleccionados por el Centro de Estudios Ambientales para el Mediterráneo (CEAM), fundación de la Generalitat Valenciana para la investigación, innovación tecnológica y mejora del medio ambiente. Estas estaciones se suman a la del muelle de Levante, conectada desde el pasado octubre tras once años sin hacerlo a la red de medición del Ejecutivo autonómico. Según las previsiones de la Autoridad Portuaria se deben instalar otras dos estaciones en el barrio de Natzaret, una iniciativa forma parte del proyecto Green C Ports, que está coordinado por la Fundación Valenciaport, y que recientemente ha dado un paso más con la licitación del suministro, instalación y configuración de estos equipos de control ambiental con un presupuesto que asciende a 332.700 euros.

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