Tres cuartas partes de las playas valencianas están 'cubiertas' de cemento
Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad han elaborado el informe 'A toda costa', un estudio que pretende analizar la “evolución y estado de conservación de los bienes y servicios que proporcionan las costas” en el que alertan de que se está perdiendo biodiversidad “a una velocidad alarmante”. Por ello, alertan de que es urgente detener el “deterioro”, así como restaurar los ecosistemas degradados.
A juicio de la organización ecologista, “España tiene un problema con el ladrillo” a raíz de tres décadas de desarrollo inmobiliario y de estructuras en el litoral (en 2018 la Ley de Costas cumple 30 años): “Entre 1987 y 2005 se destruyeron dos hectáreas (unos dos campos de fútbol) al día en los primeros 500 metros de costa”. Así, apuntan como Finestrat (Alicante) tiene el cien por cien de su litoral urbanizado.
El documento revela que la valenciana es la comunidad autónoma con las playas más cubiertas de cemento. Casi tres cuartas partes de su línea de playa están urbanizada (74,3%) -dispone de 518 kilómetros de costa de los que 356 son playas-.
De este modo, la valenciana es la segunda región cuyos ecosistemas costeros están más deteriorados, con un 23,1% de superficie improductiva de servicios medioambientales. La principal causa es la construcción, aunque también parte de la responsabilidad corresponde a los incendios forestales. Esta degradación de la cobertura vegetal provoca un mayor riesgo de erosión, una menor capacidad de amortiguación de inundaciones -el Mediterráneo se caracteriza por lluvias torrenciales e irregulares-, y en menor medida, la generación de lluvias.
Alertan asimismo de la disminución de la superficie agrícola, basada en la agricultura tradicional, un sector “en profunda regresión” por el cambio en la economía hacia el sector del turismo.
La provincia de Alicante, la más afectada
El 15,2% de la costa de Castellón está degradada debido a la construcción de viviendas e infraestructuras; y la evolución del conjunto de bienes y servicios ambientales es “claramente negativa”, nueve servicios de cada diez se deterioran en el periodo de estudio. Desde 1987 se han construido 9.258 hectáreas de nuevas superficies artificiales. El único elemento positivo es, apuntan, que prácticamente la totalidad de los espacios naturales protegidos tienen instrumento de gestión. Sin embargo, “las evidencias demuestran cómo en el resto del litoral este hecho no garantiza la conservación del conjunto de servicios ambientales”.
En Valencia, las principales presiones sobre la costa se producen sobre el conjunto del paisaje natural y sobre los ecosistemas forestales. El 22,5% de la costa de la provincia está degradada, con 11.563 nuevas hectáreas de suelo artificial desde 1987, un porcentaje sólo superado por Barcelona, Alicante, Málaga y Guipuzcoa. Esto provoca un “alarmante” riesgo de erosión, con un suelo desprotegido ante inclemencias meteorológicas muy comunes, como las lluvias torrenciales o las gotas frías. Además, la degradación en la vegetación de los cauces de los ríos incrementa el riesgo de inundación.
Por lo que respecta a la provincia de Alicante, la más afectada de España después de la de Barcelona, el 28,5% de su franja costera no produce ningún tipo de bien ni servicio ambiental a la población. 20.636 nuevas hectáreas artificiales se han creado en las últimas tres décadas, con lo que sus playas tienen más del 80% de su línea interior urbanizada, una intensa transformación debida a la construcción residencial-turística.
Conclusiones
Greempeace considera que existe una “necesidad urgente” de tomar medidas para “preservar los inmensos beneficios y valores que nos reportan”. Además, explican que las principales causas que merman la capacidad del territorio de proveer a sus habitantes de bienes y servicios ambientales son: la urbanización; el turismo de masas, “un voraz consumidor de recursos y un tremendo generador de residuos”; los grandes incendios forestales; la agricultura industrial; y la deforestación.
De este modo, los ecologistas abogan por medidas de gestión encaminadas a la protección de los ecosistemas bien conservados y a la recuperación de los que se han degradado. Hay que tener en cuenta que el ladrillo creció un seis por ciento interanual en el primer trimestre de 2018, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un índice superior a los momentos más álgidos de la burbuja inmobiliaria.
También reclaman una legislación efectiva sobre la ordenación del territorio y “voluntad política para aplicarla”: “la Ley de Costas ha tenido un éxito muy limitado como herramienta para garantizar la sostenibilidad del litoral”.
Propuestas
Algunas de las propuestas que baraja el estudio 'A toda costa', son el desarrollo de una planificación integral del litoral en su conjunto, la protección de espacios naturales, la creación de infraestructuras verdes y amplios corredores de protección de espacios ecológicos, la realización de las infraestructuras ambientales necesarias para que la depuración de aguas y vertidos lleguen al cien por cien, la redacción de una nueva Ley de Costas o la elaboración de un Plan de Restauración Ecológica del Litoral, entre otras.