Madurez y perversidad
“Quan s’hagen dit els noms
Dels morts innumerables
I amb pietat humana
S’els haja rescatat
Del deute d’ignomínia,
De la sang fracassada“
Antoni Ferrer. l’Alcúdia de Crespins. Variacions. 2015
Del 28 de mayo al 23 de julio han pasado muchas cosas. Mientras grupos de presión, medios informativos viciados y casas de encuestas se aprestaban al desembarco de la derecha en el Gobierno de España, en el País Valenciano, desde la hora temprana del 29 de mayo, el vencedor Carlos Mazón con sus huestes alicantinas había entregado vicepresidencia y tres consellerias a sus socios de la ultraderecha, Vox. Encaramado Vicente Barrera en la conselleria de Cultura, como prenda del desvío de Carlos Flores al Congreso de los Diputados, por su pasado violento que Núñez Feijoo justifica por un “divorcio difícil”. Agricultura, Justicia e Interior, tres piezas claves en la gobernabilidad.
Reloj parado
El reloj del País Valenciano está parado desde el fracaso de la izquierda en las últimas elecciones autonómicas y municipales. Sólo una parte de los electores de la provincia de València, conscientes de lo que se les venía encima, han reaccionado para frenar la galopada de PP&Vox y han cambiado el sentido de su voto. Lo que ocurra para España es la superestructura de hegemonía estatal que hoy por hoy pende de la cuerda floja. Un rasgo predomina en la política española: la madurez de los electores que se han movilizado para confirmar que la ultraderecha está sola y aislada a pesar de la connivencia de sus compañeros de viaje. Evidencia que alianzas tan aceleradas como la fraguada en del País Valenciano con Mazón, ya estaban negociadas y comprometidas de antemano, con todo detalle. Hasta los socios del pacto de progreso – también llamado ‘Frankenstein’-, hasta ahora al frente del Gobierno, no acaban de creerse su capacidad sobrevenida con posibilidades para reeditarse. Señal de que la madurez de los electores ha sido determinante para no tirar por la borda casi cincuenta años de democracia con las propuestas anticonstitucionales de los partidos autoproclamados constitucionalistas.
De hoz y coz
Muchos valencianos no perdonan al presidente Mazón la integración, sin pestañear ni disimulo, de conspicuos representantes de la extrema derecha, en las instituciones valencianas más relevantes: Consell de la Generalitat, alcaldías, Diputaciones provinciales, Consell Jurídic Consultiu, Ayuntamientos, Consell Valenciá de Cultura, Diputaciones. Por el flanco alicantino destaca la desfachatez de colocar a la gestora de la patronal hotelera benidormí, Hosbec, Nuria Montes en la conselleria de Turismo. A su vez el alcalde de Benidorm,Toni Perez, sustituye a Mazón para presidir la Diputación de Alicante, la perla de la corona. Con este panorama de cambio de cromos la polémica está servida en el territorio pluricéfalo de Alicante, en el que la capital está cuestionada por Elx, Elda, Orihuela–Torrevieja, Alcoi- Cocentaina que mira a València, Benidorm o Denia. En ese contexto Vox, aupado por el PP en la Generalitat ha incrementrado 100.000 votos. Los mismos que ha perdido la coalición Sumar respecto a los que conseguía Compromís con Podemos cuando se presentaron separados.
Compromís
De hecho Compromís tal como fue concebido, se puede considerar liquidado frente a otra realidad, la de Sumar, donde quien marca las directrices es Yolanda Díaz y tiene su sede en la calle de San Raimundo en Madrid, barrio de Tetuán, distante del País Valenciano. En concepción centrípeta está en línea con el PSOE– Ferraz– y el PP –Génova-. Los líderes de Més Compromís –antes Bloc Nacionalista Valencià– han iniciado una carrera por la recolocación en el Congreso (Águeda Micó) y en el Senado (Enric Morera), cuyas decisiones han sido cuestionadas por los militantes que no han sido llamados a expresar su opinión. Se ha abierto una brecha de difícil remedio, salvo en el camino inexorable de la integración en un partido estatal, hoy Sumar, que cuenta con 35 diputados en empate numérico con Vox. Todo indica que Compromís y también Podemos, serán fagocitados por la nueva formación política : Sumar.
Ens Uneix
La operación desarrollada por Jorge Rodríguez, alcalde incuetionable de Ontinyent, lider de la formación política Ens Uneix, ha trastocado la última esperanza del PSOE para conservar el reducto de la Diputación Provincial de València en entente con los restos de Compromís. La entrega de esta corporación al Partido Popular deja al aire la herida abierta de su defenestración por un caso judicial hoy sobreseído. Manuel Mata, su defensor enlos tribunales. Ens Uneix apunta a la posibilidad de ampliar su proyecto político municipal- comarcal extensible a las comarcas centrales o a un movimiento de mayor envergadura.
La derecha y los empresarios
La derecha del PP&Vox, tras la caída de Ciudadanos, controla la totalidad de las instituciones y de las paralelas que componen la administración institucional en una encarnizada carrera por el poder. Sin que su afianzamiento se haya visto amenazado por los resultados de los votos del 23 de julio. Es como un tsunami en el avance territorial del nuevo Consell, para un país que valora la tranquilidad estable en oposición: el Espíritu de Morella ejercido por Ximo Puig. En el panorama empresarial aflora un clima de discrepancia por la ascensión y preponderancia del sector productivo alicantino, personalizado en Carlos Baño, experto en cuchillería, desde la presidencia de la Cámara de Comercio de Alicante y en la irresistible resurrección del zaplanismo que propugna su esposa, la antaño todopoderosa, Gema Amor, cabeza visible del experimento ferial Alicante Gastronómica. Baño manifiesta desde el sur, su incompatibilidad con la línea empresarial de la patronal autonómica, Cev, Salvador Navarro y apunta a ocupar la presidencia del Consejo de Cámaras de Comercio de la C.V. con sede en Alfonso el Magnánimo de València. Tiempo habrá.
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