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CV Opinión cintillo

Salvem Benimaclet

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El otro día hablaba con un padre del cole de mi hijo que es del Levante, y estaba emocionadísimo:¡estamos en semifinales de la copa del Rey! Él sabe que a mí el fútbol ni fu ni fa pero de verlo tan contento se me pegó la sonrisa, que él intuyó por encima de la mascarilla. “Los que nunca hemos ganado nada, cuando tenemos una ocasión como esta, nos alegramos antes, por si acaso!”. Por eso yo estoy contenta también, porque antes de que pase, sé ya que el PAI de Benimaclet será bueno para el barrio: se hará buscando el acuerdo con el vecindario y reduciendo la edificabilidad respecto a la propuesta inicial, entre otras cosas.

Estoy contenta, porque estamos viendo, cómo una vez más, los movimientos sociales marcan el camino a la política institucional. Porque la sociedad cambia más rápido que las instituciones y es fundamental estar siempre atentas a lo que dicen, para avanzar juntas.

“Los que nunca hemos ganado nada” estamos muy escarmentados. Son muchos años de luchas, en Benimaclet, pero también en el Cabanyal, en la Punta y en tantos y tantos barrios donde los que nunca hemos ganado nada hacemos vida y hemos visto, durante tantos y tantos años, como siempre ganaban los mismos. Constructoras, multinacionales, partidos políticos, medios de comunicación... en demasiadas ocasiones un cúmulo de intereses privados, muchas veces basados en la pura especulación urbanística, han primado por encima del interés general de la ciudadanía.

Hasta que un día dices basta, te cansas de perder siempre, te cansas de ser siempre el que nunca ha ganado nada. Y a veces, solo a veces, pasa que consigues parar la barbarie. Que le ganas a la banca, a los poderosos, y evitas que el viejo cauce del Turia acabe convertido en una autopista, o que el Cabanyal acabe destrozado por una avenida. Y ese día, ese día amigas, es un auténtico día de gloria. Cómo si fueras del Levante y ganaras la Copa del Rey. Cómo si fueras de Compromís y consiguieras la confianza de los vecinos y vecinas de València para ocupar la alcaldía de la ciudad.

Por eso sonrío, porque mientras Compromís tenga la mayoría en esta ciudad, el PAI de Benimaclet no se hará a mayor gloria de una multinacional, ni de un partido político, ni de un medio de comunicación. No veremos a yayas plantadas ante una excavadora ni a operarios echando asfalto sobre la huerta.

La propuesta que desde Compromís defendemos para Benimaclet es inédita en València, supone una ruptura con la manera como hasta ahora se ha construido en esta ciudad. Entendemos, por tanto, las resistencias y el nerviosismo de los que están acostumbrados a hacer las cosas a la manera del PP. Pero ya se acabó.

Defendemos un modelo para Benimaclet donde lo más importante no es el beneficio que pueda sacar la promotora, por eso apostamos por la gestión pública, desde el Ayuntamiento, para poder garantizar el interés general. Es una propuesta que garantiza todas los equipamientos y servicios que el barrio reclama y necesita pero sin duplicar su población (con la saturación que esto comporta). Es un modelo que pretende ser ejemplo de transición entre l'Horta y la Ciudad, que sea referente para el futuro en otros barrios y poblaciones de cómo integrar la urbe en el paisaje y el paisaje en la urbe. Por eso defendemos que la huerta productiva existente se mantenga. Es una propuesta respetuosa con la propia idiosincrasia del barrio, por eso proponemos concentrar las edificaciones en los laterales y a continuación del casco histórico del antiguo pueblo de Benimaclet, con una tipología de construcción que respete su estética arquitectónica.

Pero sobre todo, la propuesta que defendemos es primero que nada: abierta. Es una propuesta negociable. Abierta a los vecinos y vecinas, los que se movilizan y los que no. Abierta a los socios de gobierno. Abierta al diálogo, que es como desde Compromís entendemos que se tienen que hacer las cosas. Porque no puede ser que siempre ganen los mismos. Porque no nos podemos permitir otro proceso traumático como el del Cabanyal. Porque no se pueden hacer las cosas en contra del interés de un barrio a beneficio de unos intereses privados. En definitiva, porque a veces, solo a veces, el Levante también puede ganar la copa.

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