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CV Opinión cintillo

Un valenciano en la cúspide de la CEOE

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“Ningú no sabrà si ara sou l’imatge, l’ombra,

o la llum que fereix des del somni perdut,

o el gran defalliment d’aquest vent blau sense ones.“

Maria Beneyto, Altra veu-València (1952)

Ahí están las elecciones en la patronal valenciana CEV. Quienes deciden en las entidades económico-empresariales de la Comunidad Valenciana –las que todavía no comprenden que conviene un País Valenciano cohesionado e influyente– tendrán que buscar empresario representativo que pueda llegar a presidir la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Alguien debería preguntarse por qué nunca un empresario valenciano ha llegado a la punta de la pirámide de CEOE, en la madrileña calle Diego de León,50. Ni tan siquiera ha sonado como candidato a presidenciable. Para finales de 2022 están previstas las elecciones en CEOE. En las que se dirimirá la continuidad de Antonio Garamendi, actual presidente, o su relevo en el cargo que se han alternado representantes de las grandes patronales catalanas, madrileñas o vascas. Nunca un valenciano ha optado a la presidencia de la patronal de patronales, CEOE.

Caso Garamendi

El empresario vasco, Antonio Garamendi , calentó motores durante el mandato de Juan Rosell, desde la presidencia de CEPYME, para sustituir al empresario catalán proveniente de la patronal Foment del Treball Nacional.. En septiembre de 1977 Foment y la CEV (Confederación Empresarial Valenciana) fundaron CEOE con el compromiso de adhesión de otras organizaciones, cuyo espíritu asociativo se encontraba en proyecto. Dos nombres clave: el catalán Carlos Ferrer Salat y el valenciano Vicente Iborra Martínez contaban con organizaciones más consolidadas y activas. Son los antecesores de Garamendi en la cima de CEOE. Antonio Garamendi, arriesgó con la aceptación de los indultos concedidos por el gobierno Sánchez a los independentistas catalanes, condenados por sedición en 2019. La decisión no fue denunciada por la catalana Foment. Mereció la reprobación de la parte más ultramontana de CEOE. Se cuestionó la conformidad de Garamendi y finalmente se resolvió el conflicto con la aclamación en el plenario de la patronal española. El siguiente episodio en torno a la política empresarial de Garamendi ha sido al aceptar –tras negociación– la contrarreforma laboral del gobierno Pedro Sánchez- Yolanda Díaz, sin informar. En la Junta directiva de CEOE este acuerdo con Gobierno y sindicatos obtuvo la abstención de significativas organizaciones empresariales: la catalana Foment del Treball (Josep Sánchez Llibre), la madrileña CEIM (Miguel Garrido), la patronal de la automoción( José López-Tafall) y a los empresarios agrícolas, Asaja (Pedro Barato). La batalla por quién ha de presidir CEOE ha empezado. Su desenlace afecta a las empresas y a los empresarios del País Valenciano.

Alfredo Molinas

En el fragor de la pugna por quién manda en CEOE, ha ocurrido el fallecimiento de Alfredo Molinas. Refundador de Foment. Con Ferrer Salat, artífice activo de la creación de CEOE (1977) con decisiva ayuda valenciana, de Vicente Iborra. Josep Sánchez Llibre en una operación de comunicación, ha escrito y firmado las extensas necrológicas de Molinas en dos diarios relevantes: “La Vanguardia” -mayor tirada en Catalunya– y “El País” -de incidencia en Madrid–. Ambos de difusión en toda España. La redacción de los dos obituarios es diferente, porque van dirigidos a distintos públicos y con intencionalidad dispar. Alfredo Molinas presidió Foment desde 1978 a 1994 y es referente notable para los empresarios catalanes en esta época de crisis plural en Catalunya y en Barcelona. De cara a Madrid y al resto de España, había que recordar a Garamendi y a quienes lo respaldan, que Foment del Treball fue y es puntal decisivo en CEOE. Como tal puede optar a presidir la gran patronal española. O a influir en las negociaciones para situar un candidato+equipo en su cumbre. Garamendi, a pesar de sus arraigos vascos en Neguri y de los apoyos de grandes empresas del Ibex, va a tener que luchar por su reelección. No se lo van a poner fácil. ¿Cuál será el papel a desempeñar por la patronal valenciana CEV de cara a influir en CEOE y en el resto de España? Es una urgencia que tienen que resolver todos los empresarios valencianos y quienes actúan en su representación. ¿Con Garamendi, con Sánchez Llibre, en apoyo de la Generalitat Valenciana de Ximo Puig, bajo la batuta de los socios del lobby AVE, en un debate territorial –comarcas centrales–y sectorial previo, con los del metal, con los agrarios, con el comercio o con el clúster de la cerámica?

Políticos y empresarios

Esa es la urdimbre: empresarios versus políticos. Los poderes –económico, político, eclesiástico, judicial, académico, cultural– tienden a entenderse. Es conocida la frase de Ferrer Salat en plena arenga movilizadora:“Està en joc Espanya, l’empresa i el nostre futur individual”. Hoy también y por ese orden. Durante la dictadura franquista, cuarenta años de anquilosamiento organizativo empresarial. Una vía: el sindicato vertical y la supeditación de la economía a la autarquía política. No había corrupción porque el sistema era corrupto en sí mismo. Las organizaciones empresariales tuvieron que despabilar y digerir el trauma de décadas de parálisis inducida.

Perfiles

¿Quién va contra Antonio Garamendi y por qué? Ha tenido en poco tiempo dos intervenciones controvertidas: aceptar los indultos a Oriol Junqueras junto a otros rebeldes catalanes y acordar la rectificación de la reforma laboral de Rajoy. Su principal enemigo es el Partido Popular, que considera que CEOE es su bastión empresarial liderado por Pablo Casado. Por el ala conservadora, la facción popular de Ayuso–la patronal madrileña le ha torpedeado– y el frente ultraderechista de Vox, también son sus enemigos. Los empresarios agrarios de Barato están alineados con la ortodoxia del PP, las compañías de automóviles en transformación ven lesionados sus intereses y queda la posición oscilante de Foment del Treball. La patronal catalana, optó por la vía política, desde la sustitución de Joaquim Gay de Montellà por Sánchez Llibre. El perfil del actual presidente de Foment es eminentemente político. Uno de los políticos más brillantes que han tenido los intereses de Catalunya destacados ante el poder del Estado en Madrid. Precisamente en el Parlamento y aledaños. No cabe la menor duda de que el poder catalán que se ejerce desde Foment intenta recuperar posiciones y la credibilidad perdida en la capital del Estado Español. Ese fue su objetivo durante los años que gobernó CiU la Generalitat con Jordi Pujol y los que corresponden a la presidencia de Pasqual Maragall. La carrera por la presidencia de CEOE ha comenzado con tres contrincantes: la patronal madrileña CEIM, la patronal catalana, Foment y el hombre de Neguri, nacido en Guetxo. Tiene la confianza de los grandes lobbies y empresas del Ibex.

Mimbres valencianos

En la primera división de la liga empresarial española no ha jugado nunca ninguna divisa valenciana. El único que tuvo posibilidades fue Vicente Iborra Martínez que fundó CEV y CEOE. Fue destronado en una conjura político-empresarial que tenía como objetivo poner a un peón del Partido Popular para que saltara a la política activa directamente desde la patronal: Pedro Agramunt Fontdemora. El detonante fue la intervención potente de Iborra en un acto empresarial en Madrid exigiendo “menos intervención del Estado en el vida económica”. El mecanismo se puso en marcha. Políticos y el fuego amigo próximo a Iborra, lo derribaron por malas prácticas que hoy parecerían un juego de niños. Comparadas con las corruptelas que afectan a la Corona Española o el año largo que CEOE mantuvo en la presidencia a Gerardo Díaz Ferrán, a las puertas de la prisión. Los empresarios valencianos, si mantienen estrategia y protagonistas, estarán mal pertrechados para posicionarse en la batalla empresarial. Si las componendas y los hechos que han acompañado a la reciente historia de CEV y su transformación impropia en autonómica, son lamentables, difícilmente se puede reclamar consideración y protagonismo en CEOE. Se ve que los perfiles son decisivos en las organizaciones y en sus líderes. ¿Quién puede ser contrincante frente a Josep Sánchez Llibre (Político curtido, licenciado y ESADE) o a Antonio Garamendi (Deusto)? La CEV y sus inestabilidades (derrumbe de CIERVAL) pueden competir frente a Foment o a CEIM, la patronal madrileña de Ayuso? Es el panorama al que se enfrentan los empresarios y los políticos. Encrucijada que exige respuestas inmediatas. Eficacia y perspectiva para afrontar el futuro. El poder político se equivoca si cree que triunfa sobre la ruina del poder empresarial. Y el poder económico de las grandes empresas yerra, si cree vencer sobre la asfixia de las empresas pequeñas y medianas. Esa miopía es la que ha llevado a la decadencia económica, financiera y empresarial. La que no se rectifica para defender los intereses de la sociedad.

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