El nuevo Pacto del Botánico: repartir mandatos en caso de empate a concejales y no votarse en contra las alcaldías

Que haya Pacto del Botànico en todos los ayuntamientos en los que den los números. Y que haya paz en los acuerdos municipales. Es el encargo de los negociadores del nuevo acuerdo de izquierdas a los concejales electos en los comicios del 26M que se trasladará en los próximos días.

Este viernes se ha reunido la primera comisión de pactos electorales, un grupo de trabajo dentro de la comisión negociadora del segundo Acuerdo del Botánico, para evaluar los resultados del pasado domingo y cómo llegar al máximo de alcaldías posibles. La idea es reeditar los mismos acuerdos que se dieron en las anteriores elecciones y que las tres fuerzas progresistas, PSPV, Compromís y Unides Podem-EUPV, o las fórmulas con las que se hayan presentado a las municipales, se den respaldo mutuo.

En aquellos municipios en los que las fuerzas tengan empate a concejales, la comisión propone una alternancia de partidos en la alcaldía, priorizando la lista más votada, aunque siempre “respetando la autonomía municipal”. Esto sucedió en Burjassot con el representante de Compromís Jordi Sebastià y el socialista Rafa García, que ha revalidado su mayoría absoluta.

La comisión, matizan sus integrantes, solo propone un marco para acuerdos y habría que ver las particularidades en cada caso. “Son los concejales los que tienen que entenderse”, añaden. La idea es que haya un pacto de no agresión entre los socios autonómicos. Así, según se trasladará, si uno de los partidos no está de acuerdo con el alcalde propuesto se le pedirá que se abstenga en lugar de votar en contra.

Esto implicaría que, en caso de que no hubiera acuerdo, Compromís y Unides Podem-Castelló en Moviment no deberían oponerse a la candidata socialista Amparo Marco en Castelló de la Plana; ni Sandra Gómez (PSPV) a la investidura de Joan Ribó (Compromís), la lista más votada en Valencia. Aunque los integrantes piensan en resolver posibles problemas en municipios como Paiporta, donde hay una diferencia de concejales mínima entre PSPV y Compromís en favor de la actual alcaldesa de los valencianistas Isabel Martín, pero la lista más votada es del PP; Llíria, donde ocurre un caso similar, con la diferencia de un concejal entre socialistas y valencianistas; en Albalat de la Ribera, donde la lista más votada es de Esquerra Unida, a medio centenar de votos de los socialistas.

Una vez resuelto el asunto de los gobiernos municipales, la comisión negociadora comenzará a organizar las diputaciones provinciales. Sobre Alicante no habrá movimientos hasta que no se conozca oficialmente la posición del PSPV, que abrió la puerta a Ciudadanos para un acuerdo, pero la comisión podrá ir avanzando en cómo reorganizar la Diputación de Valencia y entrar en la de Castellón tras 24 años de mayoría del PP.