Ignacio Blanco: “Sumar ha conseguido vincular a una propuesta de país a los mejores intelectuales de izquierdas del Estado”
Ignacio Blanco (Algemesí, 1974) fue diputado de Esquerra Unida en las Corts Valencianes en la octava legislatura y militante de la organización durante 20 años. Hasta 2015 fue uno de los parlamentarios más activos de la Cámara, centrando su labor de oposición en fiscalizar los contratos del Gobierno del PP en su última mayoría absoluta. Denunció la manipulación informativa de Canal 9, los contratos de la Fórmula 1 o los sobrecostes de las obras de Santiago Calatrava, el arquitecto de cabecera del PP.
Centrado desde entonces en su trabajo como funcionario en la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, alejado de la primera línea política, a Blanco le llamó la atención el proyecto de Yolanda Díaz aún cuando estaba sin materializar y comenzó a participar con algunas aportaciones, en contacto con otros compañeros. Poco después de las elecciones autonómicas del mes pasado, el entorno de la vicepresidenta del Gobierno, en el que conviven viejos conocidos del exdirigente de EUPV, le propuso encabezar la lista al Senado por Valencia.
“Este es un momento crítico”, apunta el candidato en conversación con elDiario.es, horas después de que su nombre figurara en las listas. “Llevo un tiempo apartado de la primera línea política y he tomado aire como para volver a implicarme. La última campaña la viví desde la barrera y sentí en algunos momentos que podría hacer algo más; ahora tengo la oportunidad”, afirma Blanco, que insiste: “Después de las elecciones que han dado como resultado una oleada de derechas y extrema derecha que amenaza nuestras libertades y derechos, y ante unas generales que pueden tener el mismo resultado, o no, creo que hay que arrimar el hombro. Creo que Sumar ha conseguido algo histórico: poner de acuerdo a todas las fuerzas de izquierda de todo el Estado español ”que tienen voluntad de confluir. Todos y todas estamos llamados a hacer nuestra contribución“.
El exparlamentario, especializado en cooperación, insiste en el componente unitario de la candidatura como espacio capaz de disputar los planteamientos de la extrema derecha. A nivel valenciano el proyecto va de la mano de Compromís e incorpora a otros referentes de Esquerra Unida y de Podemos, socios del Acuerdo del Botánico, que poco a poco fueron alejándose del núcleo de los partidos a nivel orgánico. Es el caso de Naiara Davó, exportavoz de Podemos, o Llum Quiñonero, exdiputada de también de esa formación. “Es el acuerdo de las distintas fuerzas de izquierdas que hemos ido coincidiendo, en la oposición al PP primero, después en la construcción de un gobierno de recuperación de derechos, regeneración democrática y avances sociales. Ahora hay que volver a arremangarse en una tesitura critica. Cuanto mas difíciles son las cosas mas hace falta la unidad, que creo que es el gran valor de esta candidatura”, sostiene Blanco.
“Lo que importa es la realidad de hacer confluir a muchas organizaciones de izquierdas, de trayectorias distintas, en candidaturas de unidad que estén en condiciones de dar la batalla a la derecha y la extrema derecha y a los derechos y libertades que están en riesgo”, apunta.
El candidato pone en valor el proceso programático, los apoyos y la participación en el proyecto de Díaz: “Sumar ha conseguido vincular a una propuesta de país a los mejores intelectuales de izquierdas del Estado, como Yayo Herrero, César Rendueles o Agustín Moreno. En cada uno de los campos temáticos hay gente que está teorizando pero que en la práctica demuestra cómo se pueden hacer las cosas, defendiendo los servicios públicos y los derechos humanos. Es un salto cualitativo. En su momento las distintas organizaciones de izquierdas han tratado de tener espacios de elaboración programáticos, atraer capital intelectual, de la universidad... pero creo que nunca ha habido una experiencia tan potente como la que ha desarrollado Sumar”.
El proyecto programático aún tiene que pulir los últimos aspectos, trasladar las conclusiones de los grupos de trabajo al programa electoral, que recoge propuestas de “un sentido común colectivo”. En el Senado, aún consciente de la reforma necesaria para ser una cámara territorial, el representante valenciano se compromete a ejercer la “defensa de derechos democráticos, y de nuestros intereses legítimos como pueblo: la financiación autonómica es clave, las inversiones no son las que esta proyectando el gobierno del Estado... Tenemos que luchar contra la ampliación del puerto de València e intentar hacer oír nuestra voz en ese foro”.
El exdirigente de Esquerra Unida anticipa una campaña “complicada” en la que “hay una llamada al bipartidismo muy clara, especialmente en el caso de Pedro Sánchez”, pero considera que “la gente sabe el papel que ha tenido Yolanda Diaz, la aportación de los distintos partidos que componen Sumar en sus realidades autonómicas y sabe la diferencia entre un gobierno monocolor del PSOE, que es imposible porque no van a dar los números, y opciones plurales mucho más a la izquierda que no renuncian a sus principios”.
Sobre el auge de la extrema derecha, el candidato se muestra “preocupado” por el resultado de las pasadas elecciones municipales autonómicas. “Me preocupa, me alarma, me horroriza... como a la inmensa mayoría de la gente demócrata. Que la extrema derecha presida las Corts Valencianes, que haya accedido a grandes ayuntamientos, con un programa político de destrucción de la democracia, contra fundamentos de la democracia y de los derechos humanos, contra colectivos amenazados... la preocupación es de la mayoría de la sociedad. Confío en que se manifieste en las urnas el 23J”, apunta, manifestando preocupación por la difusión del discurso de los partidos ultras. En este sentido, el exdiputado, que ha vivido las políticas del gobierno progresista desde dentro, como funcionario, realiza un diagnóstico de los resultados: “El Botánico ha hecho un gran trabajo en las políticas inclusivas, pero mucha gente no lo percibe. Se pueden analizar las causas, los posibles fallos en el relato... nos enfrentamos a dinámicas de creación de la opinión publica muy poderosas, que no son fácilmente contrarrestables con los medios de un gabinete de prensa al uso”, indica.
“El resultado creo que no se debe a causas propias o singulares de la Comunitat Valenciana, sino a causas generales que se dan en todo el Estado y que tienen que ver con la capacidad de la derecha de generar un discurso muy simple, muy primario, que apela a los bajos instintos, señala al enemigo interno y ataca a colectivos más vulnerables haciéndoles culpables de todos los posibles males, y con eso ha conseguido conectar”, lamenta, a la par que contextualiza: “Es un fenómeno que sucede en Europa, en Brasil... hasta en los países nórdicos, que tenemos como referente, la extrema derecha avanza, la derecha hace seguimiento y una parte de la izquierda no parece demasiado firme en la defensa de las posiciones. Por eso hace falta que hagamos llegar nuestro discurso, que acertemos a la hora de comunicar para poder conectar con la gente. Si después de una pandemia, una guerra, una crisis económica brutal, sabiendo que hay muchas necesidades por cubrir, tenemos unas buenas cifras de empleo porque ha bajado el paro, han aumentado la contratación indefinida y el salario mínimo interprofesional, si eso sucede es por la acción en el Gobierno de Yolanda Díaz, a pesar de los ataques”, sentencia.
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