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Lo que el Puerto de València se llevó: un mural de Paco Roca y Martín Forés recupera la memoria marinera del barrio de Natzaret

El mural presentado este domingo en el barrio de Natzaret.

Carlos Navarro Castelló

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“El mural surge del cómic de Paco Roca 'Regreso al Edén', inspirado en una foto familiar del año 1946 en la antigua playa de Natzaret. Refleja la realidad de la posguerra y la dictadura y cómo las familias de la zona intentaban salir adelante, algo que queda muy bien plasmado en esta obra que refleja a la perfección la idiosincrasia del barrio”. Así explica el portavoz de la Asociación de Vecinos de Natzaret, Julio Moltó, la historia del mural diseñado por Paco Roca y Martín Forés, y dibujado por este último en la medianera del colegio Nuestra Señora de los Desamparados, que ellos mismos presentaron este domingo con la presencia de autoridades políticas como la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Gloria Tello, o la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez.

Según Moltó, ambos autores querían hacer un homenaje a Natzaret que ha sido “un subidón de autoestima porque supone poner al barrio en el mapa de los murales al servicio de la recuperación de la memoria de la València, que despareció y en ese sentido es un empeño que no se olviden las conquistas vecinales en cada barrio”.

El activista vecinal explica que la iniciativa ha contado con una gran acogida en el barrio y que los vecinos y vecinas se han volcado: “Todos han ayudado en la medida que han podido en la elaboración e incluso unos 150 alumnos de los colegios de la zona han ayudado a Forés a pintar diferentes partes del mural”.

Sobre la ilustración en sí, comenta que evoca el antiguo tranvía con parada en el balneario Benimar, “conservado gracias a las alegaciones de la asociación vecinal como futura sede de la ciudad deportiva del Levante UD”, ubicado “junto a la playa que destruyó la ampliación sur del Puerto de València”.

Para Moltó la iniciativa permite “conservar la identidad y la memoria del barrio sobre todo entre las generaciones más jóvenes que vivieron aquello, ni conocieron la playa del barrio ni cómo se destruyó y se dejó al barrio aislado”. Con todo, puntualiza que no están en contra del Puerto, sino de los abusos del Puerto“.

Sobre la ejecución del mural, durante el acto de presentación el propio Forés comentó que la idea surgió hace más de un año: “Paco y yo ya teníamos ganas de hacer algo juntos y surgió la oportunidad después de su maravilloso cómic de llevarlo a un muro, a la calle, mezclando los dos estilos. Cuando la idea estuvo clara llamamos a Gloria Tello, que nos apoyó en todo momento y nos puso en contacto con Julio Moltó, Maite Biosca y Ramón Arqués, miembros de la asociación de vecinos de Natzaret que es muy activa, buscamos una pared y la encontramos”.

Según el artista, “a partir de ese momento y con el apoyo incondicional del director del colegio, Nacho Grande, con todo el profesorado se encargó de darnos el permiso”. Forés afirmó que ha estado “durante 30 días” más a gusto que en toda su vida pintando el mural porque afirmó, “Natzaret es más que un barrio, la convivencia estos días ha sido súper auténtica”.

Además, afirmó que “es muy importante hacer un muralismo social y participativo” y, sobre la historia del mural, comentó que “el entorno arquitectónico es un entorno basado en la decoración modernista de la Estació del Nord, es muy importante reivindicar en estos murales espacios de la ciudad que son muy importantes, cultural y artísticamente”. El reto fue “juntar los dos estilos, el de Paco que es de tinta plana de cómic con uno híperrealista como el mío”.

La ilustración “es una estampa maravillosa en la que aparecen 32 personajes, una ilustración de Paco Roca increíble hecha expresamente para este mural, porque él no quiso hacer una viñeta del cómic, sino que se curró una viñeta expresamente para el barrio de Natzaret en el que quisimos poner el foco porque Natzaret se lo merece porque se trata de un barrio que es historia de nuestra ciudad”.

El 19 de mayo de 1986 se firmó el convenio mediante el cual el Ayuntamiento pactó con el Puerto de València su ampliación sur, lo que condenó a la destrucción a las playas de Natzaret y La Punta.

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