Cómo hacer tus pipas de calabaza caseras sin tener que comprarlas en el súper

Pipas de calabaza

Eva San Martín

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Como ocurre con los posos del café (que tienen muchos usos tras salir de la cafetera), el interior de la calabaza, sus pepitas o semillas, no tiene por qué acabar en la basura. Los científicos aseguran que las pipas de calabaza, un fruto seco, pueden ayudarnos a mantener tanto la presión arterial como el nivel de azúcares en la sangre bajo control, incluso prevenir una infección de orina

Hay más: otros estudios afirman que las semillas que crecen en el interior de la calabaza colaboran con el aporte del magnesio en nuestros cuerpos, un nutriente que puede hacer que duermas mejor. La buena noticia: es muy fácil convertir esas semillas que normalmente acaban en la basura en deliciosas, y al parecer muy beneficiosas, pipas de calabaza. Y todo ello, gratis.

Las pipas de calabaza tostadas resultan un rico aperitivo por sí mismas: perfectas para acompañarte en los maratones de Netflix o de HBO. Pero tienen otros usos, como añadirlas al desayuno o esparcirlas, peladas, a un yogur. O utilízalas como ingrediente para una ensalada. Y solo necesitas limpiar y dejar secar esas pepitas de calabaza, meterlas en el horno, ¡y añadirles el aliño que prefieras!

Pipas de calabaza caseras: lo que necesitas

Los ingredientes son muy sencillos: una taza de semillas limpias de calabaza (ahora te contamos cómo), una cucharada de aceite de oliva y un poco de sal. El método también está chupado. Lo primero es limpiar bien las semillas de tu calabaza, puesto que estarán mezcladas con parte de la carne interior del fruto. 

Para ello, mételas en un cuenco grande y lleno de agua fría. Las semillas flotarán, pero usa tus manos para limpiarlas y eliminar los restos blandos. Otra forma incluso más sencilla de limpiarlas es ponerlas en un colador grande y colocarlas debajo del grifo de agua fría. Si te ayudas con las manos, es más fácil. 

Para que se sequen al aire, puedes ponerlas sobre una toalla o trapo de cocina y dejarlas ahí toda la noche. Este paso es importante para que las pipas se tuesten y queden crujientes una vez que salgan del horno: de lo contrario pueden cocerse y quedar blandas. O puedes saltarte este paso, y colocarlas directamente sobre la bandeja del horno o una fuente apropiada, precalentado a 180ºC, hasta que pierdan la humedad, sobre unos cinco minutos. 

Pipas de calabaza: cómo aliñarlas

Una vez secas, hay que aliñarlas con el aceite de oliva y una cucharadita de sal. Conviene removerlas bien para que queden cubiertas todas las pipas; o puedes utilizar directamente las manos, si dejas que las semillas se enfríen ligeramente. 

Es el momento de volver a extenderlas sobre la bandeja del horno o en la fuente, mejor en una única capa, de forma que no haya pipas amontonadas unas sobre las otras, y hornear. Para que se tuesten de forma uniforme, resulta útil darles la vuelta con una cuchara o pala de madera de tanto en tanto. 

En total, tardarán unos 12 minutos en estar listas. [Hace unas semanas te contamos cómo restaurar tus viejas cucharas y tablas de cocina.] Hay dos trucos para saber que tus pipas de calabaza caseras están en su punto. 

El primero: su color, ya que adquieren un tono dorado que indica que ya están tostadas. El segundo: su sonido. Sacúdelas dentro de la fuente con ayuda de un guante de cocina (para no quemarte), y asegúrate de que las escuchas, la señal de que están crujientes. 

Ya casi las tienes: solo falta dejarlas enfriar. ¡Y listas para comer! Estas pipas de calabaza aguantarán en buen estado, dentro de un recipiente hermético a temperatura ambiente, un par de semanas. 

Otros aliños para tus pipas de calabaza caseras

El aceite y la sal no constituyen los únicos ingredientes con los que aderezar las pipas de calabaza. Hay más opciones. Si te gustan los sabores fuertes, prueba a añadir una mezcla picante de pimentón o de cayena en polvo, curri molido y comido. Para un condimento más dulzón, añade canela y un poco de miel líquida. 

O usa pimienta negra o polvo de ajo. También puedes experimentar con el aceite y sustituirlo por aceite de coco u otro tipo de condimento vegetal. [Hace unos días te contamos cómo cultivar tu propio ajo en una maceta de la terraza.]

Otro truco: esta misma técnica sirve para tostar otros tipos de semillas de alimentos del súper que suelen acabar en la basura: entre ellos, las pipas del calabacín. Solo hay que tener cuidado con los tiempos de horneado ya que, cuanto más pequeña sea la semilla, menos tiempo necesitará para tostarse. 

Pequeñas, pero sabrosas. Y llenas de sorpresas: los científicos dicen que las pipas de calabaza, como el chocolate, además nos ayudan a producir serotonina, un neurotransmisor que nos pone de buen humor. En estos tiempos de incertidumbre, no es poca cosa. 

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