Llagas en la boca: ¿qué puedo hacer para aliviarlas?
Las llagas en la boca son una molestia común que puede afectar a personas de todas las edades. Aparecen en forma de pequeñas úlceras dolorosas en el interior de los labios, las mejillas, la lengua o el paladar, interfiriendo con actividades cotidianas como comer, hablar o incluso cepillarse los dientes. Aunque suelen ser benignas y desaparecer por sí solas en pocos días, su recurrencia o persistencia puede generar preocupación y afectar significativamente a la calidad de vida.
Existen diferentes tipos de llagas bucales, las aftas o úlceras aftosas son las más frecuentes. Estas no son contagiosas, a diferencia de las lesiones provocadas por el virus del herpes simple, que también pueden manifestarse en la zona oral. Diversos factores pueden estar involucrados en su aparición: desde lesiones físicas menores y deficiencias nutricionales hasta condiciones médicas subyacentes o desequilibrios inmunitarios. Identificar la causa es clave para establecer un tratamiento adecuado y prevenir su reaparición.
Ante la incomodidad que generan, muchas personas buscan remedios caseros o tratamientos farmacológicos que proporcionen alivio rápido. Sin embargo, no todos los métodos son igual de eficaces ni seguros, y en algunos casos podría ser necesario acudir a un profesional de la salud para un diagnóstico más preciso. Comprender cómo se desarrollan estas llagas y qué opciones existen para tratarlas permite tomar decisiones informadas y cuidadosas sobre su manejo.
Causas más frecuentes de las llagas bucales
Las llagas en la boca pueden tener muchas causas diferentes y a menudo se desarrollan por una combinación de factores. Uno de los motivos más comunes es el trauma o lesión en la boca como morderse accidentalmente, usar cepillos de dientes muy duros o aparatos dentales que rozan contra la mucosa. Este tipo de daño físico puede desencadenar la formación de aftas o úlceras.
También hay causas relacionadas con la salud en general. La falta de ciertas vitaminas y minerales como el hierro, la vitamina B12 o el ácido fólico, puede aumentar el riesgo de que aparezcan estas lesiones. Los cambios hormonales, el estrés emocional y el cansancio también se han relacionado con brotes frecuentes de aftas. En algunos casos, las llagas pueden ser un signo de enfermedades más serias como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn, el lupus o trastornos del sistema inmunológico.
Además, algunas personas desarrollan llagas como reacción a ciertos alimentos o ingredientes como a los frutos secos, el chocolate, los cítricos o las pastas dentales que contienen lauril sulfato de sodio (SLS). En otros casos, una infección viral, como la del virus del herpes simple, puede causar lesiones dolorosas, especialmente alrededor de los labios o en las encías.
Tratamientos y remedios caseros
Las llagas en la boca, especialmente las aftas bucales, pueden ser muy molestas. Aunque suelen desaparecer solas en unos días, el dolor que provocan al comer, hablar o cepillarse los dientes puede ser significativo. Afortunadamente, existen varios tratamientos caseros sencillos que ayudan a calmar el malestar y acelerar el proceso de curación. Estos remedios pueden ser útiles para tratar casos leves y ocasionales, siempre que no haya signos de infección o complicaciones. Son los siguientes:
- Enjuague con agua salada: mezcla media cucharada de sal en un vaso de agua tibia y realiza enjuagues bucales durante unos 30 segundos, dos o tres veces al día. Esto ayudará a desinfectar la herida, reducir la inflamación y favorecer la cicatrización natural de los tejidos.
- Aloe vera natural: aplica directamente una pequeña cantidad de gel puro de aloe vera sobre la llaga varias veces al día. El aloe vera contiene propiedades antiinflamatorias, calmantes y cicatrizantes. Ayuda a reducir el ardor y el dolor, al tiempo que promueve la regeneración del tejido afectado. Además, su uso se extiende a otros problemas bucales como irritación por prótesis, herpes labial o labios agrietados.
- Té de manzanilla con miel: se puede preparar una infusión de manzanilla y añadir una cucharadita de miel. Una vez que esté tibia, puede beberse lentamente o utilizarlo de enjuague bucal. Otra opción es aplicar directamente una bolsita de manzanilla húmeda sobre la llaga durante unos minutos o colocar un poco de miel pura sobre la úlcera varias veces al día. La manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes, mientras que la miel actúa como un antiséptico natural.
- Aplica hielo: puedes chupar pequeños cubitos de hielo o envolver un trozo de hielo en una gasa limpia y ponerlo sobre la llaga durante uno o dos minutos. No dejes el hielo mucho tiempo para evitar molestias. El frío adormece la zona donde está la llaga, ayudando a disminuir el dolor durante un rato. También reduce la inflamación, haciendo que la herida se sienta menos hinchada. Es importante que no pongas el hielo directamente si tienes los dientes sensibles.
Cómo prevenir las llagas bucales
Es posible prevenir la aparición de llagas en la boca si se adoptan algunos hábitos saludables y se cuida la higiene bucal de forma adecuada. Aunque no siempre se puede evitar, estas prácticas ayudan a reducir la frecuencia y la intensidad de las aftas o úlceras bucales. Cepillar los dientes con un cepillo suave y usar una pasta de dientes que no lleve lauril sulfato de sodio para evitar irritaciones puede prevenir la aparición de llagas en la boca. También hay que cuidar de no morderse los labios, lengua o las mejillas, y evitar alimentos que puedan lastimar la boca.
El estrés puede favorecer a que salgan aftas, así que es bueno buscar momentos para relajarse. Además, llevar una dieta equilibrada, con suficientes vitaminas como la B, el hierro y el ácido fólico, ayuda a mantener la boca sana. También es recomendable evitar comidas muy ácidas, picantes o saladas porque pueden irritar las llagas o hacer que salgan. Es importante visitar al dentista regularmente para prevenir problemas que puedan causar heridas en la boca.
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