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¿Es buena idea vestir a nuestras mascotas?

¿Es aconsejable ponerle ropa a perros y gatos?

Marta Chavarrías

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Nuestras mascotas son muy importantes para nosotros. Tanto, que tendemos a atenderlos y velarlos como nos cuidaríamos a nosotros mismos. Vestirlas no es una excepción. Perros y gatos ya disponen de un amplio mercado de jerséis, chaquetas e incluso impermeables de todos los tejidos posibles que se usan sobre todo para protegerlos del frío. 

Es fácil salir a pasear y ver cómo algunos perros van abrigados con anorak, desde jumpers que cubren el cuerpo y las patas delanteras hasta sudaderas con capucha. Incluso con disfraces que hacen las delicias de los humanos.

Vestir a las mascotas, a los perros sobre todo, se ha convertido en una moda en auge en los últimos años. Pero, ¿es necesario que perros y gatos lleven ropa? El hecho de vestirlos, ¿es por protegerlos o dice más sobre los gustos de su dueño que por una necesidad real?

¿Los perros y gatos necesitan abrigo?

En un primer momento, y si tiramos del sentido común, la idea de vestir un perro nos debe parecer innecesaria por varios motivos. Como nos explica Elena García, veterinaria especializada en medicina del comportamiento en Ethogroup, “desde el punto de vista del comportamiento no es recomendable vestir a los animales, la gran mayoría no sacan partido porque cuando están en la calle normalmente se mueven y no tienen frío”.

Tanto perros como gatos tienen su propio pelaje y grasa que los protege del frío y de las inclemencias del tiempo. Como animales que son tienen la capacidad de regular su temperatura de forma natural y el pelo los protege de la lluvia. Además, su temperatura corporal es más alta que la nuestra, por lo que no sienten el mismo frío que podemos notar nosotros.

En el caso de los gatos en particular, ¿les gusta que los vistamos? En los gatos, a diferencia de los perros, vestirlos puede no ser una práctica tan sencilla. Ellos valoran mucho su independencia y autonomía y se mostrarán incómodos ante cualquier cosa que les moleste, incluso puede ser motivo de estrés y ansiedad. Los gatos, en general, “son mucho menos tolerantes a los objetos como collares, tanto isabelinos como cervicales –los que se colocan cuando hay algún proceso médico– que los perros, sobre todo también porque no los acostumbramos tanto”, asegura García. 

Además, la ropa puede interferir en sus movimientos, provocar pérdida de equilibrio e, incluso, lesiones. “Aunque tenemos que ser cuidadosos a la hora de vestir cualquier animal, es más probable que los gatos nos pongan más dificultades para habituarse a la ropa”, reconoce García. 

Qué ocurre si vestimos a nuestras mascotas cuando no es necesario

Vestir a un perro o un gato cuando no es necesario puede afectar a su bienestar en forma de problemas de piel, como la aparición de irritación por el roce del tejido o ansiedad. Además, si no acostumbramos al perro o al gato a llevar ropa “de forma progresiva y positiva podemos tener dos consecuencias habituales: por un lado, que se sientan incómodos y que no disfruten del paseo como tendrían que hacerlo; por otro lado, el comportamiento hacia los otros perros cambia, lo que no ayuda en la comunicación”, afirma García. 

Aunque según la experta no hay estudios que hayan valorado si la comunicación se ve muy alterada o no, “seguro que sí varía entre animales y, sobre todo, en aquellos que no están acostumbrados”. “Tanto gatos como perros pueden estresarse mucho si no hacemos un proceso de habituación previo adecuado”, reconoce. 

Si el animal no tolera bien la ropa y tiene problemas para comunicarse con otros animales, al no poder 'leer' el lenguaje corporal entre los distintos tipos de razas, entonces es posible que un perro se muestre agresivo con otro. Los gatos, además, por su costumbre de lamerse para asearse pueden estar incómodos si les ponemos una prenda de vestir que les impide hacerlo con naturalidad.

La Asociación Veterinaria Británica también advierte que las mascotas no son accesorios de moda, a pesar de las tendencias populares en las redes sociales, y que la ropa puede impedir que muestren su comportamiento normal, les restrinja de movimiento y les comprometa la capacidad para el control su temperatura corporal, hacer ejercicio y socializar.

Si vestimos a nuestras mascotas, ¿cómo tendremos que hacerlo?

¿Puede haber situaciones en las que sí es conveniente ponerles ropa? Hay determinadas situaciones en las que sí podemos vestir a nuestra mascota, por ejemplo cuando tienen “problemas dermatológicos y no queremos que les toque mucho el sol o que puedan restregar heridas con el suelo sucio, por ejemplo”.

En el caso de que queramos vestir a un perro o un gato, antes tendremos que tener en cuenta una serie de consideraciones. En palabras de García, es muy importante “acostumbrarlos poco a poco, sin forzarlos, siempre recompensando cuando lo toleren y con mucho respeto y solo cuando sea necesario”. 

Esto serviría en el caso de los animales que “inhiben mucho más la conducta por el frío”, por tanto, en estos casos, “si se trabaja bien sí se puede plantear usarla”, admite García, que aclara que hacerlo “nunca tendría que servir para dejar un gato o un perro en condiciones ambientales que no sean adecuadas”. 

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