Indicador extremo de polarización

Este sábado publican, como suelen hacerlo todas las semanas, Manuel Castells y José Luís López Burniol, sendos artículos sobre el eventual Gobierno que podría formar Pedro Sánchez –de no prosperar, como parece, la investidura de Alberto Núñez Feijóo– con todos los partidos que coincidieron en la elección de la presidenta del Congreso de los Diputados y los miembros de la Mesa de la Cámara.

Para Manuel Castells se trata de una 'Oportunidad histórica', que permitiría a las izquierdas españolas y a los nacionalistas intentar articular un Estado que fuera una síntesis genuina de una sociedad plurinacional como es España. Es algo que todavía no se ha conseguido en los más de doscientos años de nuestra historia constitucional, a pesar de que a lo largo de la misma se ha ido haciendo cada vez más visible la necesidad de hacerlo. La pluralidad nacional forma parte de la Constitución material de España y su Estado, en consecuencia, así debe reconocerlo. Esta es la ocasión para poder hacerlo o para iniciar el proceso que debería conducir a dicho resultado, que, justamente por ello, es calificado por Castells como “oportunidad histórica”.

Completamente opuesta es la opinión del notario López Burniol. El título de su artículo, 'Abyección', ya es un indicador de la opinión que tiene sobre la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda pactar la formación del Gobierno con Junts. Abyección es la parte dispositiva de la sentencia de López Burniol. El acto de pactar con Junts sería, nada más y nada menos, que un acto “abyecto”, es decir, un acto “despreciable” o “vil en extremo” según el Diccionario de la RAE.

Pero más que la dureza de la calificación de la eventual conducta de pactar con Carles Puigdemont, lo que sorprende en el artículo del notario es la forma en que la argumenta. Es la “fundamentación jurídica”, por así decirlo, en la que descansa la parte dispositiva, lo que convierte su artículo, en mi opinión, en la acusación más grave que se ha formulado contra un presidente del Gobierno desde la entrada en vigor de la Constitución.

López Burniol dedica la mayor parte del artículo a recrear el momento de la “venta” de La Corona de España por Carlos IV y Fernando VII a Napoleón Bonaparte en mayo de 1808 en Bayona. Describe con relativo detalle, para tratarse de un artículo de periódico, la conducta de ambos y reproduce textualmente varias opiniones, entre ellas la que el propio Napoléon dejó por escrito sobre ambos monarcas españoles. Dibuja lo que es una conducta “abyecta” en su máxima expresión. No cabe conducta más “despreciable” o “vil en extremo”. 

El canon de abyección de la conducta de Carlos IV y Fernando VII en Bayona es el que utiliza López Burniol para caracterizar la “eventual” conducta de Pedro Sánchez en el supuesto de que llegara a pactar con Junts la formación de Gobierno. Equipara a Pedro Sánchez con Carlos IV y Fernando VII y también la “venta” de La Corona a Napoleón con un acuerdo de investidura. 

Recomiendo a los lectores que lean el artículo de La Vanguardia para que comprueben que no estoy exagerando en lo más mínimo. López Burniol pasa directamente de la descripción de la conducta de Carlos IV y Fernando VII en Bayona a la calificación de la eventual conducta de Pedro Sánchez en el caso de que llegue a un acuerdo con Carles Puigdemont para la investidura. No hay solución de continuidad alguna entre el retrato de lo ocurrido en Bayona en mayo de 1808 y la calificación de la posible conducta de Pedro Sánchez.

El contraste entre el artículo de Castells y el de López Burniol es, con sus salvedades, un reflejo de la polarización que se ha instalado en nuestro país. Tanto Castells como López Burniol son dos personas solventes, con una trayectoria profesional que les ha proporcionado un prestigio indiscutible. Se trata, además, de dos personas que se caracterizan por transmitir opiniones nada radicales o extremistas. Más bien todo lo contrario. Nadie que los haya leído mínimamente pensaría que pudieran encontrarse en medio de un proceso de polarización política.

Y sin embargo, basta leer La Vanguardia de este pasado sábado para encontrar dos posiciones sobre el mismo tema, la posible investidura de Pedro Sánchez con los votos de Junts, que no pueden ser más divergentes y que reflejan lo que está ocurriendo en España.