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El PSOE exige a un concejal que deje su cargo en Oviedo por irse de vacaciones sin avisar
La Ejecutiva local del PSOE de Oviedo, en manos de Izquierda Socialista, ha tomado la decisión de que su portavoz municipal abandone el cargo. Todo tras la sonada ausencia que protagonizó en el último Pleno del ayuntamiento clave para los socialistas, ya que tenían la posibilidad de minar la gestión del PP en materia urbanística con el dictamen final de la comisión de investigación sobre la llamada 'operación de los Palacios', que engloba la construcción del Palacio de Congresos del arquitecto valenciano Santiago Calatrava.
A pesar de que el Pleno era crucial para el grupo municipal socialista, su portavoz, Alfredo Carreño, se fue de vacaciones al extranjero sin avisar. Su ausencia la aprovechó el PP para sacar adelante su propio dictamen, vacío de responsabilidades políticas, con el voto de calidad del alcalde y la incorporación urgente de una concejala popular de baja médica desde el mes de abril.
Lo que iba a ser una victoria de los socialistas se ha transformado en una crisis en el seno de la histórica Agrupación Socialista de Oviedo. No sólo no lograron señalar con el dedo a los responsables políticos del PP, entre ellos el exalcalde y actual Delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, sino que el exsenador y concejal popular, Jaime Reinares, ha salido airoso al bloquearse el debate sobre su situación en el ayuntamiento, tras ser condenado a un año de cárcel por hacer públicos correos de la Sindicatura de Cuentas.
Carreño ha dado al traste con la estrategia del PSOE en Oviedo, que se encuentra en una situación de bastante debilidad desde que perdió la alcaldía en 1991. Este es quizás el caso más grave de las desavenencias entre la dirección y el dirigente socialista, que ya no acude a las reuniones de la Ejecutiva, pero tampoco informó de su ausencia en un Pleno crucial. “No sabemos dónde está”, comentan los socialistas que asistieron a la reunión de la dirección local, donde se debatió, hasta bien entrada la noche, el futuro del portavoz municipal.
El recibimiento a Alfredo Carreño cuando se incorpore esta semana a su trabajo por parte de su grupo es la decisión de que deje por voluntad propia la portavocía, y si se niega, la dirección está dispuesta a zanjar esta crisis imponiendo la medida. Será el propio Grupo Municipal el que elija otro portavoz y lo aparte de su actividad.
Durante la reunión, varios dirigentes reclamaron el acta del concejal del PSOE y que abandonara el ayuntamiento, asunto que la Ejecutiva dejó en manos de la “responsabilidad política” del concejal. “Es la gota que ha colmado el vaso”, dicen.
Alfredo Carreño es uno de los nombres, entre otros muchos, que aparece entre los responsables políticos de la 'operación de los Palacios' en el primer informe, elaborado por el presidente de la comisión de investigación, el concejal de IU Roberto Ramos. Este dictamen salió adelante con el apoyo de los representantes del PP, que veinticuatro horas después rectificaban, argumentando que “hemos votado algo que no queríamos y no era correcto”. En él quedaron registrados dos altos dirigentes populares en activo.
Ahora, el PSOE tiene que esperar al dictamen de la Fiscalía de Asturias, a la que ha remitido, al igual que IU, toda la documentación de la comisión de investigación. A juicio de la izquierda política en el ayuntamiento de Oviedo, tras el desastre del Pleno solo la justicia está capacitada para realizar una investigación con garantías “y todas las consecuencias”.
La 'operación de los Palacios' pertenece al boom de la construcción, a la etapa de innumerables encargos para el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Ahora queda un Palacio de Congresos rescatado, ocupado por algunos consejerías del Gobierno autonómico; un auditorio para más de cuatro mil personas, que fue inaugurado por Mariano Rajoy en las autonómicas de 2011; un hotel de cuatro estrellas y un centro comercial, gestionado por el grupo de inversión británico Alpha Real Capital.
Por esta obra, Santiago Calatrava está condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo a pagar casi tres millones de euros a la empresa promotora –ahora en quiebra-, que marcó las operaciones urbanísticas de la capital asturiana en la primera década de 2000. El pago obedece a defectos en los trabajos de construcción y sobrecoste en la obra, cuya responsabilidad el tribunal atribuye al arquitecto.