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Blood Orange: Cupid Deluxe

Dev Hynes, el hombre de las mil caras

Javier Pulido / Javier Pulido

Madrid —

Disco de la semana: Blood Orange -Cupid Deluxe-

Cupid DeluxeDev Hynes se ha apuntado a casi todas la modas del cajón de sastre en que se ha convertido el indie de la última década. Se contagió brevemente de la fiebre del dance-punk con Test Icicles. Cuando el invento no daba más de sí, se disfrazó de nerd y le dio fuerte al indie-folk en Lightspeed Champion. Resulta que además de músico superdotado es un productor con ojo, como demuestran sus pepinazos para Sky Ferreira y Solange Knowles. Su última encarnación, de momento, es Blood Orange, con la que reivindica todos aquellos sonidos de los 80 que hasta hace pocos meses eran anatema. No ha llegado el primero al revival, pero parece haber encontrado su camino.

Cupid deluxe remite a aquellos años en los que el R&B se fundió de forma sedosa y sensual con el pop y exhibe orgulloso sus homenajes/saqueos a los mejores números de Prince o al satén ralentizado de Sade. Sí, hay saxofones, ramalazos de funky, jazz blandito, hip-hop de la vieja escuela y baterías programadas, sólo que convenientemente camufladas entre mullidos colchones electro para poder pescar en el caladero de fans de Drake o The Weeknd.

Dicho lo cual, Cupid Deluxe es una golosina de melancólico neosoul saturada de cameos y chispazos de genio, como ese On the line que parece sacada de un grandes éxitos de Luther Vandross o el arrebatador single Chamakay. Mucho más cohesionado y completo que su anterior álbum, con el que comparte su fijación por Nueva York, en cuyas esquinas y madrugadas sitúa sus habituales historias de desgarros amorosos. Hynes ha tocado todos los instrumentos y también ha grabado y producido los temas, lo que quizá le ha llevado a pecar de cierta autoindulgencia propia del alumno más aventajado de la clase. Un pecado venial que no emborrona un disco delicioso.

Canción de la semana: Javiera Mena -Espada-

EspadaAndan muy divididos -algunos directamente cabreados- los fans de Javiera Mena a cuenta de este Espada con el que la chilena parece abrazar definitivamente la pista de baile. En realidad, la nueva canción no es sino la evolución natural de algunos de los temas que aparecían en Mena como Luz de piedra de luna, con los que comparte un envoltorio de synth-pop deliciosamente anacrónico y algún fraseo prestado a, sí, Shakira. Quizá, la vieja historia de siempre, lo que molesta es que se haya dejado mezclar por Javier Garza -habitual de Jennifer Lopez- y masterizar por Tom Coyne, que ha trabajado con Britney Spears e Icona Pop. O sea, que emigre a ligas mayores. Lo único cierto es que estamos ante la canción más pegadiza y ambiciosa -en el buen sentido del término- de su carrera. Con un pie en Timbalad y otro en el europop, estribillo irresistible, impoluto gancho melódico y cierre glorioso a varias voces, pocos peros se le pueden poner a Espada.

Clásico de la semana: Pet Shop Boys -Behaviour-

Behaviour-A Neil Tennant y Chris Lowe nunca se les pasó por la cabeza encerrarse en el estudio para conseguir una obra de madurez que les alejase de la imagen camp cultivada por su impresionante reguero de hits previos. Como siempre, querían grabar un disco en el que cada canción fuera un single potencial. Corría el año 1990 y la fiebre del sonido Madchester se había extendido por toda Europa. El mundo esperaba el álbum ácido de Pet Shop Boys y a ellos no les desagradaba la idea. Sólo que la muerte de Chris Dowell, el mejor amigo de Neil Tennant, acabó por inundar de melancolía y nostalgia las composiciones del disco, con la excepción de la marcial So Hard. El dúo había compuesto más material de lo habitual, pero a última hora dejaron fuera canciones que no encajaban con el tono para preservar la cohesión del disco. Dos elementos más determinan el sonido otoñal de Behaviour: la decisión de usar sintetizadores analógicos y el éxito de Violator, de sus admirados Depeche Mode, que les convenció de que el synth-pop también podía sonar minimalista y grave.

Being Boring, inmaculado segundo single y clásico indiscutible del pop de todos los tiempos, resume bien el momento. Nació como intento nada disimulado de emular la fórmula de pop tontorrón de Stock, Aitken y Waterman, y salió del estudio convertido en un antihimno agridulce; la primera canción completamente autobiográfica de Neil Tennant, cuya nostálgica letra ha de emocionarte a no ser que no tengas corazón. Las miradas al pasado también protagonizan la historia de miserias estudiantiles This must be the place I waited years to leave - “oigo las palabras que pensé que nunca escucharía de nuevo”- que, como la estupenda My october symphony, cuenta con las culebreantes guitarras del ex-The Smiths Johnny Marr.

Behaviour es un disco rico en baladas y medios tiempos que, como Nervously o esa radiografía de una relación en estado terminal que es To Face the truth explotan la fragilidad y delicadeza de la garganta de Neil Tennant. Tanta tristeza contenida acaba por estallar, cuerdas y vientos eufóricos mediante, en Jealousy, que narra con honestidad brutal una historia de celos de madrugada mientras la persona amada está de fiesta y no da señales de vida. Behaviour es una de las obras magnas que las listas de 100, 200 o 1000 mejores discos del siglo XX suelen ignorar -los que las votan se lo pierden-, pero es el arma definitiva para refutar a los paniaguados que siguen tachando a Pet Shop Boys de frívolos.

Videoclip de la semana: Yo La Tengo -Toymageddon-

Toymageddon-

Ojo con tomarse muy en serio eso del espíritu de la Navidad, que acaba produciendo monstruos tan involuntarios y virales como el anuncio de la Lotería dirigido por Pablo Berger. A Yo La Tengo, en cambio, les encanta parodiarse, como hemos comprobado en videoclips tan desmitificadores como Sugarcube. En Toymageddon les vemos tocando cándidamente instrumentos de cartón en una actuación que festeja la derrota de la humanidad, mientras unos juguetes siembran el caos en las ciudades, en una escalada terrorista que culmina con la destrucción de la Casa Blanca y que cuenta con los cameos de Ira Glass y el cómico Eugene Mirman.

Toymageddon, la canción, está incluida en el recopilatorio 2776: a millenium of american asskickery, un disco humorístico cuyas ventas irán a parar a la organización OneKid OneWorld.

Concierto de la semana: Purple Weekend

A Alejandro Díez y Elena Iglesias, ilustres miembros de Los Flechazos, les debemos la creación de un festival que, contra vientos logísticos y mareas administrativas, lleva cinco lustros rememorando y festejando la cultura 'sixties'. La 25ª edición del Purple Weekend llevará a León nombres de tanto impacto como Lala Brooks, mítica componente de The Crystals y solista en canciones como Then he kissed me. La cuota de garaje con solera estará cubierta este año por The Sloths, autores de himnos del rock cavernario como Makin´love y You mean everything to me.

La psicodelia siempre ha estado en el radar del Purple Weekend, así que nadie debe acusar a sus organizadores de ventajistas al incluir en el cartel a The Black Angels, granito velvetiano desde Austin, y Night Beats, que se han encaramado al altar neosicodélico con su desarmante Sonic Bloom. Evidentemente, el festival no sería lo mismo sin las sesiones allnighters de Djs, las exposiciones y los mercadillos vintage.

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