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Siete películas de dos rombos para damnificados de '50 sombras de Grey'

Emmanuelle 2, "la antivirgen"

Rosa Mª Egea / Marta Peirano

El reciente estreno de la película 50 Sombras de Grey ha vuelto a poner en el punto de mira al cine erótico. No hay revista, blog, TL o charla de bar que no meta este tema en su conversación. El fenómeno ha sido delirante. Durante la primera semana de su estreno hemos visto cómo se desataba la histeria en las colas de los cines y se abarrotaban las salas. Los sexshops han hecho su agosto en pleno febrero y, ya seas o no un ferviente seguidor de la saga, todo el mundo quiere saber más del fenómeno sado.

Y sin embargo, la adaptación deja mucho que desear. De la primera entrega en una saga que empezó como fanfiction erótica de Eclipse y se ha convertido en el acompañante erótico de millones de mujeres es tan sosa y tan poco fértil que ha decepcionado hasta a los muy fans. Descrita generosamente como una Jane Eyre moderna para la generación Facebook, la cinta describe deseos que son más de amor y de aspiraciones sociales que otra cosa.

La cinta muestra claramente cómo se desarrolla una relación de sumisión -él adopta el rol del “amo”, ella debe aceptar su papel de sumisa- pero fuertemente romantizado. Cumple todos los cliches del romance victoriano, donde una protagonista arrogante es seducida por un hombre de carácter oscuro que la salva de peligros y la sube a su caballo negro -en este caso, un helicóptero muy molón- para agasajarla como una princesa árabe.

Teóricamente, la historia contaba con todos los ingredientes necesarios para hacernos salir de la sala con las mejillas rojas y la líbido subida. Pero en este caso, las y los espectadores salen del cine como si fuesen una de esas 50 sombras que dan nombre al film, sin gracia ni emoción. Aquellos que buscaban un poco de emociones fuertes se han quedado a medias, disfrutarán -con perdón- de esta elegante y a veces pegajosa selección.

The Duke of Burgundy (Peter Strickland, 2015)

The Duke of BurgundyPocos meses antes del estreno de 50 sombras, aparecía en el Festival Internacional de Cine de Toronto esta pequeña joya en la que una pareja de mujeres explora los límites de la entrega, la pasión y el castigo.

Con un estilo a lo Helmut Lang, un entorno difuso entre los años 40 y 60 y una trama a medio camino entre Historia de 0 y Las amargas lágrimas de Petra von Kant (Rainer Werner Fassbinder, 1972), los fans de Borgen reconocerán a Sidse Babett Knudsen, la primera ministra danesa en la serie, encarnando a una de las protagonistas.

Secretary (Steven Shainberg, 2002)

SecretaryLa madre del cordero de la dominación moderna, esta dulce peliculita indie podría parecer una hija ilegítima de Pretty Woman y Amelie si no fuera por una puesta en escena impecable, dos actores muy infravalorados dándolo literalmente todo y un tono exquisitamente malicioso que la hace irresistible. Secretaria es erótica sin ser sucia, perversa sin ser incómoda y, además, es francamente divertida. Por todo eso y alguna cosa más ganó el premio especial del jurado en el Festival de Sundance.

Con Maggie Gyllenhaal como Lee Holloway, una joven recién salida de una institución mental que encuentra su lugar en el mundo y James Spader que, por cierto, también se apellidaba Grey. Imprescindible verla en versión original subtitulada.

Emmanuelle 2, la antivirgen (Francis Giacobetti, 1975)

Emmanuelle 2, la antivirgenEstrenada en 1974, la primera adaptación de la escandalosa novela de Emmauelle Arsan -en verdad esposa de un diplomático francés destinado en Asia- fue una película grosera y perturbadora que hoy parece un documental sobre la explotación sexual en las colonias francesas, con violación en grupo incluída. Y fue una de las películas más taquilleras de la historia de Francia. Lo único bueno que salió de ella fue su secuela, la bellísima Emmanuelle 2, La antivirgen (1975).

Con muchas veces el presupuesto de su predecesora, E2 fue una de las más grandes producciones de Francia, con resultados deslumbrantes. Una de las claves de su éxito fue la belleza exquisita de su protagonista, la modelo holandesa Sylvia Kristel y la voluptuosa fotografía, enamorada de Krystel y del resto de las bellezas de Hong Kong. Poseedora de una elegancia natural y unos rasgos dulces y refinados, Krystel consigue entregarse a los placeres más bajos sin perder un ápice de su inocencia. La más sucia de nuestra selección, esta cuarentona es también la más erótica de las siete. Muy definitivamente NSFW.

Henry y June (Philip Kauffman, 1990)

Henry y JuneBasada en uno de los famosos diarios de la delicada Anaïs Nin, Henry & June está ambientada en el París de los años 30, donde el escritor norteamericano Henry Miller reparte sus energías entre la literatura, las prostitutas y la mujer de un joven banquero llamada Anaïs Nin. Su historia de amor y palabras se complica con la llegada de su mujer, la intensa June Miller. Protagonizada por Uma Thurman, la película sube varios grados de temperatura cuando ella entra en escena.

Esta película consternó tanto a la Motion Picture Asociation of America (MPAA), que acabaron por inventarse una nueva categoría de clasificación de contenidos: la NC-17. Equivalente al rombo de Franco, es la marca que llevan las películas no adecuadas para menores que no son pornográficas.

Las edades de Lulú (Bigas Luna, 1990)

Las edades de LulúVamos ahora con una película made in Spain. Basada en la primera novela de Almudena Grandes, que ganó el XI Premio La Sonrisa Vertical, está dirigida por Bigas Luna, la cinta nos cuenta cómo Lulú va creciendo y convirtiéndose en mujer. Su relación con Pablo, profesor universitario, amigo de su hermano e iniciador en los placeres de la carne, es la figura que alimenta todo su deseo. Cuando esa relación se pierde, Lulú se entrega a prácticas cada vez más oscuras con desconocidos.

Además de un ejemplo de softcore patrio, es interesante como retrato de la vida disoluta antes de Craigslist, de Meetic, del Tinder y de la Red.

Crash (David Cronenberg, 1995)

CrashDe nuevo James Spader -el eterno perverso reprimido-, esta vez a las órdenes de un matrimonio hecho en el séptimo cielo. El morboso escritor de ciencia ficción J.G. Ballard y su media naranja cinematográfica David Cronenberg firman una cinta que sabe a jugo de motores, a sangre seca y a otros fluidos que se nombran en la novela y que se intuyen en el film, para delirio de los espectadores más sensibles. La cosa gira en torno a un grupo de fetichistas de los accidentes de coches que se encuentran en la carretera, la moqueta y el capó de sus respectivos automóviles. En medio de todo, el siniestro Dr. Vaughan, un hombre magnético cuyo sueño húmedo es morir en colisión mortal con el bólido de Elizabeth Taylor.

Una película para fetichistas sobre fetichistas (inolvidables las prótesis enhebradas a las piernas de Rosana Arquette). Cannes le dio el premio especial.

El amante (Jean-Jacques Annaud, 1991)

El amanteBasada en el libro más famoso de la intensa y autodestructiva Marguerite Duras, El Amante fue un escándalo sin precedentes entre otras cosas gracias a la perturbadora belleza de su protagonista, Jane March, que cumplió los 18 una vez acabado el rodaje. Y podría haber sido peor, porque en el relato autobiográfico de Duras la protagonista es pobre, tiene 14 años y entra en relación desigual con un chino acaudalado, con el consentimiento oportunista de su madre y de su violento hermano, en el contexto de la Indochina francesa de 1929.

Fue más escandalosa por el tono que por la forma; su relación con ese hombre, que es joven y atractivo y la quiere, aunque no puede casarse con ella porque “ya no es virgen” parece la menos tóxica de su miserable existencia. Aunque no contó con la supervisión de Duras, sí conserva parte de su enigmática y dolorosa intensidad.

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