Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

'Zero', la revista que demostró que España sí estaba preparada para salir del armario

Varias portadas de la revista 'Zero', en la docuserie que repasa su trayectoria

Laura García Higueras

2

“La primera imprenta a la que fui no nos quiso porque éramos una revista gay”. Este fue uno de los primeros obstáculos a los que se enfrentaron los responsables de Zero, la publicación que en 1998 puso en marcha un grupo de estudiantes de periodismo cuyas entrevistas, reportajes y potentes portadas ayudaron a cambiar la imagen del colectivo LGTBIQ+ en España. Su fundador Miguel Ángel López relata junto a otros compañeros y figuras para las que también fue clave –Jesús Vázquez, Nacho Duato y un largo etcétera– su origen y posterior relevancia en Zero, la revista que sacó del armario a un país; la serie documental de Movistar Plus+ que reivindica su papel cuando se cumplen 25 años de su nacimiento.

El primero de sus dos episodios acaba de llegar a la plataforma y el segundo se estrenará el próximo miércoles 5 de julio. El título es pertinente y poderoso gracias a los distintos testimonios –en especial el de Landher Iturbe, el primer adolescente que apareció en sus páginas–, la manera en que combina instantes de humor sin perder el foco de la dura realidad que reflejaba, y su enérgico montaje. Armado en torno a ellos logra trazar un mapa de lo que fue e implicó Zero, cuya primera portada la copó Miguel Bosé.

“Durante dos años nadie me compró el proyecto, ni si quiera dentro del colectivo que podía financiarlo. Era una locura. Les parecía que la sociedad no estaba preparada”, afirma López a este periódico. “Mi empeño fue hacer un trabajo estratégico de generar opinión pública, construir una identidad de grupo, crear visibilidad de referentes positivos”, añade sobre una labor que consistió en llevar a cabo “mucha estrategia política. Había mucho perjuicio, y no venía solo de la derecha más recalcitrante, también de la izquierda”. De hecho, reconoce que uno de los motivos por los que Zero fue “incómoda” es que “no era plenamente de izquierdas, ni de derechas. Podía estar en el PP”.

Una vez lograron imprimir la revista, hubo quiosqueros que de entrada se negaron a venderla. Otros no, pero quienes se acercaban para adquirirla podrían encontrarse con otra segunda traba: “Comprarla significaba desvelar su identidad”.

Uno de los primeros famosos que habló sin tapujos en ella fue Nacho Duato, que explica en la docuserie que cuando le llegó la propuesta de Zero se acababa de leer la biografía de Harvey Milk. “A él le habían matado por defender los derechos de los homosexuales mientras yo estaba saliendo en televisión, anunciando calzoncillos, yogures... Y dije, 'tengo que hacer algo, no puedo seguir así'. No quería otra entrevista hablando de lo mismo. Estaba harto de que me preguntasen cuál era mi mujer ideal. Si venía una revista gay, tenía que decir lo que tenía que decir”, comparte ante las cámaras.

“Todo el mundo sabe que soy gay”, fue el titular que abrió el número que contó con él como protagonista. “Nunca pienso que vaya a escandalizar a nadie. El escándalo está en los ojos de los demás”, declaró dentro. “Sabía que estábamos haciendo algo importante en ese momento y que lo tenía que hacer”, asegura ahora en la producción.

“Fue un gesto de valentía, sobre todo por ser una de las primeras portadas, porque precisamente lo que hacen las primeras portadas es ir dando fuerzas otras tantas personas para salir”, reflexiona Carla Antonelli en el documental. Entre ellas, Jesús Vázquez.

El presentador protagonizó una bellísima sesión de fotos a cargo de Eduardo Rubaudonadeu, que le transformó en un Jesucristo crucificado y resucitado. “Nací en la dictadura, en un mundo en el que lo que empezaba a sentir era delito, una aberración, pecado mortal. España se regía por la Ley de vagos y maleantes”, expone en la producción dirigida por Damián Ainstein. Vázquez afirma que en sus primeros años en televisión estuvo “un poco metido en el armario”, y describe cómo todo saltó por los aires con el Caso Arny, del que fue absuelto tras casi tres años que califica como “un calvario”. “Me destrozó la vida”, afirma sobre el proceso.

La revista le propuso liderar su portada y él aceptó “decirle a toda España que era gay”. El presentador comenta que en el inicio de su carrera le asesoraron, aunque sin mala fe, que ocultara que era homosexual. Alcanzado 2023 considera que estaban equivocados: “Fue salir en Zero y mi carrera empezó una segunda etapa que llega hasta hoy, ininterrumpida”. Tras la publicación del número recibió muchas cartas en las que, sobre todo chicos jóvenes, le daban las gracias por cómo sus palabras les habían ayudado a cambiar la postura de sus padres respecto a su homosexualidad. “Solo por eso mereció la pena”, concluye.

Libertad, política y modernidad

Alaska explica en el primer episodio que el nacimiento de Zero fue de la mano de la transformación del barrio madrileño de Chueca y de la creciente relevancia del Orgullo: “Dejó de ser una manifestación de 500 personas que llegaban a la Puerta del Sol y milagrosamente se ponían a cantar A quién le importa. Empezaron las carrozas y a ser más visibles no solamente para nosotros, sino para todo el mundo”.

La cantante, Boris Izaguirre, Alejandro Amenábar y Anabel Alonso fueron otras de las celebrities que posaron para la portada de la revista, por la que también pasaron el teniente coronel Sánchez Silva –acompañado del subtítulo “El primer militar gay”–, el guardia civil Joan Miquel Perpinyà y diversos políticos como José Luis Rodríguez Zapatero –en varias ocasiones, siendo “Matrimonio, sí. Adopción ya veremos” el titular de la primera en 2002–, Alberto Ruiz Gallardón y José Llamazares.

El documental cuenta con otras figuras del mundo de la política entre sus testimonios, incluido el Ministro de Cultura y Deporte Miquel Iceta, que fue el primer político español en salir del armario. El responsable acudió este martes al estreno de la serie en los Cines Paz de Madrid, donde fue rotundo ante elDiario.es al explicar el significado que tuvo la publicación: “Fue trascendental. Ha pasado mucho tiempo y afortunadamente todo se ha adelantado muchísimo, pero en aquella época Zero fue la bomba. Y, para mucha gente, el descubrimiento de un mundo nuevo y más libre”. “Quizás hoy a quien la revista le parezca un poco antigua, pero en aquel momento era lo más moderno y a muchos nos ayudó en momentos complicados”, argumentó.

La verdadera libertad es la que permite a todo el mundo ser lo que es y sentirse lo que es

Miquel Iceta Ministro de Cultura y Deporte

Iceta aprovechó para lanzar un mensaje a quienes “ahora ponen en cuestión esa libertad”: “Merece la pena recuperar la historia, disfrutarla y saberla ver en perspectiva”. Sobre el contexto actual, en el que hay hasta parlamentos en los que Vox y PP han vetado la bandera LGTBIQ+ durante el Orgullo, el ministro reaccionó optimista: “Hay alguna nube en el horizonte pero yo siempre he confiado en el viento de la libertad y del movimiento. Este año el Orgullo va a ganar porque la libertad gana siempre. La verdadera libertad es la que permite a todo el mundo ser libre, ser lo que es y sentirse lo que es”.

Una guerra continua

El fundador de la revista que terminó cerrando sus puertas en 2009, Miguel Ángel López, defiende que “la libertad de los medios está definida en función de cómo esté construido tu medio”. Y para poder convivir con ella, sostiene: “Habría que batallar con todo lo que batallamos. Ha sido una carrera de fondo para mucha gente, en la que muchas murieron por agotamiento. Estábamos en guerra contra toda España”.

“La revista era la catapulta. Los personajes que provocaban rompían los esquemas del país; y después pasaban a los grandes medios, generando un debate estratégico sobre la lucha de derechos”, defiende sobre lo determinante que fue. “Se fue constituyendo una sociedad LGTBI que se ha ido desarrollando hasta nuestros días, en los que somos un colectivo muy integrado. No hay voces únicas sino una multiplicidad que se hizo gracias a la identidad que se construyó en aquella época”.

López define a este periódico el día a día en la redacción como “un laboratorio sociológico”. “Éramos una sitcom, unas frikis impresionantes. Una mezcla de gente de derechas e izquierdas, de clase social muy adinerada hasta gente popular a saco. Y con una plantilla internacional, más de la mitad eran de fuera de España. Era un crisol”.

Cartas 'desde el armario'

El equipo de la revista habla en el documental sobre la ingente cantidad de cartas que recibían. Entre ellas, una de las más llamativas se escribió desde un monasterio: “Soy un monje joven. Mi conciencia gay no ha sido nunca un obstáculo en mi vocación, otro cantar son las dificultades, guerras y tensiones que pueda tener con los jerarcas de más arriba”. Más adelante, una de las personas que les escribió explicando que estaba luchando por poder expresarse se acabó convirtiendo en la voz de uno de los reportajes de Zero: Landher Iturbe, un adolescente para el que su día a día era un infierno por la situación de bullying que sufría en su colegio.

“Todos los días cuando llegaba a casa me encerraba en mi cuarto y lo único que quería era desaparecer”, revela en el documental. Al no tener ningún referente, buscó una asociación en Páginas Amarillas, que fue la que descubrió Zero. “Nos mostraba que había en algún lugar había gente que tenía trabajo, que había sacado su vida adelante. Leyendo la revista decidí escribir una carta y les dije que necesitaba ver a gente como yo”, expone el joven sobre lo que significó para él la publicación.

Aquel fue el germen de que acabara apareciendo en uno de sus números, titulado 100 gais. En él aparecía una lista en la que 99 de ellos eran personas conocidas junto a él, ocupando el primer puesto. “Pasé de creer que yo no valía nada a pensar que estaba ayudando a gente. Ese salto fue impresionante lo que supuso para mí”, revela.

Su testimonio es uno de los que más descorazona descubrir en una serie documental a la que sus dos capítulos se le quedan cortos. La riqueza de los debate que plantea y el reflejo social que registra deja con ganas de ahondar aún más en cómo esta revista consiguió romper moldes, incomodó, liberó y acompañó a tantísimas personas. Rescatar su historia funciona como homenaje y reivindicación consciente de quienes, entre otros muchos logros, supieron ver las 'salidas del armario' herramientas políticas con potencial para generar cambios desde el papel.

Etiquetas
stats