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Philip Kerr y el fútbol como novela negra: niñatos, corrupción y violencia

Philip Kerr se acerca al mundo tribal del fútbol a través de la novela negra// EFE

Paula Corroto

Seductor, cómico, conversador. Como una estrella del rock. Así se mostró el martes el escritor escocés Philip Kerr (Edimburgo, 1956) ante el público que llenaba el Conservatori del Liceu del festival BCNegra. Vino para presentar su nueva novela, Mercado de invierno (RBA), sobre los intersticios del mundo del fútbol y con un protagonista que muchos han comparado con José Mourinho, pero se ganó a la audiencia con múltiples anécdotas sobre su vida. Incluso sorprendió con su facilidad para imitar acentos, desde el de los oligarcas rusos hasta el del propio entrenador portugués del Chelsea. Su labia permitió descubrir a un escritor con numerosas aristas y que es algo más que el creador de Bernie Gunther, su famoso protagonista de la trilogía sobre los nazis en el Berlín de los años treinta.

  • 1- Futbolero

Kerr es seguidor del Arsenal desde hace años y suele acudir con frecuencia al campo de fútbol. La idea de escribir una novela negra ambientada en este mundo –lo cual no es habitual– llegó porque era consciente de que es un universo plagado de “niñatos, corrupción y violencia”, según manifestó. Ingredientes de lo más sugerentes. Y si no que se lo digan estos días al presidente del Barça, Josep María Bartomeu, recién imputado por el caso Neymar.

Además, en los últimos años “el fútbol se ha convertido en un agujero negro donde los grandes equipos apenas dejan sobrevivir a los más pequeños, al menos eso sucede en la Premier League”. La piedra filosofal de todo –y lo que contamina al deporte– se encuentra en los derechos de retransmisión. “British Telecom se ha gastado mil millones de libras en los partidos de la Champions League, lo que muestra que ahora, para vender otras cosas, tienes que estar en el mundo del futbol”, indicó. Por cierto, también resaltó que “se puede admirar a Messi y a Cristiano Ronaldo a la vez. La diferencia entre ambos es que el primero es un artista y el segundo, un atleta”.

  • 2- Publicista

Durante décadas, Kerr se dedicó a la publicidad. Realizó eslóganes para numerosas marcas como Kleenex o las chocolatinas Mars. Aquellos años le supusieron un infierno. Contó que su trabajo fue rechazado muchísimas veces. “Una vez presenté el eslogan número 78 para una marca y cuando yo creía que lo iban a aceptar, lo volvieron a rechazar. Salir de allí fue realmente como la gran evasión”, confesó. Eso sí, la publicidad le enseñó a “aceptar las críticas, porque siempre las va a haber y mejor no molestarte”, y a “escribir muy rápido, ya que entonces compaginaba la publicidad con mis primeras novelas, y tenía que sacar tiempo”. Seguro que ahora ya puede permitirse escribir con toda la tranquilidad.

  • 3- Con sentido del humor “morboso”

Al escritor escocés le va el humor truculento. Ese que queda un tanto extraño y con el que algunas personas pueden arquear las cejas. “Sí, yo me suelo reír de las cosas que no hacen gracia, pero creo que para escribir novela negra es muy necesario el humor morboso”, sentenció. Y contó una historia sobre una morgue rusa: “Era todavía la época comunista y yo veía a mucha gente en la calle haciendo cola para comprar comida o lo que fuera. Fui a una morgue y vi que había muchos muertos en fila esperando para entrar y comenté en voz alta que en Rusia hasta los muertos tienen que hacer cola. Me hizo gracia pero a otra gente no”.

  • 4- “Berlinés”

A finales de los ochenta Kerr publicó su trilogía Berlin Noir sobre el apogeo del nazismo en Alemania. Y su epicentro era Berlín, una ciudad en la que todavía reinaba la alegría del cabaret, pero ya comenzaban los primeros signos antisemitas. Kerr contó que empezó a escribir esta trilogía por “la arrogancia de la juventud. Creía que era posible y lo hice”. También porque Berlín siempre ha estado en el imaginario colectivo de los británicos. “Para nosotros es como un estado mental”, afirmó. Y relató las novelas sobre Berlín de Isherwood o Auden, con todos esos cabarets de los años veinte y treinta; las de John Le Carré con la Guerra Fría de telón de fondo; e incluso recordó a David Bowie y sus canciones sobre esta ciudad tan ambigua y punk en los setenta. “Todo inglés va a allí a buscar algo”, añadió.

  • 5- Metódico

Al escritor le gusta documentarse bien antes de escribir una novela. Tuvo que hacerlo, sobre todo, para la trilogía berlinesa, “aunque antes era más fácil porque no había tantos libros sobre el nazismo”. Suele escribir siguiendo directrices de actor de método: “Me meto durante varios meses a fondo y al final acabo muy cansado”, manifestó admitiendo que ya no es tan flexible con los temas que trata como antes. “La literatura puede tocar cualquier tema, siempre y cuando haya cierta sensibilidad. Pero yo me pongo límites. Hay temas sobre los que no quiero escribir”.

  • 6- Seductor

Que el autor escocés es capaz de ganarse a cualquiera lo demostró ayer con creces. Y estuvo a punto también de conquistar a la actriz Elizabeth Hurley, como confesó entre risas. Aquel fue un asunto de la prensa rosa que casi le cuesta el matrimonio. “Fue culpa de Elton John. Yo había escrito un artículo indicando que Hurley era la mujer más guapa del mundo y Elton me invitó a una fiesta en su casa en Francia en la que iba a estar ella. Luego me pidió que la llevara a su hotel y cuando salimos de la casa había una nube de fotógrafos. Al día siguiente mi editor vio las fotos en la revista italiana Oggi en las que parecía que ambos estábamos juntos y me preguntó si estaba con ella. Por suerte mi mujer no vio aquellas fotos”, explicó. Casi tuvo que comprar todos los ejemplares que había en Londres para evitarlo.

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