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Tormenta teatral para Ahora Madrid

La sala Kubik cerrará en marzo después de cinco años de investigación teatral

Paula Corroto

Las aguas están revueltas en el ayuntamiento de Madrid a costa de la reestructuración de la empresa pública Madrid Destino. La próxima semana se anunciarán los cambios que la concejala de Cultura, Celia Mayer, ya prometió a este diario el pasado mes de diciembre, y ya ha comenzado el baile de nuevos nombres para los centros culturales municipales. Y, además, con actores imprevistos como Esperanza Aguirre que este lunes anunciaba sin pudor que ya tenía su nombre para dirigir el teatro Español tras el posible cese de Juan Carlos Pérez de la Fuente: Fernando Sánchez-Cabezudo, director de la sala Kubik y vicepresidente de la Coordinadora de Salas Alternativas de Madrid.

Sin embargo, en declaraciones a eldiario.es, Sánchez-Cabezudo desmiente a la concejala del PP: “Son conjeturas de Aguirre y como ha visto que yo pertenezco a una sala alternativa, me ha posicionado en la extrema izquierda. Mi trabajo no está politizado como el de otros teatros. Ha dicho mi nombre sin ningún criterio ni fundamento. No pertenezco a ningún partido político. Y daña mi imagen porque me pone en una plataforma política a la que no pertenezco”.

Sánchez-Cabezudo fue uno de los directores que se presentó al concurso para la elección del director del Teatro Español en julio de 2014, convocado por el entonces equipo de Ana Botella en el consistorio. Él quedó en la terna de cinco finalistas y el ganador fue Juan Carlos Pérez de la Fuente, aunque ya entonces comentó sus serias dudas con respecto al proceso en el que Pérez de la Fuente ganó.

“Sí, ya me presenté, y no quiero darle coba a Esperanza Aguirre, pero sí es verdad que si se presenta otro concurso me presentaré, pero no porque ella lo haya dicho. Yo no tengo ninguna relación el ayuntamiento”, comenta Sánchez-Cabezudo. Desde la concejalía de Cultura, por otro lado, han resaltado a eldiario.es que de momento no se ha abierto nada y que no está previsto el cambio de director. “De momento, Pérez de la Fuente tiene contrato vigente”, se han limitado a subrayar.

Cierre de la sala Kubik

Lo cierto también es que la sala Kubik que gestiona Sánchez-Cabezudo cerrará el próximo mes de marzo. En junio se acaba el contrato de alquiler del espacio situado en el barrio de Usera “y el dueño lo quiere vender, por lo que para no quedarnos con deudas lo cerraremos antes”, explica el director, quien asegura que están buscando nueva sala “aunque también se ha colado ahora lo de los concursos y sí tengo pensado optar a la gestión de un espacio público”, apostilla.

Aunque finalice un contrato, no obvia que han sido cinco años de muchas dificultades. “Ha habido mucha problemática administrativa y publica. Esto tiene que estar apoyado desde lo institucional porque es muy difícil arriesgando desde lo privado. Es un discurso sin ánimo de lucro que quiere dinamizar otro tipo de cosas”, sostiene el director.

Hasta el año pasado, además, la Kubik había mantenido un contrato con el Centro Dramático Nacional para el estreno de Nora 1959, Fortune Cookie y Hard Candy, producciones elaboradas en su taller de experimentación teatral que apostaba por el teatro más emergente y arriesgado. “Era una ayuda logística y de contrato. Están siguiendo otras líneas, pero habría que favorecer los proyectos a largo plazo y no seguir con este cortoplacismo en el que estamos”, mantiene Sánchez-Cabezudo.

Ningún cambio para las salas off en Madrid

Los problemas del teatro madrileño no se encuentran sólo en los teatros públicos. En los últimos años el goteo de salas privadas que abren y cierran en Madrid ha sido incesante. Cerró El sol de York, La casa de la Portera, la Trastienda, aunque también ha habido nuevos intentos como la Biribó, el Bosco o la sala Norte, en Malasaña. “Es que el off son muchas cosas. Cerramos nosotros y La pensión de las pulgas, pero hay muchas razones. Lo que sí es evidente es que se sigue reivindicando el apoyo institucional”, manifiesta Sánchez-Cabezudo.

Y, de momento, no parece que este haya llegado con el cambio de gobierno en el ayuntamiento de Madrid ni tampoco con el gobierno del PP en la Comunidad. Así lo entiende Vicente Camacho, de la sala nueve Norte, que abrió hace apenas un año y que ya tiene cuatro producciones propias: “No hemos visto ningún avance en cuestión de ayudas. Entiendo que esa es la expectativa, pero no ha cambiado nada. Sí revisaron el estado de las licencias, pero eso fue después del Madrid Arena y me parece bien, otra cosa es que te ayuden como industria cultural y eso no ha cambiado”.

Este apoyo institucional fue también el comentario más insistente durante la entrega de los premios Godoff, organizados por la revista Godot, la semana pasada en Madrid. Como señaló Álvaro Vicente, director de esta revista especializada, “el off no necesita trabas burocráticas, sino mucha ayuda. La actriz Inma Cuevas insistió en que trabajar en el off ”es pura resistencia, porque dicen que cuanto más aprietan, más creativos, pero ahora hay que vivir de ello“. Y la actriz María Pastor también reivindicó que el off siguen siendo ”las catacumbas del teatro y hay que darles voz“.

Desde Nave 73, sin embargo, sí creen que el consistorio empezó con buen pie. “Nos han reunido a toda la profesión y hemos empezado con mesas de trabajo. Pero creo que ahora el lío lo tienen con los teatros grandes y luego empezarán con nosotros”, admite a este diario uno de los responsables de esta sala, Álvaro Moreno, para quien antes se debe solucionar lo que ha pasado con los teatros públicos envueltos en procesos de privatización de la gestión durante la administración de Ana Botella.

“Por ejemplo, Pérez de la Fuente en el Español no es el problema, sino que hayan obligado a que las producciones que no son propias vayan a taquilla mientras que se han gastado miles de euros en las propias. Eso un teatro público no lo puede hacer. Luego ya tendremos que hablar con Celia [Mayer] para recuperar lo que ha sido la cultura en Madrid”, añade. Porque como sostiene, “no se trata sólo de apoyo económico, sino de crear un tejido cultural”.

Este es el ambiente en el que se mueve el nuevo equipo de Gobierno de Manuela Carmena. Una tormenta en la que se hallan los centros públicos y las salas pequeñas y privadas que viven desde hace años con la soga al cuello. Como piden desde el sector, es hora de que se tome una iniciativa.

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